Adriana Muñoz: “Es muy importante que el gobierno tome medidas más drásticas y avance hacia la cuarentena total”
La nueva presidenta del Senado asegura, en entrevista con La Tercera, que es necesario extremar las medidas para contener la propagación del Covid-19. Propone también la creación de una comisión transversal de expertos y la designación de un delegado presidencial para conducir la crisis sanitaria, aunque descarta que la salida del ministro de Salud, Jaime Mañalich, como han pedido desde el PC, sea un aporte en este momento.
Adriana Muñoz (PPD) se convirtió esta semana en la segunda mujer que asume la presidencia del Senado. Sabe que llega al cargo en un momento complejo y asegura que en medio del avance del coronavirus en el país y a cinco meses del estallido social, es más necesario que nunca abordar la política desde la “mayor unidad” posible, dejando de lado “las tricheras”. En esta entrevista, además, es crítica sobre la forma en que el gobierno ha enfrentado la emergencia sanitaria y emplaza al Ejecutivo a extremar las medidas antes de que sea tarde. “Es urgente tomar medidas más drásticas porque sino vamos a lamentar muertes”, dice.
Asimismo, la senadora sostiene que la renuncia del ministro de Salud, Jaime Mañalich, que han pedido sectores como el Partido Comunista, “no sirve de nada” en este momento, aunque al mismo tiempo subraya que la autoridad no ha sido “un facilitador”. Por eso, reitera su propuesta de que la conducción del proceso quede en manos de un delegado presidencial y un comité transversal de expertos que den confianza a la ciudadanía.
-Es la segunda mujer en presidir el Senado, pero la primera en llegar a ese cargo con un discurso feminista. ¿Qué diferencia cree que puede marcar respecto de lo que se ha venido haciendo?
En la medida en que una mujer asume un cargo de conducción de una institución con la relevancia que tiene el Senado, ya es un paso. Y ser feminista para mí significa poder, como le tratado de hacer toda mi vida política, transmitir y llenar de contenido femenino el debate. Hay temas que muchas veces se ven invisibilizados por las lógicas masculinas y creo que las mujeres feministas que hemos llegado al Parlamento hemos puesto una agenda de temas y realidades sobre la mesa que no eran tomados en cuenta. Además, las mujeres traemos a estos espacios de poder lo que es la intuición, la pasión, la dedicación, hay una dimensión de lo femenino que ha estado excluida de la toma de decisiones y eso es lo que uno también trae. Otra forma de dialogar, de conducir, de construir.
-Asume el cargo con una crisis sanitaria mundial y a cinco meses de que el país viviera un estallido social con consecuencias que aún no se dimensionan. ¿Cómo enfrenta este desafío?
Asumo en un momento muy complejo. Esta es una coyuntura doble porque estamos enfrentando una emergencia sanitaria que no tiene precedentes en este siglo y también cumplimos cinco meses de un estallido social, después del que millones de chilenos se rebelaron ante los abusos, la injusticia y la postergación. Y hay una agenda social que ha puesto sobre la mesa la movilización social que es muy compleja dejar de lado. En ese contexto, creo que debemos articular este doble desafío con mucha sabiduría y unidad. Dada la magnitud de las tareas que tenemos, debemos actuar en unidad y abandonando las trincheras, para ponernos a disposición del resguardo de la salud y la vida de nuestros compatriotas.
-Le tocó informar el jueves un acuerdo transversal de los partidos políticos para reagendar todo el calendario electoral al que se sumaron partidos que se se habían quedado al margen, por ejemplo, del acuerdo constitucional del 15 de noviembre. ¿Cómo lee esa señal?
