¿Dar trato? Cómo es la relación de Boric con los jefes de partidos
Durante su mandato, el Presidente ha ido enfriando su vínculo con los líderes partidarios -hay algunos con quienes no habla hace meses-, aunque con notorios matices en favor de los representantes del Frente Amplio y la timonel del PS.
Se veían con frío y cansados. Los ocho presidentes de partidos del oficialismo llegaron la noche del miércoles a La Moneda para sostener un comité político extraordinario. Ninguno se lo quiso perder, pues pensaban que podía presentarse el Presidente Gabriel Boric y querían aprovechar de hablar con él sobre los temas que más les preocupan.
Sin embargo, el Mandatario no se presentó. La ministra del Interior, Carolina Tohá, quien convocó el encuentro, señaló que nunca estuvo claro si asistiría o no. Así, los líderes del oficialismo se tuvieron que conformar con ella, el ministro Álvaro Elizalde (Segpres) y Carlos Durán, el jefe de gabinete de Boric.
La decepción con la que salieron algunos de los dirigentes del espacio, al no haber podido compartir con el Jefe de Estado, da cuenta de un fenómeno mayor: la distante relación que mantiene el Mandatario con la mayoría de los líderes de los partidos que sustentan la alianza de gobierno.
Los contactos directos de la mayoría de los timoneles con el Presidente son puntuales y muy escasos. Generalmente son los dirigentes los que toman la iniciativa de llamar al Mandatario y, en algunas ocasiones, es el propio Boric quien quiere manifestar un punto.
El viernes de la semana pasada, por ejemplo, el timonel del PPD, Jaime Quintana, le envió un mensaje por Signal -la aplicación de mensajería que utiliza Boric- al Presidente. Por esa vía, el senador le mandó su propuesta en materia de seguridad en medio de la crisis originada a raíz del alza de homicidios en la Región Metropolitana.
Antes de eso, el Mandatario lo llamó por teléfono desde Europa para darle las condolencias por la muerte de su hija. La última vez que conversaron más distendido presencialmente fue el 1 de junio, para la cuenta pública del Congreso. En ese partido, en todo caso, transmiten que el trato de Boric con los dirigentes de las colectividades ha ido mutando con el tiempo. Cuando Natalia Piergentili estaba a la cabeza del PPD, quien lo presidió hasta septiembre del año pasado, Boric hablaba habitualmente con ella. Eso sí, la mayor parte del tiempo a través de Signal. No era extraño que el Mandatario enviara un mensaje quejándose por algún desmarque de algún parlamentario de la tienda.
Sin embargo, la relación se deterioró y se quebró entre ambos luego de que Piergentili optara por competir en una segunda lista en las elecciones de consejeros constituyentes, pese a que Boric le solicitó en un encuentro en su propia casa que no lo hiciera. Las asperezas se agudizaron luego de que ella calificara de “monos peludos” al electorado de gobierno.
Por lo mismo, dicen que el Jefe de Estado una vez que se molesta por algo es difícil que vuelva a tener la misma relación. Algo similar ocurrió con el ahora expresidente de la UDI Javier Macaya, con quien en un inicio mantenía un trato fluido.
Pero la relación no solo es distante con el PPD. En el caso del Partido Liberal es aún más frío el trato. Su presidente, Juan Carlos Urzúa, no ha hablado durante alrededor de tres meses con Boric. La última vez que lo hicieron fue para abordar una votación en el Congreso en que eran claves los votos de la bancada liberal.
Lo cierto es que la relación entre esta colectividad y el Mandatario está dañada. Particularmente, desde que removieron a Juan Carlos García del Ministerio de Obras Públicas y dejaron a los liberales sin representación en el gabinete.
El vínculo que mantiene con Urzúa, en todo caso, dista del que tenía el Jefe de Estado con el expresidente de la colectividad Patricio Morales, con quien hablaba frecuentemente.
En el caso del Partido Radical, su líder, Leonardo Cubillos, habló con el Presidente Boric por última vez en abril de este año, cuando, en una reunión a solas en La Moneda, le hizo saber que lo operarían, por lo que estaría algunas semanas sin participar de las actividades de la alianza. Fuera de eso, han intercambiado mensajes de vez en cuando.
Así, son tres de los cuatro presidentes del Socialismo Democrático los que mantienen un vínculo más bien formal con Boric. La excepción de ese bloque es Paulina Vodanovic, del Partido Socialista, quien suele llamar al Presidente cuando algo le preocupa o le molesta. Lo hizo, por ejemplo, cuando Camila Vallejo asumió como ministra enlace en el contexto de los incendios de Viña del Mar, en desmedro de Maya Fernández (PS, Defensa), quien había sido nombrada días antes.
La senadora incluso ha ido a la casa del Jefe de Estado en un par de ocasiones. Por ejemplo, lo hizo cuando, en 2023, la alianza debatía sobre si debían competir en una o dos listas en las elecciones de consejeros constituyentes. La timonel llegó hasta el domicilio de Boric, en barrio Yungay, para sostener una reunión de la que también participó el entonces líder de Convergencia Social, Diego Ibáñez, que tuvo como fin instarla a ella a no competir en una segunda lista.
Asimismo, en el PC aseguran tener una comunicación fluida entre su timonel, Lautaro Carmona, y el Presidente. Dicen que las conversaciones entre ellos son frecuentes y que se sienten escuchados por el Mandatario. Además, destacan que Boric “es muy cercano” a ellos.
El Frente Amplio es caso aparte. Al ser el partido del Presidente, naturalmente la comunicación con ellos es mayor.
Por su parte, el presidente de Acción Humanista, el diputado Tomás Hirsch, afirmó que su comunicación con el Mandatario se limita mayormente a los comités políticos que se realizan en La Moneda. “Nosotros seguimos los conductos normales y regulares”, dijo. “Puedo escribirle, llamarlo. Existe esa conversación a veces”, reconoció.
Por otro lado, la última vez que la presidenta de los Regionalistas Verdes, Flavia Torrealba, habló personalmente con el Jefe de Estado fue hace más de un año, cuando ella tuvo que ausentarse de la primera línea política producto de las secuelas del Covid. En esa instancia, el Mandatario le preguntó por su estado de salud. En el partido, de todas formas, advierten que ellos prefieren evitar recurrir a Boric, por lo que desdramatizan no tener mayor relación con él.
El rol de Durán y Crispi
Lo que algunos consideran como Boric en segunda línea, respecto a su relación con los partidos, es contenido por el rol que juegan el jefe de gabinete y el jefe del Segundo Piso de La Moneda, Carlos Durán y Miguel Crispi, respectivamente.
Ambos mantienen una buena relación con los timoneles de partidos y los reciben habitualmente en La Moneda. Mientras Durán lo hace en citas bilaterales, Crispi desde hace semanas los recibe casi todos los viernes en Palacio, donde analizan la contingencia y proyectan a la coalición con discusiones de carácter más ideológico.
Los dos tratan de ser un nexo entre los dirigentes con Boric. Eso sí, varios transmiten que si bien les tienen estiman, lo cierto es que no resuelven sus problemas.
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