Camilo Escalona, vicepresidente del PS: "No estoy en esa fila de exégetas que quieren rendirle culto al legado de Bachelet"
El exsenador plantea que "hay cosas buenas y cosas no buenas" de la herencia de la exadministración. Asimismo, manifiesta preocupación con la decisión de Sebastián Piñera de descabezar el Alto Mando de Carabineros y que da la impresión de que es una pasada de cuenta a quienes apoyaban a Bruno Villalobos. También cuestiona a los "Blumel-lovers"
Califica a la política como "veleidosa" y, por lo tanto, mira con atención los primeros pasos que da el gobierno de Sebastián Piñera. El vicepresidente del Partido Socialista, Camilo Escalona, por ejemplo, manifiesta su preocupación por la decisión del Mandatario de descabezar el Alto Mando de Carabineros. Además, aunque señala que se debe dialogar con el gobierno, cuestiona el llamado a acuerdos nacionales del Jefe de Estado por ser "unidireccional". Asimismo, es particularmente crítico sobre la derrota electoral de la ex Nueva Mayoría y apunta al "menoscabo a los partidos" como el principal factor. ¿Sobre el legado de Bachelet? Dice que hay reformas a defender, como la educacional, pero no está dispuesto a rendir culto a un legado donde hay temas que se deben mejorar.
¿Cuál es su evaluación de la instalación del gobierno de Sebastián Piñera?
Tuvo una coyuntura afortunada este gobierno, hay un clima de unidad nacional por la sesión del Tribunal de La Haya, y las turbulencias del retiro de la Nueva Mayoría del gobierno también le han ayudado. Ha tenido dos factores ampliamente a su favor, por eso mismo hay que tener cuidado, porque la política es sumamente veleidosa. Cuando hay un actor que tiene mucha fuerza tiende a cometer errores o a darle mal uso a esas posibilidades.
¿Hay algún tema en particular que le preocupa?
Yo no hubiera pasado retroexcavadora en Carabineros, eso no es una buena señal. Son más de 60 altos oficiales pasados a retiro. Da la impresión de que se quiere pasar una cuenta a los que apoyaban a (Bruno) Villalobos, pero en estas materias de organizaciones jerarquizadas no se puede olvidar que existe la verticalidad del mando. A una persona se le puede confundir fácilmente como incondicional por el hecho de haber cumplido con las instrucciones que recibía.
¿No considera que la crisis es grande y se debían tomar decisiones grandes?
La crisis es grande, pero desde el punto de vista conceptual, y yo creo que la crisis puede quedar exactamente igual y no resolverse. La tarea no es descabezar Carabineros, es desmilitarizar Carabineros.
¿Esa es la solución a la crisis?
La solución es una reestructuración y no un descabezamiento. Si queremos actuar en serio había que reponer el primer proyecto de reforma constitucional que propuso (Michelle) Bachelet, y que lamentablemente después abandonó en su primer gobierno, que es el proyecto para crear un Ministerio de Seguridad Pública.
¿Cree que Piñera aprendió lecciones de su primer gobierno, por ejemplo en la conformación de su equipo?
Vamos a ver, porque 15 días es muy poco para saber si aprendió o no. Para decirlo en términos políticos y no personales, porque no hay que ser odioso, a mí me parece un gabinete más a la derecha de lo que Piñera estaba obligado a tener.
¿Y por qué lo habrá hecho?
Porque él mismo se corrió para la derecha.
¿Por convicción o por réditos políticos?
Una señal tan negativa como esto de inventarle un cargo al exdiputado (Alberto) Cardemil es síntoma de los temas que lo desvelan, con los que habla con la almohada, esto de tener tranquila la franja más a la derecha de su bloque. Pero si uno mira la fuerza política de esa franja, es marginal. Sin embargo, Piñera la tiene en alta consideración, está preocupado, se nota que está preocupado.
¿Qué le parecen los cinco acuerdos a los que llamó Piñera?
Insuficientes, porque es lo que a Piñera le conviene. Piñera es muy vivo, eligió lo que le conviene, sacó hartos votos, yo no lo voy a desconocer, pero igual más de tres millones de personas votaron por la otra alternativa. Entonces hay otros temas también, por ejemplo la educación.
Pero, ¿son temas donde se puede llegar a acuerdos?
Los temas no pueden ser solo aquellos que le puedan convenir a una parte. Hay que llegar a acuerdos en los temas fáciles y los difíciles, porque si no no tiene sentido. Todo acuerdo de buena fe tiene ida y vuelta. Piñera se puso como el cajero en el banco, cobra nomás.
¿Qué debe hacer la oposición?
Para las fuerzas de la ex Nueva Mayoría, un dato básico es poder establecer un acuerdo sobre educación. ¿Va a respetar Piñera lo que había en educación? Bueno, suscribámoslo, hagamos un protocolo de acuerdo, porque no vamos a estar votando a favor de los niños y desarmando la reforma educacional. La materia tributaria también la dejó afuera, entonces (Felipe)Larraín anda suelto de mano para disminuir la carga tributaria.
