Controlar las expectativas: la apuesta del oficialismo en su “segundo tiempo”

Boric
Foto: Agenciauno

Parte de las preocupaciones que rondan en las dos coaliciones de gobierno y en la propia Moneda es cómo la ciudadanía, después de cierto tiempo en el poder, podría empezar a pasarle la cuenta al Ejecutivo si no ve cambios concretos, que fueron comprometidos durante la campaña. Si bien el Presidente Boric ha recalcado que las transformaciones toman tiempo, la presión de las personas es una materia compleja de administrar, reconocen en el sector.


“Hay dos tipos de expectativas: las que se arrastran por años y las que “impulsa” de cierta forma este gobierno con su programa”, analiza un dirigente frenteamplista.

El tema se ha tocado en más de una oportunidad en la interna oficialista. En el Frente Amplio, particularmente al interior de Convergencia Social, la discusión ha sido abordada por militantes con el sociólogo Carlos Ruiz Encina -sindicado como “ideólogo” del bloque-, quien ha planteado esta idea de la “división” entre los dos tipos de expectativas ciudadanas que el Ejecutivo debe administrar, detallan quienes han intercambiado ideas con él.

Y dentro del mismo gobierno, ya instalados en la administración del Estado, es un “peso que ha caído sobre los hombros”, aseguran, añadiendo que, en varias oportunidades, se ha conversado sobre la necesidad de tener una “fórmula” para “canalizar” las expectativas.

Si bien en La Moneda explican que el Presidente Gabriel Boric siempre ha hablado de gradualidad -en las grandes reformas, por ejemplo-, ha sido distinto hacerlo desde el cargo. En Palacio ya se habla de “la conciencia de los recursos públicos”, o de la magnitud del gasto en políticas públicas. Eso ha transmitido el Mandatario a su círculo más cercano, obligando a controlar y ajustar las expectativas.

Un ejemplo que se ha repetido en las últimas semanas es lo que se desembolsó en el Mecanismo de Estabilización del Precio de los Combustibles (Mepco): un punto del PIB. “Es molesta y repetitiva la frase, pero otra cosa es con guitarra”, admiten en el oficialismo.

La gran señal -y precisamente el hito que, a juicio de varios en la coalición, marcó el fin de la instalación y el inicio del “segundo tiempo”- se dio en la cuenta pública, momento en que el Mandatario enfatizó que, frente al escenario económico, “debemos ser responsables. Por ello es que, junto con fortalecer la resiliencia de la economía y las finanzas públicas que nos permita responder a emergencias, sin que ello desriele recursos y atención del camino de transformaciones de largo plazo. Debemos enfrentar la tentación de las soluciones supuestamente fáciles, pero que generan a la larga más problemas”.

Entre su gabinete, es el jefe de Hacienda, Mario Marcel, quien ha apostado a señalar que los cambios serán graduales. Lo hizo respecto de la condonación del CAE y, más recientemente, a propósito de la reducción a 40 horas laborales.

El Mandatario, de hecho, ayer por la tarde compartió en su cuenta de Instagram -acotando que esta publicación la hacía él, personalmente- una de las tantas cartas que llegan hasta Palacio. La foto de una misiva firmada por Amanda, de 11 años, señala buenos deseos para el gobierno y agrega que “tendremos paciencia para los cambios”, aspecto que fue relevado por Boric en la publicación, lo que da cuenta de su inquietud por cumplir con las expectativas.

“Hoy en la tarde me quedé unos minutos revisando y respondiendo algunas de las cartas que me llegan. Les prometo que me encantaría responder cada una y siempre trato de llamar a algunas de las personas que me escriben para que sepan que los leo y contarles todo lo que estamos haciendo para mejorar la vida en nuestro Chile. Pero a veces también me llegan cartas que no piden nada, sino solo entregan esperanza y buenas vibras, como esta de Amanda. No tenía remitente, pero si alguien conoce a Amanda, de 11 años, de Conchalí, que le gusta dibujar y sabe que los cambios que necesitamos toman tiempo y tenemos que hacerlos, mándele un gran abrazo de mi parte”, escribió.

Parlamentarios que han hablado con el Jefe de Estado en los últimos días transmiten que Boric se encuentra optimista respecto del devenir de su administración, que está consciente de que ha tenido que pagar un elevado costo político inicial, pero que espera que en esta “segunda etapa” todo se encauce.

Las presiones desde el oficialismo

Aunque en el comité político, tras la cuenta pública, sacaron cuentas alegres a propósito del repunte en los sondeos de opinión marcados por el discurso presidencial, algunos timoneles -como la PPD, Natalia Piergentili, y el jefe del Partido Liberal, Patricio Morales- advirtieron la necesidad de tener una hoja de ruta clara desde aquí para adelante, y con mayor despliegue de las carteras sectoriales. Eso es parte, según han analizado en las colectividades del Socialismo Democrático, de responder a expectativas “más tangibles”, como construcciones, nuevas obras en regiones, entre otras.

Parte del error del “primer tiempo”, observan en la misma coalición, fue no contar con un cronograma claro -de acciones legislativas, o incluso administrativas- para los primeros 100 días, una definición clásica de los gobiernos entrantes a la que La Moneda no estuvo dispuesta. O al menos no de forma explícita como una declaración de intenciones frente a la ciudadanía.

Tras la encuesta CEP, en dicho bloque apuntan a que “hay un retorno de valores conservadores” -respecto de la visión posestallido social- que también se refleja en las expectativas. Lo que da cuenta de aquello es que por sobre otras preocupaciones más coyunturales -como pensiones, salud o educación, incluidas en el programa de Boric-, la delincuencia es el problema prioritario a resolver por parte del gobierno, según los consultados. “Ese es el desafío que marca este año de gobierno”, señaló el diputado de CS Gonzalo Winter -en una reciente entrevista con La Tercera- refiriéndose a ese punto.

En Apruebo Dignidad, los emplazamientos a ir cumpliendo puntos programáticos han venido principalmente desde el PC.

Hace algunas semanas, el presidente del partido, Guillermo Teillier, emplazó al gobierno a que “tome la iniciativa y pase a la ofensiva. Para ello es fundamental reinstalar la agenda transformadora adelantando la puesta en marcha de reformas emblemáticas (...). La reforma tributaria y la reforma previsional deben pasar a primer plano. Son vitales para cumplir con las demandas sociales, esto en lo inmediato. Después del plebiscito y la aprobación de la nueva Constitución se podrá avanzar con más rapidez”. Coincidencia o no, a los días después, el Ejecutivo anunció fecha para la reforma tributaria -fines de este mes- y para la previsional en agosto.

Aunque la definición que hizo Teillier no fue antojadiza, sino que fueron parte de las definiciones del último comité central de mediados de mayo, donde se abordaron los “anhelos ciudadanos” de la gente respecto del gobierno. El tema también ha sido discutido en instancias partidarias del Frente Regionalista Verde Social (FRVS), así lo constató la presidenta de la colectividad, Flavia Torrealba. “Estamos permanentemente monitoreando el tema de las expectativas y los avances del gobierno en todas las regiones y la convicción de nuestros dirigentes es que no hay mejor tratamiento de expectativas que trabajar para cumplir las promesas de campaña”, dijo.

Desde el partido del Presidente, el diputado Diego Ibáñez (CS) sostuvo que “la tarea del Presidente no es bajar las expectativas, porque son dolores del pueblo chileno, sino que marcar una hoja de ruta para encauzar institucionalmente estas expectativas”. De todas formas, desde la misma colectividad, Winter apuntó a “adaptar el programa a los tiempos que imprime la realidad”.

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