Servel: grave vulneración de datos personales

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Pareciera que no se han asumido las graves implicancias de que datos sensibles de las personas -como su militancia política- hayan sido expuestos a la luz pública, lo que desde luego ahonda la crisis de confianza.


Es un hecho particularmente grave que durante un lapso de 22 horas el Servicio Electoral (Servel) haya mantenido en su sitio web una base de datos con el padrón de electores habilitados para sufragar en las elecciones municipales del 2021, en la cual se contenía abundante información personal -entre ellas la militancia en partidos políticos, o si sufragó o no-, asociándose además el RUT de las personas, todo lo cual configura una abierta vulneración a los datos personales, sobre lo cual existe expresa protección tanto a nivel constitucional como legal.

La publicidad de estos datos -que fue alertada por este medio- motivó a una reunión extraordinaria del Consejo Directivo del Servel, asumiéndose de inmediato el error, específicamente en lo que toca a que en esta base de datos se haya contenido el RUT, lo que por supuesto permite una fácil identificación de las personas. El Servicio explicó que dicha base fue subida siguiendo una petición que ingresó por ley de transparencia, descartando que en ella se contuviera información de cómo votaron los electores, pues el servicio carece de ella.

Sin perjuicio de que el Servel ordenó una investigación inmediata y ha ofrecido las disculpas del caso a los electores que pudieron haberse visto afectados en algún sentido, lo sucedido reviste alcances particularmente delicados, de los que el organismo parece no hacerse cargo. Por de pronto, el propio presidente del Servel reconoció que se trata de la mayor vulneración de datos personales en la historia del servicio, lo que desde luego alerta de las implicancias que están en juego.

Cabe dimensionar los potenciales perjuicios que podrían sufrir muchas personas cuya militancia política ha sido expuesta públicamente. La Constitución expresamente señala que dicha información tendrá el carácter de reservada, por lo que cabe ya cuestionar que un dato así haya estado en una base pública, aun cuando el propósito original haya sido informar anónimamente. En un momento de tanta efervescencia política como el que se vive actualmente, la militancia en partidos ha de ser una información que se maneje celosamente, pues ello puede tener implicancias laborales o de hostigamiento.

Esta falta de cuidado en datos sensibles que la norma encarga custodiar al Servel produce una inevitable erosión en la confianza ciudadana hacia este organismo, pero por extensión al resto de las instituciones del Estado, ya gravemente afectadas por un clima de generalizada desconfianza. Legítimamente los casi 15 millones de personas cuyos datos fueron expuestos sin su consentimiento se cuestionan si acaso su información sensible está a buen resguardo y de qué forma el Estado asume su responsabilidad frente a infracciones como estas.

Además de las responsabilidades que habrán de hacerse efectivas por esta vulneración de datos, el Servel debe revisar los criterios que sigue en el manejo de los datos electorales. El organismo ha explicado que para efectos académicos se elaboran desde 2012 bases de datos anónimas -sin que exista obligación legal de ello-, pero a partir de este episodio cabe interrogarse por los protocolos que se siguen para su conformación y manejo, así como de su pertinencia, considerando los riesgos que se están asumiendo.

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