Karol Cariola ante el rol del PC en un eventual gobierno de Boric: “De ninguna manera pretendemos ser una fuerza hegemónica”

Karol Cariola
29 Julio 2021 Entrevista a Karol Cariola, Diputada del Partido Comunista. Foto: Andres Perez29 Julio 2021 Entrevista a Karol Cariola, Diputada del Partido Comunista. Foto: Andres Perez

La diputada comunista, quien obtuvo la primera mayoría nacional de Apruebo Dignidad y asumirá un nuevo periodo en el Congreso, aborda los hitos que han marcado la campaña de segunda vuelta del frenteamplista y, asimismo, los desafíos que se abrirán ante un eventual mandato. Asegura que ante la nueva configuración de fuerzas del Legislativo tendrán que dialogar, aunque advierte que "eso no significa reeditar las antiguas cocinas”.


Semanas intensas ha vivido la diputada Karol Cariola (PC), desde que el pasado 20 de noviembre se sumó al comando del candidato presidencial de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric.

La primera mayoría nacional del pacto se hizo cargo del despliegue territorial con la campaña que busca hacer un millón de puerta a puerta de aquí al balotaje del 19 de diciembre. La campaña busca revertir el escaso respaldo que obtuvo el diputado por Magallanes en las regiones y sectores más populares.

En esta entrevista, la legisladora asegura que está consciente que de llegar a La Moneda tendrán que dialogar y ceder en ciertos aspectos del programa, pero insiste en que el corte antineoliberal no es negociable.

Asimismo, sostiene que es una visión “interesada” aquella que interpreta que la relativización de ciertas formas de violencia en el marco de la crisis de 2019 haya tenido un efecto electoral. “Tratar de reducir el estallido y la revuelta popular a actos particulares y aislados vinculados a situaciones de violencia es sumamente injusto”, dice.

Asumió en el comando de Boric después de la primera vuelta. ¿Cómo ha visto el cambio de énfasis que se ha dado?

La construcción de la campaña ha sido un proceso colectivo, en que nuestro principal propósito ha sido poder sumar todas las fuerzas que tenemos para poder ganar las segunda vuelta presidencial. Hemos entendido que es necesario fortalecer mucho más nuestro despliegue en los barrios y territorios.

¿Y particularmente sobre los giros en temas como seguridad?

La campaña tiene distintas etapas. Hoy día nuestra campaña tiene en su horizonte poder hacer eco de temas que para la ciudadanía son una preocupación y con toda razón. Eso se ha ido transformando en prioridades políticas para nosotros como, por ejemplo, el tema de seguridad pública. En la primera etapa pusimos énfasis en las grandes reformas, que también son muy importantes.

El propio Boric reconocía este martes ante la Iglesia Evangélica que había sido un error no priorizar antes temas como la seguridad y el narco.

Es parte de lo que hemos ido aprendiendo en este camino. Me parece que eso es muy valioso que Gabriel reconozca que hoy día estamos dispuestos a profundizar el tema de la seguridad, que la ciudadanía lo ha puesto como prioritario.

¿Boric es hoy un candidato de izquierda moderada?

Gabriel es un candidato que busca generar transformaciones al statu quo, quiere transformar el modelo productivo y el modelo de sociedad que heredamos de la dictadura. Él mismo ha declarado que es depositario de un programa antineoliberal. Y esa es la característica de lo que Gabriel Boric representa: una coalición antineoliberal que pretende un proceso de transformación profunda para nuestro país, pero al mismo tiempo seria y con apertura a lo progresivo que tiene criterio de realidad respecto de lo que se puede y no se puede hacer. Y nuestro candidato ha sido claro respecto de las expectativas, si eso es considerado moderación para algunos, para mí se llama seriedad y compromiso.

Usted ha dicho que el programa tenía que mantener intacto su corte antineoliberal. ¿Se mantiene eso tras los cambios que ya se han anunciado, por ejemplo, en materia económica?

