El Café Diario: ¿Cómo terminar con el sacrificio de Quintero y Puchuncaví?
La semana pasada, los estudiantes de la zona de Quintero y Puchuncaví vieron suspendidas sus clases cuando un centenar de ellos presentó síntomas de intoxicación. Dos días antes se había declarado una alerta ambiental por la emanación elevada de dióxido de azufre desde la zona industrial de Ventanas.
Se trata de un nuevo episodio de estas características en comunas que por décadas han sufrido las consecuencias ambientales del funcionamiento de las plantas del lugar. Hace cuatro años un episodio de intoxicación masiva marcó uno de los eventos más críticos y dio origen a la reacción de las autoridades de la época y el anuncio del cierre paulatino de las termoeléctricas a carbón.
En la llamada “zona de sacrificio”, que la prensa internacional ha llamado incluso “el Chernobyl chileno” funcionan plantas de empresas públicas y privadas (incluyendo a Codelco) dedicadas a la generación de energía, refinación de cobre y al almacenamiento y distribución de combustibles y sustancias químicas. Cada cierto tiempo, la confluencia de las emisiones contaminantes y condiciones atmosféricas desatan nuevas emergencias y la intoxicación de parte de los 50 mil habitantes de la zona.
¿Qué se requiere para terminar con el sacrificio de esas personas? ¿Por qué ha sido tan difícil hacerlo? ¿Puede un gobierno solucionar este problema de una vez por todas?Hoy en El Café Diario conversamos sobre esto con el ex ministro de Medio Ambiente Marcelo Mena, director del Centro de Acción Climática de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
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