Vi en ese acuerdo reflejado un poco ese sello. Un sello de buscar unidad, de buscar trabajo conjunto, porque aquí nadie se salva solo. Tenemos tiempos tan complejos que si no recuperamos el valor de lo colectivo y tomamos conciencia de que, pese a todas las profundas diferencias que tenemos particularmente en la agenda social, tenemos que hacer las cosas de forma distinta, esto va a ser muy difícil. Y creo que los quince partidos dieron muestra de que el bien central a resguardar en este momento es la salud y la vida de nuestros compatriotas. Y eso es entregar desde la política conducción más que confrontación.
-¿Cree que es suficiente el plazo que se fijó para el plebiscito, pensando que en agosto -pleno invierno- los comandos tendrán que salir a hacer campaña?
Por cierto que el calendario y los compromisos políticos están cruzados por la emergencia sanitaria y lo que es la crisis social. Ahora, lo que se acordó entre los partidos se hizo en base a las distintas conversaciones que sostuvimos con expertos, epidemiólogos y con el Colegio Médico, porque se estaba proponiendo inicialmente la fecha de septiembre, que era una fecha mucho más arriesgada, en el sentido de cuando se va a comenzar a aplanar la curva de contagio del Covid-19. Y quizás el peak sea en el invierno, por lo tanto, haber hecho campaña en junio o julio era bien inviable. Por eso se pensó en que finales de octubre podría ser una fecha más adecuada. Ahora, creo que tenemos que estar muy abiertos y muy atentos escuchando lo que sucede con la proyección de esta epidemia y en eso no podemos tener oídos sordos.
-¿No teme con esto el rechazo pueda ganar tiempo y seguir subiendo en las encuestas?
Siempre hay cálculos políticos en torno a cualquier decisión que se toma. Y está planteado este debate, pero nosotros no podemos estar pensando en si este cambio de fechas le conviene al apruebo o le conviene al rechazo, acá el bien central es resguardar la vida y salud de nuestros compatriotas. No podemos exponer a hombres y mujeres de todas las edades a que vayan a votar y, asimismo, arriesgarnos a tener una participación menguada. Entonces, hemos tomado esa decisión y cada sector tendrá que tener la capacidad de hacer llegar su mensaje para ganar el plebiscito de octubre.
-¿Qué le ha parecido la gestión del gobierno para enfrentar el Covid-19? Desde el Colegio Médico han pedido medidas más extremas como el cierre de ciudades.
He escuchado a eminencias médicas que han dicho que el virus en Chile avanza de forma similar a la que lo ha hecho en Italia. Entonces, esa es una señal de alerta brutal. Y si bien el gobierno ha ido tomando algunas medidas estas parecen no ser las suficientes y a mí lo que me ha faltado es un eje ordenador de las decisiones del La Moneda. Porque primero no se querían suspender las clases y fueron los alcaldes los que presionaron para que se diera esa situación. Lo mismo luego con el cierre de los malls y ahora con la exigencia por parte de los alcaldes de que se decreten cuarentenas totales. Creo que el gobierno se ha visto arrastrado a tomar medidas, pero mirando lo que ha pasado en otros países, estas debieron ser tomadas prematuramente. Yo no soy experta, pero todos han señalado que el gobierno no ha aprovechado bien esta pequeña ventanita que tuvimos cuando aún no se habían expandido el virus.
-¿En qué sentido?
Ahí se podría haber contenido la epidemia. Lo que echan más de menos los expertos son datos e información confiable. Los epidemiólgos dicen que si no hay procedimientos con datos claros para aislar, testear, rastrear, que es lo que han hecho países que han tenido éxito en contener el virus, van a tener que venir medidas más drásticas después. Y, en ese sentido, es preocupante lo que decía el comité asesor presidencial en una reunión que sostuvimos con la mesa del Senado y la Comisión de Salud, donde transmitieron que sienten que no son escuchados y por eso se requiere una coordinación más expedita, con más voces, porque hay muchas que quieren contribuir.
-¿Cree que si no se toman esas medidas el gobierno podría terminar cargando con muertes?
