Isabel Plá (UDI), exministra de la Mujer: “Los gobiernos no necesitan un protocolo para actuar con transparencia y con sentido político”
La exsecretaria de Estado aborda el caso Monsalve y la reciente denuncia conocida contra el Presidente Boric. Sobre esta última y los estándares que ha enarbolado el sector del Mandatario, Plá asevera que "la violencia contra las mujeres nunca puede banalizarse y no puede usarse como un arma política de apropiación monopólica, como lo ha hecho desde el principio el Frente Amplio".
Crítica de cómo ha manejado el gobierno el caso Monsalve y la denuncia contra el Presidente Gabriel Boric por difusión de imágenes privadas y acoso sexual, la exministra de la Mujer del último gobierno de Sebastián Piñera, Isabel Plá (UDI) se pregunta si “¿se necesita un protocolo para que un gobierno razone, tenga la conciencia, desde el primer minuto, conciencia que tiene que ser público un hecho que es de interés nacional?”.
Eso, a propósito de lo dicho por la ministra del Interior, Carolina Tohá, en la comisión investigadora sobre las acciones del exsubsecretario. “¿Improvisamos? Eso sí que sí. Improvisamos. No estaba en nuestros planes esto, no teníamos ningún protocolo (...). De un minuto a otro pasamos a la autoridad mejor evaluada del gobierno a una autoridad con estas acusaciones”, afirmó.
La exministra asevera que “la violencia contra las mujeres nunca puede banalizarse y no puede usarse como un arma política de apropiación monopólica como lo ha hecho desde el principio el Frente Amplio”.
A propósito de la denuncia conocida en las últimas horas contra el Presidente Boric, la diputada Lorena Fries (Frente Amplio) afirmó que “el ‘yo te creo’ no significa a rajatabla que todas las mujeres somos buenas”. ¿Coincide?
La violencia contra las mujeres es un problema tan grave que el país ha hecho esfuerzos muy sustanciales en los últimos 25 años para prevenirla, evitarla y proteger a las víctimas. Pero nunca la violencia contra las mujeres debió ser parte de una consigna política, ni del eslogan ‘yo te creo’. El único lugar donde deben estar las causas por violencia contra la mujer es la institucionalidad, en el Estado de derecho, en la protección y la reserva a la víctima, junto a las garantías del denunciado. Eso es algo que como ministra siempre lo tuve presente: Estado de derecho, presunción de inocencia y tomar conciencia de la gravedad contra la mujer. Eso siempre tiene que estar por sobre cualquier consigna política o superioridad moral de un sector y sus intentos por monopolizar la voz y la verdad sobre estos temas.
Guardando las distancias, en el caso Monsalve -donde sí un tribunal acreditó los delitos de violación y abuso sexual- y en la denuncia contra el Mandatario -donde se ha calificado como una acción “sin fundamento”-, ¿cuestiona que no se tenga un protocolo como lo explicitó la ministra Tohá?
Perdón, pero esa es una excusa porque, ¿cuál es el principio frente a estos casos? La transparencia y la obligación que tiene cualquier gobierno, este u otro, de informarle a la opinión pública aquellos hechos que son de interés público. Por supuesto que una denuncia contra el exsubsecretario del Interior y una denuncia contra el Presidente de la República son hechos de altísimo interés público y no se necesita un protocolo para que desde el criterio de transparencia y el criterio político siempre un gobierno haga pública esa denuncia.
Evidentemente no pueden ser públicos los detalles, porque hay una protección de reserva de la denunciante y del denunciado, ¿se necesita un protocolo para que un gobierno razone, tenga la conciencia desde el primer minuto, conciencia que tiene que ser público un hecho que es de interés nacional? No. Entonces lo que dijo Tohá es una excusa. Otra cosa son los protocolos que existen desde hace muchos años cuando las denuncias involucran a personas que trabajan en un mismo lugar y cada uno de los ministerios, subsecretarías y todos los servicios del país tienen la obligación de mantener un protocolo actualizado de qué hacer cuando hay denuncias de esta naturaleza. Pero los gobiernos no necesitan un protocolo para actuar con transparencia y con sentido político también.
¿Qué le ha parecido el rol de la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, en el caso Monsalve y frente a esta denuncia al Presidente?
No sé si dio alguna opinión sobre denuncia contra el Presidente Boric. Y respecto al caso Monsalve, el principal error que se cometió es no haberla informado desde el primer momento, haberla marginado de las decisiones, porque estoy muy segura que ella lo que habría dicho de inmediato -considerando que es una denuncia de carácter distinto a la denuncia que está enfrentando el Presidente Boric- es apartarlo del cargo (...). Lo otro que no sabemos es si el hecho de que no se diera a conocer la denuncia contra Boric tiene que ver con que en el medio se cruzó la denuncia de Monsalve. No sabemos, pero evidentemente están los dos hechos “combinados”. A lo mejor no se le pidió la renuncia a Monsalve inmediatamente pues ya estaba encima esta denuncia, y por lo tanto les hacía “ruido” tener un estándar distinto frente a otra persona, o porque estaban las elecciones cerca. No lo sabemos.
¿Cree que el Presidente tuvo una consideración especial con el exsubsecretario Monsalve a propósito de la acusación que estaba enfrentando él mismo?
Es muy probable que la reacción y las decisiones tardías que toma el Presidente Boric hayan tenido una relación directa con que él mismo estaba siendo denunciado desde hace poco por una persona. Pero en ambos casos hay un error muy importante, político, y que genera ruido al gobierno: no haber informado oportunamente que el Presidente Boric enfrentaba una acusación; y no haberle pedido de inmediato la renuncia a Manuel Monsalve enfrentado a la denuncia de delito de carácter muy grave, de distinta naturaleza, por supuesto, al delito por el cual está siendo denunciado el Presidente.
La caracterización de “gobierno feminista”, la vara que ha manifestado el Frente Amplio frente a estos temas, ¿le autoimpone a La Moneda un estándar poco sincero, o difícil de cumplir?
Sinceramente, aquí hay una lección que espero que sea aprendida: la violencia contra las mujeres nunca puede banalizarse y no puede usarse como un arma política de apropiación monopólica como lo ha hecho desde el principio el Frente Amplio. Eso tiene que aprenderlo el Frente Amplio. Este es un tema que tiene que volver al cauce normal: a políticas de Estado -qué es lo que ha hecho el país desde la creación del Servicio Nacional de la Mujer- y son políticas que van pasando en continuidad de un gobierno a otro y que las van mejorando. La violencia contra la mujer no es el botín de un sector político.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.