Elizalde vs. Ossandón: la carrera para presidir el Senado se acorta a dos nombres

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Las principales cartas para presidir la Cámara Alta han tomado dos estrategias distintas. Mientras el senador RN cerró el respaldo de su partido en enero y declara abiertamente su interés por el cargo, el presidente del PS, quien tiene mayoría en su bancada, ha optado por no forzar la decisión de su colectividad y corre, por ahora, en forma subterránea.


“Por supuesto que mantengo mi candidatura (a la presidencia del Senado) hasta el final”, dijo el senador de RN Manuel José Ossandón antes del ingresar a la sala de la corporación, que este martes retomó sus funciones habituales tras el receso legislativo de febrero.

Segundos antes, a 10 metros de distancia, el senador y presidente del PS, Álvaro Elizalde, principal carta de su colectividad para liderar este año la Cámara Alta, acababa de terminar un punto de prensa, en el que se cuidó de no dar señales respecto de su eventual postulación a la testera. “En el caso del Partido Socialista, no hemos resuelto quién encabezaría en representación de nuestra bancada”, dijo.

A pesar de su cautela, el nombre de Elizalde era el que corría con más fuerza en las negociaciones por varios factores.

En el acuerdo marco que se logró en el Senado tras las elecciones parlamentarias de noviembre -que repartirá dos años de presidencia para la derecha y otros dos para la centroizquierda-, el PS ya tenía asegurado al menos un período en la testera al ser la bancada más numerosa de su bloque.

Dentro del PS, por su parte, Elizalde ya cuenta con el apoyo de cuatro de sus siete integrantes, por lo que si llegara a votarse el candidato para presidir el Senado se impondría al otro interesado en liderar la corporación, el legislador socialista Alfonso de Urresti, quien ya fue vicepresidente y fue reelegido en 2021 con una alta votación.

Sin embargo, hay un tercer factor que desde fines de enero comenzó a inclinar definitivamente la balanza a favor de los socialistas: el temor por el debate en la Convención Constitucional, donde predominan los partidarios de poner fin al Senado y avanzar hacia un Congreso integrado solo por diputados (unicameral).

Esa inquietud se hizo palpable luego de que la Comisión de Sistema Político -la instancia madre de la Convención, pues de ella depende el perfil que tendrán las principales instituciones de la República, como la Presidencia y el Congreso- propusiera un paquete de indicaciones, consensuadas desde la DC hasta la ex Lista del Pueblo, que ponían fin al Senado y lo reemplazaban por un órgano con menores atribuciones, denominado Consejo Territorial.

Si bien en las votaciones de este martes se introdujeron algunas modificaciones que revertían la atrofia en la que quedaría la entidad sucesora del Senado, ese episodio desató un plan de emergencia para tratar de influir en la Convención.

Precisamente desde la UDI empezó a promoverse la idea de que, dada la influencia que tienen ciertos senadores socialistas entre los convencionales del PS y en el gobierno de Gabriel Boric, ellos tomaran la conducción y lideraran la defensa del Senado en este año que es crítico para la supervivencia de la institución.

De hecho, hay análisis jurídicos que indican que la Cámara Alta podría ser disuelta este año, si es que no existe una mayoría de 103 votos en la Convención que permita generar una transición gradual y programada.

En línea con esa preocupación, el martes y miércoles pasado, los senadores socialistas encabezaron la arremetida en contra del acuerdo de la Comisión de Sistema Político, quitándoles el respaldo a sus propios convencionales y emplazando al entrante gobierno de Boric a jugar un rol en la conducción del debate en la asamblea constituyente.

“Estamos ante un debate democrático muy relevante... El Senado debe contribuir al éxito de ese proceso. Nosotros estamos comprometidos con el proceso constituyente... Nos parece importante que se arribe a una Constitución que esté a la altura que Chile necesita y la mesa del Senado debe jugar un rol “, dijo Elizalde, quien agregó que la composición de la futura mesa será una “señal política importante”.

Ossandón resiste

Sin embargo, hasta ayer en la tarde, la principal traba para sellar el acuerdo -que les concedería el primer año de presidencia del Senado a los socialistas y especialmente a Elizalde- era la resistencia de Ossandón.

Además, hasta el cierre de esta edición, la DC tampoco bajaba la postulación del senador Francisco Huenchumilla para presidir la corporación en 2022. Sin embargo, algunos en la Falange señalaron que estaban resignados y que es posible que cederían al menos en el interés por este año, sin renunciar a la posibilidad de presidir la institución en el futuro.

Ayer, pasado el mediodía se reunieron en las oficinas del PS en el Senado los representantes de casi todas las bancadas, salvo la DC, que se excusó en una señal de disidencia. No obstante, las conversaciones que continuarán este miércoles culminaron sin acuerdo.

En la cita, De Urresti y José Miguel Insulza estaban por la bancada socialista; Guido Girardi a nombre del PPD; Claudia Pascual por Apruebo Dignidad; Claudio Alvarado por la UDI; Luciano Cruz-Coke por Evópoli, mientras que RN se hizo representar por su presidente Francisco Chahuán, por Rodrigo Galilea y por Paulina Núñez.

La señal que quería dar RN es que detrás de Ossandón estaba todo el partido. “Somos la bancada más grande del Senado”, remarcó Chahuán, mientras que Núñez estaba como “orejera” directa de Ossandón.

El senador de RN se había impuesto dentro de su bancada, en enero pasado, en una votación secreta, por siete votos a favor contra cuatro que logró su par José García.

Para convencer a su partido, Ossandón argumentó que él tenía la personalidad para asumir la defensa del Senado en este año crítico para la corporación.

Respecto de la idea que han deslizado algunos senadores como Claudio Alvarado (en términos de que sería mejor para la derecha liderar el Senado el segundo año y el tercero), Ossandón dijo que el senador UDI “trabajaba para el gobierno” y que todo le parecía una “excusa” extraña para sacarlo del camino. “Hay un postulación que la gané democráticamente”, dijo, al tiempo que remarcó que le parecía “raro” que un partido de extrema derecha, en referencia a la UDI, les entregue la presidencia del Senado a los socialistas.

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