¿Debe la ex Nueva Mayoría sumarse a las comisiones propuestas por Piñera?
Hay alguno que seguramente tienen algún pecadillo en el pasado y quiere hacer buena conducta, esos fueron denominados por Pamela Jiles como los "Blumel-lovers", hay gente que se entrega muy fácil, algún pecadillo deben tener, pero la política es de muy largo plazo. Se tiene que abrir un diálogo multilateral, pero igual hay que dialogar.
¿Dialogar es volver a la política de los consensos?
No, es que eso es muy grandilocuente, porque la situación histórica hoy día es completamente diferente, porque el dilema de ayer desapareció, pero hay temas de Estado. Yo creo que la reorganización de la policía es un tema de Estado que no se puede tratar así tan "fácilmente" como se ha tratado, y eso me inquieta.
¿Cómo se debe articular la centroizquierda?
No hay que apurarse, porque cualquier fórmula orgánica no va a resultar ahora. Del 73 al 88, nos demoramos 15 años para llegar a un acuerdo. Hay que tener voluntad de coincidir en las grandes definiciones sin amarres formales.
¿Cómo se superan las diferencias que generan en la centroizquierda temas de la política exterior como los casos de Cuba y Venezuela?
¿Por qué nosotros vamos a ser más papistas que el Papa, si Obama había iniciado una negociación con Cuba que tenía muy buena perspectiva? Claro, se interrumpió con Trump, que no solo se metió con Cuba sino que trastocó el clima internacional. En el caso de Maduro yo creo que ahí la izquierda no puede tener complejos: es un régimen autoritario, intolerante, confrontacional, en Venezuela.
¿Una dictadura?
O sea, va a hacer elecciones, hay que ver cómo son esas elecciones, pero hoy Maduro tiene el grave riesgo, está en la cuerda floja, de recurrir a la dictadura de manera definitiva, por eso que la responsabilidad de la comunidad internacional es mayor en el caso de Venezuela.
¿Cómo debe ser la relación con el Frente Amplio?
No hay ninguna razón para intentar aislar al Frente Amplio, ninguna. Entiendo que hay actores de centro, especialmente gente como Mariana Aylwin y otros, que como que están pero que tampoco están, no se sabe dónde están al final, en la DC o no, que los quieren estigmatizar con el timbre de extremistas. No creo en esa teoría.
¿Usted cree que existe el "legado" de Bachelet?
Hay cosas buenas y cosas no buenas. La reforma educacional es una herencia que debemos salvaguardar, la más importante, la más trascendente. Todo lo demás yo creo que está en discusión. Por ejemplo, creo que fue positivo que se cambiara el sistema electoral binominal, pero el sistema que quedó tiene graves distorsiones. Las leyes políticas que se aprobaron, a los partidos políticos los coloca en una situación de intervención de facto por el Servicio Electoral y esas leyes atentan contra la libertad política. No estoy contento con esa ley, lo dije desde el primer día. Pero fui reprimido. Porque había que apoyar las cosas como estaban.
¿Hay que defender el legado?
La incondicionalidad es un mal de los partidos políticos. Soy laico, postulo el socialismo no dogmático, no hay un texto sagrado al que rendirle culto. Si algunos exégetas quieren que hagamos eso con esa palabra "legado", no estoy ahí. No estoy en esa fila de exégetas que quieren rendirle culto al legado de Bachelet. Pero sí creo que hay reformas muy valiosas, en especial la de educación, que las tenemos que saber salvaguardar.
¿Fue el gobierno de Bachelet el responsable de la derrota?
No estoy por el canibalismo político. Pero sí puedo apuntar a un concepto básico de la derrota: el menoscabo a los partidos políticos, no contar con ellos. Tanto así, que los partidos se acostumbraron a que los menospreciaran y se refugiaron en una candidatura independiente que fracasó. Para dirigir el Estado se necesitan partidos fuertes que no se deben dejar de lado. Ese es mi lección política.
¿Era evitable la derrota?
La derrota era perfectamente evitable si hubiéramos tenido una candidatura única en su momento. Yo apoyé a Lagos, podría haber sido otra persona, pero una campaña sin programa, en los hechos, sin discurso coherente como la que hicimos, que haya sacado más de tres millones de votos indica que contábamos con una base que nos permitía ganar y que la derecha gobierna Chile hoy por los errores que cometimos y no por sus propios méritos, esa es mi convicción.
¿Cuál el rol que va a jugar Camilo Escalona estos cuatro años?
No me asigno nada, no soy mesiánico, no me otorgo roles para los cuales no me designan. fui elegido vicepresidente del Partido Socialista y esa es la tarea que voy a tener
Con el correr de los meses, ¿cómo ha asumido su derrota en la elección senatorial?
Uno tiene que mirar con crudo realismo las condiciones que le permiten influir. En el caso mío lógicamente, no puedo ignorar lo que son los resultados adversos que he tenido, por eso me situó con los pies en la tierra.
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