Jorge Correa Sutil por proceso constituyente: "Las mujeres deberían estar sobrerrepresentadas en las listas, pero no soy partidario de que tengan escaños reservados"

Ad portas de que la reforma constitucional sea discutida en la Cámara Baja este miércoles, el exsubsecretario del Interior fijó su posición al respecto y afirmó que "la fórmula que ingresará a la Cámara de Diputados me parece que persigue un fin legítimo, pero a través de medios antidemocráticos".
El lunes -un mes después de firmado el Acuerdo por la paz social y una nueva Constitución- la comisión de Constitución de la Cámara de Diputados realizó la votación de la reforma constitucional que habilita el proceso constituyente, destrabando así los nudos que habían impedido el inicio de la discusión formal de la reforma en el Congreso y que, este miércoles, se debatirá en la Cámara Baja. En la votación, además, se aprobaron tres elementos complementarios -vía artículos transitorios- que no habían sido zanjados por la mesa técnica nombrada por los partidos y en los que insistía la oposición: paridad de género, escaños reservados para pueblos indígenas y la participación de independientes para quienes aspiren a conformar el órgano constituyente que se escogerá en el plebiscito del 26 de abril, ya sea una convención mixta constitucional o una convención constitucional.
El abogado constitucionalista y exsubsecretario de Interior de la administración de Ricardo Lagos, Jorge Correa Sutil, abordó los avances de la tramitación en el Parlamento y fijó en esta entrevista su visión sobre los cupos por género. Para el jurista DC, éstos deben garantizarse en las listas que competirán por un escaño en el órgano constituyente pero no en la conformación del mismo. "Las mujeres sí son discriminadas, pero no son minoría. Deberían estar sobrerrepresentadas en las listas, pero no soy partidario de que tengan escaños reservados, aunque tampoco me parece antidemocrático", explica.
-La comisión de Constitución aprobó el artículo transitorio para incluir en el acuerdo la paridad de género en el proceso constituyente. ¿Qué le pareció?
Aún no veo un informe firmado para poder saber exactamente qué es lo que es este proyecto. Las versiones resultan contradictorias y, ciertamente, la opinión pública no entiende nada de lo que está pasando; ni la fórmula, ni por qué distintos grupos políticos cambian de opinión sucesivamente. A mí me parece, en consecuencia, que hay que volver a abrir alternativas para lograr el fin, que es una constituyente diversa. La fórmula que ingresará a la Cámara de Diputados me parece que persigue un fin legítimo, pero a través de medios antidemocráticos.
¿Qué alternativa, entonces, podría asegurar la paridad dentro del proceso constituyente?
No quiero ocupar la palabra paridad, porque si las mujeres resultan ser más que los hombres a mí me parece mejor todavía. Lo que quiero es que haya alguna cuota, al menos par, de mujeres en las listas y ojalá hayan más mujeres en éstas que hombres. Las listas de candidatos son siempre hechas por una minoría, por una directiva -ya sea de un partido político o de un grupo independiente-, por lo tanto, ponerles restricciones a quienes hacen las listas, en el sentido que ellas deben ser confeccionadas con una cierta paridad de género y aventajando a un grupo sobre otro, es perfectamente legítimo y democrático. Esos pocos (que eligen las listas) tienen el deber moral -y ojalá legal- de sobrerrepresentar a los discriminados. En cuanto a los escaños reservados, éstos deberían ser sólo para minorías discriminadas.
¿Las mujeres y los pueblos originarios están en ese grupo de discriminados? ¿Ambos deberían tener escaños reservados, por ejemplo?
Los pueblos originarios y las mujeres, sí son discriminados. Las mujeres, sin embargo, no son minoría. Deberían estar sobrerrepresentadas en las listas, pero no soy partidario de que tengan escaños reservados, aunque tampoco me parece antidemocrático. Sin embargo, tengo un reparo con todo el proyecto. Se han olvidado de las personas con habilidades especiales -peyorativamente llamados discapacitados- que son, tal vez, los más discriminados. A ellos debió habérseles reservado escaños.