Los equipos programáticos que han trabajado todo este tiempo para garantizar no solo lo que se recogió en el proceso participativo con la comunidad, sino que también en el trabajo de empalme de los programas presidenciales del sector, finalmente tienen una base sólida. Todo lo que se pueda mejorar, solo va a sumar. Pero nuestro mismo candidato ha dicho que lo sustancial de nuestro programa de gobierno es lo que nos llevó a la segunda vuelta. Eso tiene que ver con mejorar el sistema de salud, tener un nuevo sistema de pensiones, terminar las AFP, condonar el CAE, generar una reforma tributaria, que más allá de que la recaudación sea progresiva, redistribuya los recursos. Todos esos elementos están sobre la mesa y es un objetivo político central: empezar a cambiar la forma de distribución de la riqueza y el poder que hay en nuestro país. Y ahí está su carácter antineoliberal, eso no es en abstracto, se trata de combatir la desigualdad.

¿Cuánto obligará la realidad a modificar el programa y las grandes reformas con la configuración del nuevo Congreso?

Sabemos que el próximo Congreso es uno que tiene una tremenda diversidad. Hay más fuerzas políticas de las que había antes, aparecen nuevos partidos, por lo tanto, es evidente que hay elementos que tendremos que dialogar, lo que no significa reeditar las antiguas cocinas que fueron tan cuestionadas en otros tiempos. Sin embargo, entre la bancada de Apruebo Dignidad y Nuevo Pacto Social hay una configuración que nos permitirá construir ciertas mayorías, lo que en ningún caso implica pisotear a las minorías.

Pero en el Senado hay un empate entre la derecha y la centroizquierda. Estela Ortiz, de hecho, aseguraba que Boric tendría que resistir la misma camisa de fuerza que enfrentó Michelle Bachelet durante su gobierno.

No le pondría ese calificativo de camisa de fuerza. Es evidente que en el Senado vamos a tener una correlación de fuerzas más complejas y eso va a implicar mucho diálogo con senadores y senadoras independientes o que dentro de la centroderecha puedan tener mayor disposición a generar cambios que beneficien a la comunidad. Tengo la convicción de que podremos avanzar con nuestra capacidad de diálogo, pero también con la presión ciudadana que tiene que seguir muy atenta, activa y organizada. Si vamos a ser gobierno, requerimos de las fuerzas populares jugando un rol.

Desde el PC plantearon en su momento que había que rodear a la Convención Constitucional, ¿apunta a lo mismo en el caso del nuevo Congreso?

Soy una convencida de que los cambios sociales y políticos se hacen con la comunidad organizada. Y también movilizada, y con eso no me refiero solo a una marcha, a estar en la calle, sino que también a la actividad política permanente. Nosotros siempre hemos abogado para que el Congreso y ahora este gobierno sea de puertas abiertas a la ciudadanía y que tengan un rol activo en las decisiones.

Si el límite es la denominada “cocina”, ¿hay margen para ceder ante otras fuerzas políticas?

Primero hay que ganar el gobierno, tengo la impresión de que estamos aún en un paso previo. Que necesitemos votos en el Parlamento el día de mañana para implementar un programa de gobierno tiene que ser siempre en el marco de no desnaturalizar nuestra propuesta política, que ha sido fruto y producto de la discusión con la ciudadanía.

Algunos han dicho que figuras del PC parecieran no querer que Boric gane la presidencia. Apuntan particularmente a Daniel Jadue. ¿Cómo evalúa usted la actitud que ha tenido este tiempo?

Esta semana, Daniel Jadue estuvo en Recoleta encabezando un acto de lanzamiento de la campaña de Gabriel Boric. No hay nadie en el PC que no tenga la convicción absoluta de que su candidatura es la de él. Nuestro compromiso y decisión política es salir a ganar este 19 de diciembre y nos hemos puesto todas y todos a disposición de aquello.

¿Entonces a qué atribuye estas salidas del jefe comunal que parecieran ir en contra de los objetivos del candidato?

Cada persona tiene sus formas, esa pregunta creo que habría que hacérsela a Daniel Jadue.

Algunos analistas y dirigentes políticos han advertido que la violencia y la falta de condena decidida de sectores de izquierda contribuyeron al discurso de Kast. ¿Tiene una autocrítica que hacer ahí su partido?

