El plan de la derecha de postergar el debate de las enmiendas que tensiona al Consejo Constitucional

Consejo Constitucional
Foto: www.procesoconstitucional.cl

La oposición propuso que la discusión de las indicaciones parta el 16 de agosto. La izquierda está en contra e interpreta que el ánimo de la bancada republicana y de Chile Vamos es de dilatar el asunto y evitar que los consejeros comiencen a argumentar los cambios al anteproyecto en sesiones públicas.


En menos de un minuto desde que inició la sesión de Función jurisdiccional de este martes, la consejera María Pardo (CS) pidió la palabra para hacer una solicitud antes de comenzar la reunión. La representante se refirió al calendario del proceso, motivada por su preocupación de que el órgano aún no inicie el debate de las enmiendas.

“Todavía no está fijado el calendario para la discusión de las comisiones y entiendo que esa es la razón por la cual estamos todavía recibiendo expositores. Esta comisión, según entiendo, recibió al menos 220 enmiendas, un número bastante extenso. Son enmiendas bastante complejas en algunos casos”, comenzó diciendo la consejera de Valparaíso.

Pardo continuó su intervención. “Le debemos al país darnos el tiempo para discutir, para darnos el argumento de por qué presentamos las enmiendas que presentamos, qué es lo que buscamos. Hemos estado revisando una a una las enmiendas presentadas y en muchos casos se nos hace difícil entender por qué se presentaron (...) El tiempo va a apremiar y va a ser muy necesario que partamos discutiendo lo antes posible y no estemos haciendo las cosas a última hora”, cerró la delegada de la bancada CS-PC.

La intervención de Pardo es reflejo de una molestia que está instalada en el oficialismo. La izquierda del Consejo interpreta que los republicanos y Chile Vamos están “pateando” el debate y dilatando la discusión de las enmiendas. Para justificar su molestia el sector entrega como ejemplo dos episodios.

El primero ocurrió la semana pasada. El presidente de la comisión de Derechos sociales, Germán Becker, citó a una sesión para iniciar el debate de las enmiendas del capítulo de medioambiente. Su citación sorprendió a algunos integrantes de la bancada republicana, quienes afirmaron en privado que pasaba por alto un acuerdo tácito de que el debate de las indicaciones no partiría esta semana y que el calendario debía ser acordado por los delegados y la mesa directiva para que las cuatro comisiones estuvieran coordinadas.

Esa sesión, de hecho, estuvo tironeada entre la izquierda. El bloque oficialista, citando el reglamento, exigió cumplir con el objeto de la citación y debatir en específico cada enmienda. Algunos en Chile Vamos pidieron solo dar inicio a una discusión en general y no en detalle. Los republicanos pidieron atrasar el tema y seguir recibiendo invitados externos, sin importar si eso implicaba repetir invitaciones de especialistas que ya expusieron en semanas anteriores antes del ingreso de las enmiendas.

El segundo episodio pasó este lunes. En una reunión de delegados citada para buscar acuerdo respecto a la conformación de la mesa de negociación de las enmiendas y el calendario de debate y votación de indicaciones, la derecha propuso que la discusión partiera el 16 de agosto. De esa manera, se destinaría una semana para el debate y luego otra semana para la votación en comisión.

Quienes supieron de esa reunión comentan que los republicanos argumentaron que era necesario tomarse dos semanas para instalar la mesa de negociación, ya que una instancia de ese tipo necesita “tiempo y de un buen ambiente” para iniciar las tratativas.

En cambio, si partían con el debate en paralelo a la instalación de la mesa de negociación, el clima se iba a tensionar y los consejeros se pelearían en las comisiones, tal como pasó en Derechos sociales la semana pasada. Con ese ambiente, comentan los republicanos, se hace difícil negociar las enmiendas.

Otro punto de la bancada del partido fundado por José Antonio Kast apunta a que sus consejeros necesitan tener una idea preliminar de cuáles son las enmiendas que pueden defender con fuerza. Esto busca que si en una sesión algún representante promueve con dureza una indicación, que además fue parte de su campaña, luego queda con poco margen para retirarla producto de la negociación con el oficialismo.

De hecho, en privado entre los republicanos reconocen que el dilatar la discusión de enmiendas responde a una estrategia para evitar desviar los temas que quieren instalar, exponerse a cometer errores y que se genere un “alboroto” en la opinión pública.

Las dudas oficialistas

Ninguno de esos argumentos convence al oficialismo, quienes incluso han deslizado que, a juicio de ellos, la bancada quiere proteger a gran parte de sus consejeros para no exponerlos en sesiones públicas y “seguir imponiendo su mayoría”. Esto, en un contexto en que, a juicio de los partidos de gobierno, no todos los consejeros republicanos manejan los argumentos técnicos de las enmiendas y ganar tiempo permitiría que sus asesores preparen con más calma las fundamentaciones.

En la izquierda ponen como ejemplo a la consejera Claudia Mac-Lean (republicana), quien en el contexto de la enmienda oficialista que habla sobre el deber del Estado de “dar protección a los animales, prevenir su maltrato y promover una educación basada en la empatía y respeto”, mostró sus reparos a la indicación. “La palabra empatía es difícil, porque hay personas que no quieren empatizar con los animales. Hay personas que no les gustan los gatos, por ejemplo. Educación basada en la empatía puede ser forzado. A mí no me gustan los gatos, entonces yo diría, ¿por qué tendría que tener empatía con los gatos? Puede ser muy absurdo el ejemplo, pero para allá va el punto”, expuso Mac-Lean.

Desde la bancada republicana, en todo caso, hay algunos que descartan por completo tener ánimo de no exponer a sus consejeros y agregan que si su ánimo fuera “imponer su mayoría” citarían a sesión el mismo lunes para votar cada una de las indicaciones.

En Chile Vamos miran con calma este debate. Pese a que la propuesta de iniciar la votación el 16 de agosto es de todo el bloque opositor, sus bancadas en realidad son indiferentes al tiempo y no tendrían problemas en partir discutiendo de inmediato. Sin embargo, en esto, pese a algunas dudas iniciales, están juntos como sector y se plegaron a la idea republicana.

El oficialismo ha dicho que, por último, estas semanas se deberían dedicar para que los consejeros puedan explicar las razones o motivaciones que sustentan cada enmienda, sin entrar en el debate más específico, pero mientras no haya acuerdo entre los delegados y la mesa directiva, el asunto no puede partir de manera oficial. La izquierda, además, cuestiona que el calendario tentativo que rige al proceso desde junio tenía fijado para esta semana el inicio del debate de las enmiendas. Junto con eso, dicen que para ellos es importante que “la ciudadanía pueda seguir el debate público” de las sesiones que se transmite por streaming.

Los delegados no han podido llegar a acuerdo. Junto con definir el calendario, además tienen que resolver cómo conformar la mesa de negociación de las enmiendas. El oficialismo hizo una primera propuesta y pidió que la instancia tenga un representante por partido más el escaño indígena. La derecha respondió diciendo que ellos querían algo más pequeño y por eso contrapropusieron un representante por bancada más un asesor.

El asunto será debatido nuevamente este miércoles, en una nueva reunión de delegados. Si los representantes de las bancadas no logran acuerdo, las discrepancias se someterán a votación. Si eso ocurre, la derecha aprobará su propuesta de calendario y de mesa negociadora, ya que sus tres delegados representan 33 votos y los tres delegados de izquierda equivalen a 17 sufragios.

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