¿Faltó ese punto en la discusión?
No estuvieron ni en la discusión.
-¿Cómo se podría, en ese sentido, garantizar que esta "mayoría discriminada" sea representada en el proceso constituyente?
Hay muchas alternativas para asegurar que las mujeres sean mayorías o igualitarias en las listas, todas ellas son democráticas y discriminan justificadamente en favor de las mujeres porque han sido discriminadas. En muchísimas partes del mundo está este sistema de discriminación positiva. Todos ellos intervienen en las listas, en la libertad para confeccionar listas, en la obligación de que haya una cuota de mujeres en las listas, esos sistemas son democráticos y yo soy partidario de ellos como un sistema de discriminación positiva a quienes han sido largamente discriminadas. Soy partidario de que las listas sean paritarias. Incluso más, si la ley obligara que hubiera más mujeres que hombres en las listas me parecía muy justo, porque son ellas las discriminadas y la discriminación positiva puede tolerar que aquellos que hayan sido discriminados tengan más cupos en las listas. Más aún, me parece que no es sólo una obligación moral, sino además política.
Lo que no sería legítimo ni democrático, insisto, es que una vez confeccionadas esas listas, dentro de cada lista, pesen más unos votos que otros. Eso atenta en contra de la dignidad de los candidatos y de los votantes, y la igual dignidad es un componente esencial en la democracia. Hacerle trampas a las urnas, es decir, contar unos votos como si tuvieran más peso que otros, le quita legitimidad a las elecciones. Nada de eso es democrático. La fórmula de intervenir en el resultado, esto es, de preferir a una persona con menos votos que otro con más votos, en la misma lista, es hacerle trampa a las urnas y vulnera la igual dignidad de los votantes y de los candidatos.
-¿A qué se refiere con igual dignidad?
En una democracia nadie puede clausurar una discusión ni resolver a una elección alegando que unas personas, o unos votos son mejores que los otros. La igual dignidad es la base de una convivencia civilizada. Negarla, como ocurriría si se hace trampa dentro del cajón de las urnas para discriminar a unos u otros, es atentar en contra de la única barrera que evita que resolvamos nuestras diferencias por medio de la violencia.
-¿Qué espera que pase en el debate de este miércoles en la Cámara Baja?
Que se apruebe una fórmula que permita alcanzar una constituyente diversa, sin hacerle trampa a las urnas porque eso le quita legitimidad al proceso y violenta la igual dignidad de todos los votantes y de todos los candidatos. En un sentido u otro, espero que favorezcan a las candidatas mujeres; espero que favorezcan con escaños reservados a los pueblos originarios; espero que ojalá se pudieran reservar algunos escaños también para las personas con capacidades diferentes.
-Si pudiera proponer una alternativa para garantizar, al menos, paridad en el proceso constituyente, ¿cuál sería?
Yo propongo una finalidad: una convención diversa. Los medios consisten en cualquiera que no manipulen la votación. El derecho comparado muestra muchos ejemplos de alternativas diversas que han funcionado muy bien, algunos mejores que otros, pero que han discriminado positivamente a la mujer, sin deslegitimar la democracia ni afectar gravemente la dignidad humana. Hay que escoger entre esos ejemplos. Entiendo que hay muy poco tiempo, y todos ellos -todos los ejemplos democráticos para garantizar la diversidad- intervienen en la confección de las listas, favoreciendo a los grupos discriminados, sean estos minoritarios o mayoritarios. En esos grupos se debe considerar a mujeres -mayoría, pero igualmente discriminadas- interviniendo la confección de las listas; escaños para pueblos originarios, que son minoría y tienen derecho a escaños, al igual que los discapacitados y migrantes. Esas últimas, se olvidaron.
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