Si Chile está viviendo un momento de cambios tan importante, como es un proceso constituyente en democracia, es gracias a la revuelta popular de octubre y a la movilización social de los últimos años. Tratar de reducir el estallido y la revuelta popular a actos particulares y aislados vinculados a situaciones de violencia es sumamente injusto. Hasta ahora no he escuchado a ninguna fuerza política, al menos de nuestro sector, que haya validado o incentivado actos delictuales. Eso es algo que se ha intentado construir en términos de una caricatura y responde claramente a una intención política de parte de la derecha para desprestigiar el estallido. Y eso se entiende cuando hay un gobierno de Sebastián Piñera que ha violado los derechos humanos, que detuvo injustamente y una serie de situaciones que están siendo revisadas incluso por la Corte Interamericana de DD.HH.

Pero ustedes respaldaron el proyecto de indulto, que incluía delitos graves. El propio Boric ha matizado el apoyo a esa iniciativa diciendo que no debería incorporar a quienes saquearon o quemaron.

Esa lectura es muy interesada, acá lo que se dijo de manera transversal -incluyendo a la DC y al senador Francisco Huenchumilla- fue que ante contextos especiales se debían dar soluciones extraordinarias. Y la verdad es que lo que se ha planteado en torno a la situación de los presos políticos de la revuelta es, primero, el reconocimiento de que hay personas privadas de libertad que no han tenido juicios justos, que llevan más de dos años en prisión preventiva, lo cual es absolutamente irregular. Acá no hay ninguna persona que esté condenada por esos delitos y que vaya a ser indultada, entonces hay que ser muy precisos en la información.

¿Cómo lee entonces que después de un estallido como el de 2019 se genere un fortalecimiento de una opción más conservadora como la de José Antonio Kast?

Es bastante sorprendente que haya sectores que quieran generar un retroceso en materia programática, por ejemplo, como lo que vemos con la propuesta política que representa José Antonio Kast, con un programa que atenta directamente contra las mujeres, que quiere eliminar el Ministerio de la Mujer, más allá de los últimos arrepentimientos que ha planteado, que son muy poco creíbles.

Él ha interpretado también un sentido de orden y mayor certidumbre. ¿Cómo lo ve?

Es evidente que ese tipo de cosas han generado eco en la población y me parece que es natural que así sea, pero distinto es que las aspiraciones profundas del pueblo de Chile en relación a tener una mejor salud, a tener más derechos laborales, mejores condiciones, que las pensiones sean más justas, siguen en pie. Creo que acá no hay que mezclar las cosas. Tenemos que tener en consideración que el momento de mayor inestabilidad e inseguridad que hemos vivido en Chile lo hemos vivido con un gobierno de derecha, que es el gobierno de Sebastián Piñera. Entonces, que la gente no se confunda: la derecha no es una representación de mayor seguridad o tranquilidad en la vida de las personas, es cosa de ver lo que ha pasado en estos cuatro años. Y, además, hay que poner en su justa dimensión que la gran mayoría de los chilenos no votaron el 21 de noviembre.

¿Qué expectativas tiene el PC al formar gobierno? ¿Tendrán un rol hegemónico?

Lo que ocurra es una responsabilidad fundamentalmente del Presidente de la República, somos muy respetuosos de eso. Cómo conforme su gabinete, sus equipos, quiénes sean convocados a jugar un rol, recae en él. Nosotros podremos hacer nuestra contribución, aportar, sugerir, pero de ninguna manera pretendemos ser una fuerza hegemónica ni tampoco desvincularnos ni desligarnos de la responsabilidad. Al contrario. Pero es inadecuado comenzar a hacer reparticiones de cargos ficticios cuando todavía no se gana.

¿Es partidaria de sumar al PS a Apruebo Dignidad?

Nosotros hemos aceptado y valorado muchísimo los apoyos socialistas hacia la candidatura de Gabriel. Hay personas que están incorporadas, jugando roles muy relevantes, como la propia Maya Fernández, que tomó una posición en primera vuelta. Pero la decisión de abrir una coalición, es una decisión que se toma de manera colectiva y en eso Apruebo Dignidad tiene que abrir un debate. Un debate con mucha profundidad respecto de lo que significa gobernar, proyectar un esfuerzo conjunto, no solo a nivel de gobierno, sino que también parlamentario, político y social. Claramente, hay una discusión que hay que dar y no me corresponde a mí cerrar ni mucho menos condicionar.

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