Sí, creo que es urgente tomar medidas más drásticas porque sino vamos a lamentar muertes. Y es lo que ayer pidieron 56 alcaldes. La misma Organización Mundial de la Salud señaló que todo el planeta debería hacerlo. Porque este es un virus totalmente desconocido para la ciencia. No tenemos ningún medicamento para combatirlo, más que el aislamiento. Es muy importante que el gobierno tome medidas más drásticas y avance hacia la cuarentena total.
-Desde el PC han pedido la renuncia del ministro de Salud, Jaime Mañalich. ¿Qué le parece?
Él no ha sido un facilitador de integración y de inclusión de todas las voces que se requieren hoy día integrar para combatir a este enemigo y, en ese sentido, he escuchado al Colegio Médico, a los científicos y no sienten que haya una posibilidad de integrarse y de ponerse todos a buscar una exitosa solución como se hizo con la pandemia del AH1N1. Entonces esa es una crítica fundamental al ministro de Salud. Por eso nosotros proponemos esta comisión, encabezada por un delegado presidencial, e integrada netamente por científicos, salubristas, epidemiólogos, los decanos de medicina, el Colegio Médico, los exministros de Salud que también participaron en la epidemia del AH1N1. Ese puede ser un espacio que realmente dé confianza.
-No cree que sea necesaria entonces la renuncia del ministro.
La decisión de si el ministro sigue o no sigue es del Presidente de la República, pero aquí no sacamos nada con sacar a los ministros si no tenemos un cuerpo de expertos, de médicos, con experiencia que sean los que conduzcan la crisis.
-El gobierno del Presidente Piñera enfrentaba antes del Covid-19 el momento más crítico de su administración y algunos en su sector han deslizado que la emergencia, en la que él ha asumido un rol protagónico, podría terminar favoreciéndolo. ¿Lo comparte?
Siempre estas situaciones de crisis pueden ser una oportunidad, pero también pueden ser un riesgo. Eso va a depender de las decisiones que vaya tomando el gobierno porque, por cierto, que la crisis del coronavirus se cruza muy fuertemente con la crisis social que tiene nuestro país. Esta pandemia afecta de forma distinta a las personas y queda develada la desigualdad por la que millones de chilenos salieron a marchar y a manifestarse a partir del estallido social. Entonces es una oportunidad (para el Presidente) de poder mostrar más logros de los que estaba mostrando hasta antes del 18 de octubre, pero también es un riesgo el relación al juicio que va a hacer la ciudadanía de la forma cómo se ha enfrentado la crisis sanitaria.
-¿Usted teme que con esta emergencia sanitaria el mundo político chileno y, en especial el gobierno, pueda perder la brújula y dar por superada la crisis social?
Hay temas que no podemos soslayar aunque tengamos coronavirus. El gobierno tiene su autodenominada agenda social, de la cual nosotros discrepamos y ese es un debate que tendremos que tener, por ejemplo, en materia de pensiones. Como oposición vamos a seguir defendiendo el fortalecimiento de un sistema público, con solidaridad y de seguridad social, mientras que el gobierno tiene otra visión distinta, más apegada a seguir manteniendo el sistema de AFP. Y no se trata de obstrucción, son miradas distintas de país y vamos a tener que abordarlas, ojalá en el mejor espíritu, resquebrajando las trincheras. Y ojalá que el gobierno también se allane, en este momento de crisis, a atenuar el presidencialismo y a que nos pongamos de acuerdo en las urgencias, en los contenidos, en las prioridades. Porque si seguimos con esta mirada de imposición al Parlamento no vamos a tener entendimiento. Hay que transformar el Congreso en un espacio donde podamos debatir, donde no existan imposiciones y en donde ojalá la gran mayoría de las iniciativas las resolvamos vía acuerdo, transformarlo en un espacio en donde la democracia se fortalezca, donde relegitimemos la política y seamos capaces de entregar propuestas claras de cambio a nuestros compatriotas.
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