Aisén Etcheverry, vocera (s) de Gobierno: “Es necesario poner en primer lugar aquellas agendas que a lo mejor no eran prioridad en un comienzo”

A tres años de haberse iniciado esta administración, la vocera subrogante aborda los avances que, a su juicio, ha tenido el gobierno y los desafíos pendientes. “(Hemos) demostrado ser capaz de darle gobernabilidad al país y la derecha no”, asegura.
La ministra de Ciencia, Aisén Etcheverry (FA), está por cumplir tres meses como subrogante en la vocería del gobierno del Presidente Gabriel Boric.
La secretaria de Estado no ha querido usar la oficina en La Moneda de la titular de la cartera, Camila Vallejo, quien volverá en junio. Así, optó por instalarse en el despacho principal del cowork que se dispuso donde antes estaban las dependencias de Desarrollo Social.
En esta entrevista Etcheverry aborda el último año de la administración de Boric, la salida de Miguel Crispi del Segundo Piso y los desafíos pendientes.

Finalmente Miguel Crispi dejó su cargo, ¿terminó por desgastarse su figura?
Todos fuimos testigos de cómo se le atribuyó responsabilidad e incidencia en una serie de materias en las que alguna ni siquiera estuvo involucrado. Fueron meses de insistir con Miguel, y eso necesariamente tiene costos, en cualquier persona que esté sometida a eso.
¿No hubo resistencia a su salida? Lo planteó Tatiana Klima.
Se ha hablado mucho de las críticas y poco del aporte que significó Miguel Crispi para el gobierno.
Entonces, desde su punto de vista, ¿no hubo un exceso de resistencia a su salida?
Es que el ser parte de un equipo de gobierno supone siempre poner el interés colectivo por el interés personal por delante.

¿Y la salida de Maya Fernández no es una señal de culpabilidad?
La exministra Fernández estimó que era muy importante poder defender su honra en las distintas instancias que están. Insisto en esta lógica de la autoevaluación y de la que nos hace el Presidente, es parte de un proceso también.
Salieron dos ministras, pero no el asesor que, según declaraciones, omitió alertas que se levantaron. ¿Por qué se termina cortando el hilo con ellas y no por Leonardo Moreno?
Es importante diferenciar cosas. Esta historia tiene muchas partes, hay una que es la de la responsabilidad política, que se hizo valer en la exministra Marcela Sandoval. Hay otra parte que son los procesos administrativos que se llevaron adelante, en ese contexto sale la ministra Fernández, por la necesidad de dedicarle el tiempo y energía a defender su honra. Ahora va a empezar la comisión especial investigadora y asistiremos todos aquellos que seamos convocados, para que sea en esos espacios formales y administrativos donde se hagan ver las otras responsabilidades, si es que las hay.
El Presidente habló en 2023 de que estaban pasando por una “curva de aprendizaje”. ¿En qué etapa están ahora?
Mirar un poco hacia atrás es un ejercicio que recién empezamos a hacer ahora y nos da cuenta de algo concreto, que es que esta coalición de gobierno ha demostrado ser capaz de darle gobernabilidad al país y la derecha no. Teníamos una inflación de dos dígitos, déficit fiscal, logramos destrabar la reforma de pensiones, el Ministerio de Seguridad, la deuda de los profesores.

Pero la administración anterior enfrentó una pandemia, un estallido social -respaldado por su sector-. Los parlamentarios de la coalición de Matthei fueron con quienes acordaron pensiones.
Y nosotros hemos valorado el rol que cumplió ese grupo de la derecha, pero ofrecer gobernabilidad pasa también por hacerse cargo de las condiciones que a uno le tocan cuando gobierna, no por echarle la culpa al empedrado o echarle la culpa a la oposición.
¿Hoy día el Presidente es más pragmático que cuando llegó a La Moneda?
Qué difícil hacer esa calificación.
Cuando llegaron a La Moneda tenían un discurso completamente distinto...
Y creo que habla de esta capacidad de entregar gobernabilidad. Es imposible prever cuáles son los desafíos que a uno le va a tocar enfrentar cuando asume. Hay cosas que van cambiando. La misma naturaleza del delito ha cambiado muchísimo en los últimos años. Eso es necesario comprenderlo, construir buenos diagnósticos y poner en primer lugar aquellas agendas que a lo mejor no eran tanta prioridad en un comienzo, pero que se vuelven con ese análisis.
¿Pero no es un poco contradictorio con el diseño original que la palabra “seguridad” sea uno de los temas que puedan relucir?
El objetivo del gobierno y lo que preocupa al Presidente Boric es mejorar la calidad de vida de las personas. Eso es evidente que tiene que ir de la mano de la seguridad. Si eso significó repriorizar algunas materias que a lo mejor en un comienzo no estaban en la primera línea, por supuesto que se hace y sin ningún complejo. Usando términos futbolísticos, tener “movimiento de cintura” para hacerse cargo de los desafíos es esencial en alguien que quiere gobernar.

¿Cómo lo harán para tener control sobre la agenda en medio de las presidenciales?
Aquí hay una discusión que se tiene que dar a nivel de partidos y en paralelo el gobierno tiene que seguir gobernando.
¿Y frente a los flancos que intenten abrir los candidatos de oposición?
Existen dos tipos de crítica, la que se basa en evidencia y las que buscan confundir. El primer tipo son naturales que ocurran en un proceso eleccionario y que vengan incluso de los propios partidos de la coalición de gobierno. El segundo confunde, le quita seriedad al debate y hace que se vaya degradando la discusión pública. Las primeras, bienvenidas. La segunda, por favor, evitémosla. Ojalá tengamos una discusión seria, basada en evidencia, en materias que son de preocupación para las personas. Creemos que es importante que elevemos el nivel de la discusión, que nos basemos en evidencia.

¿Cómo van a administrar las peleas entre candidatos de su propio sector? Esta semana vimos discutir a Tohá con Jadue.
Es que ahí es necesario hacer la diferenciación. Una cosa es la discusión que se da entre los candidatos, donde la crítica constructiva -también al gobierno-, es necesaria. Otra cosa es lo que hace el gobierno, que es seguir avanzando en aquellas cosas que son necesarias. Los partidos y los candidatos hacen su trabajo, nosotros hacemos el nuestro.
Pero ¿no es incómodo que surjan estos enfrentamientos donde también le pegan al gobierno?
Insisto, los partidos tienen sus discusiones y el gobierno tiene su trabajo por hacer. Entonces, nosotros no le tenemos miedo al debate. Tiene que ocurrir y debe darse en torno a evidencia, argumentos, propuestas concretas.
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