Un comité político contra el tiempo
En el oficialismo dicen que el futuro del equipo -que en la coalición es considerado "débil"- dependerá de si en las próximas semanas logran empoderarse y, además, de la situación de orden público.
Los ministros del comité político están conscientes de que el escenario cambió para ellos y para La Moneda luego de los resultados de la última encuesta CEP, que arrojó un duro golpe para el Presidente Sebastián Piñera: apenas un 6% de respaldo ciudadano, el más bajo desde el retorno a la democracia.
En el Ejecutivo dicen que ese resultado demuestra una fuerte desafección del propio electorado de la centroderecha, lo que preocupa a La Moneda. Así, según varias fuentes de gobierno y de Chile Vamos, un cambio de gabinete se hace necesario e, incluso, es una materia que el propio Mandatario estaría analizando, principalmente, respecto del desempeño de su comité político: Gonzalo Blumel (Interior), Karla Rubilar (Segegob) y Felipe Ward (Segpres). Esto, más allá que los dos primeros no obtuvieron malos resultados en el sondeo, mientras que Ward no apareció entre las figuras que se evaluaron.
Fuentes del oficialismo, además, sostienen que el gobierno solicitó a algunos dirigentes de partidos -a través de un emisario- tener nombres a disposición para un posible rediseño en el gabinete.
En el sector sostienen que son varios los factores por los cuales se justificaría una modificación en el equipo político, entre ellos, el creciente descontento en los partidos de Chile Vamos, desde donde transmiten que es un equipo "débil" de ministros, que existen diferencias internas entre ellos y que no actúan en complicidad. Así, señalan que, por lo tanto, no han logrado representar al sector como corresponde.
En ese contexto, en Palacio hay inquietud por la presión que -reconocen- ha existido desde algunos partidos para que existan cambios en un comité político, que no es visto como un interlocutor válido.
Una muestra de eso, afirman, es que el propio Presidente Piñera fue quien tuvo que intervenir para zanjar el conflicto entre la UDI y el resto de la coalición luego de que el partido liderado por Jacqueline van Rysselberghe decidiera congelar las relaciones. Por esta razón, en el oficialismo afirman que los ministros están "contra el tiempo" y que deben afiatarse y empoderarse, porque, de lo contrario, debería concretarse un ajuste. La misma premura dicen que existe para controlar la situación de orden público, sobre todo pensando en cómo evolucione el escenario de aquí a marzo.
"Al comité político le falta afiatarse", dice Van Rysselberghe, junto con señalar que "el cambio de gabinete que se hizo en octubre era para descomprimir, más que para reajustar". Y agrega: "Un posible nuevo cambio de gabinete dependerá de lo que pase en estos dos meses, de lo que pase en marzo y de si se logra desarticular a la primera línea".
En Chile Vamos y también en el Ejecutivo hay quienes sostienen que Blumel tiene una "debilidad" para manejar el tema del orden público, un área con la que -según varias fuentes de gobierno- el secretario de Estado no se siente cómodo. De hecho, el titular de Interior ha preferido mantenerse en los asuntos políticos y legislativos, lo que ha generado incomodidad en la Segpres.
En ese sentido, son varios los que sostienen que, justamente, la CEP refleja que el electorado de la derecha está castigando que La Moneda tenga "mano blanda" en seguridad. Y recalcan que el jefe de gabinete es el rostro de ese estilo. Así, en el gobierno son varios los que transmiten que la apuesta de Piñera -en medio del estallido social- por un gabinete más joven y con un militante de Evópoli a la cabeza del comité político, fracasó. "Debimos cuidar nuestra base de apoyo", afirman, en privado, algunas autoridades del gobierno, apuntando a que Evópoli no representa correctamente a la centroderecha.
La idea instalada en varios sectores de Chile Vamos es que se debe "enmendar el rumbo" y no seguir profundizando en el camino que inició el nuevo gabinete que asumió en octubre. Esto, intentando recuperar a las "bases" con las ideas de la centroderecha.
"El gobierno en su conjunto lo ha hecho mal, eso es así. Lo ha hecho muy mal. Pero no se le puede echar la culpa solo al ministro Blumel", dice, sin embargo, el senador Manuel José Ossandón (RN), quien sostiene que "si no se restablece el orden público, lo político pasa a segundo orden".
Blumel, de todas maneras, es una de las figuras de mayor confianza de Piñera. Y en el Ejecutivo dicen que el Mandatario -en medio de las presiones por un ajuste- buscaría protegerlo.
En el caso de Ward, en el bloque dicen que aún no se logra afirmar como titular de la Segpres, mientras que a Rubilar no la ven defendiendo con fuerza las posturas del gobierno.
De hecho, el jueves no pasó desapercibido que la exintendenta estuviera en Magallanes, justo después del anuncio de la reforma a las pensiones y en la jornada en que se conocieron los lapidarios resultados de la encuesta del CEP. En todo caso, desde el entorno de Rubilar recalcan que es un viaje que estaba contemplado con anticipación y que apunta a uno de los sellos que busca darle a su cartera: un gobierno en terreno y cercano a la ciudadanía.
De todas formas, si bien en Chile Vamos reconocen que los ministros "están contra el tiempo", dicen que se debe respaldar al actual gabinete y darle apoyo para que "se afirme".
Ese punto fue planteado, por ejemplo, por el presidente de RN, Mario Desbordes, a Piñera. Según dicen en el oficialismo, el dirigente le transmitió al Mandatario su disposición para reforzar la relación con Rubilar. Esto, para que ella sea la voz del partido en Palacio, pese a no ser militante.
Consultado al respecto, Desbordes dice que "tengo una buena relación con Rubilar, me representa bien y estamos buscando trabajar al igual como lo hacíamos con Cecilia Pérez, y no me siento huérfano en el comité político". En todo caso, añade que "obviamente, este comité político tiene que afiatarse con el tiempo y los partidos tenemos que apoyarlo".
En RN, además, hay quienes recalcan que Blumel y Rubilar -que fueron medidos en la CEP- son de las figuras mejor evaluadas del sector, en contraste con personeros de la derecha que tienen un perfil "más duro". En ese sentido, recalcan que no se justificaría removerlos.
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