Karol Cariola (PC): “No me arrepiento de lo que he defendido, pero siempre pueden haber mejores formas”

Karol Cariola
La diputada del Partido Comunista (PC), Karol Cariola.

La parlamentaria analiza los efectos de la elección que esta semana echó por tierra sus aspiraciones por llegar a la vicepresidencia de la Cámara de Diputados y asegura que no es tiempo de "cazas de brujas" sino de "recomponer confianzas". Así, señala que la centroizquierda tiene una responsabilidad política de ejercer su mayoría y recuperar la testera. Además, se hace cargo de las resistencias que generó en algunos sectores de la centroizquierda su postulación.


La frustrada candidata del Partido Comunista a la vicepresidencia de la Cámara de Diputados, Karol Cariola, aborda la derrota que la centroizquierda se auto propinó esta semana al entregarle la conducción de esa corporación a Chile Vamos, luego de que sectores de la oposición quebraran el pacto administrativo. Y si bien la parlamentaria insiste en que no se toma como un tema personal la resistencia que despertó su postulación, a propósito de la actitud que asumió en medio del estallido social, la legisladora admite que se pueden mejorar las formas.

Asimismo, disiente con aquellos que plantean que no es momento de censuras y asegura que está “confiada” en que la centroizquierda pueda restablecer su liderazgo, ejerciendo la mayoría que tiene en la Cámara Baja para recuperar la testera.

Además, la parlamentaria revela las conversaciones que tuvo con Gabriel Silber (DC) sobre las denuncias en su contra sobre un supuesto episodio de violencia intrafamiliar. “Cualquier persona que tiene antecedentes de violencia de género no merece ser parte del Congreso, esa es mi opinión como mujer y feminista. Sin embargo, no creo que sea justo que a las personas se les juzgue sin presentar pruebas concretas”, sostiene.

-¿Cómo lee la derrota que sufrió esta semana la oposición y, particularmente, usted al perder la vicepresidencia?

Esto es una derrota del conjunto de la oposición. No creo que esta sea una derrota de Gabriel Silber o Karol Cariola sino que una derrota de la centroizquierda y lo leo desde ese plano. No lo considero una afrenta personal. Y esto se da por la situación de falta de proyecto común en que está la oposición hace mucho rato, la que no ha podido ser superada. Nuestra incapacidad de ponernos de acuerdo, el fraccionamiento, la desconfianza, finalmente ha sido la mayor ventaja para la derecha y tanto es así que a pesar de no ser mayoría hoy se han quedado con la testera de la Cámara de Diputados.

-¿De quién fue la irresponsabilidad política que acusó tras el episodio? Algunos han apuntado al rol del Frente Amplio ¿Lo comparte?

No. Insisto en que esta responsabilidad es colectiva. Creo que tratar de buscar responsabilidades individuales en este momento no es correcto. Hubo algunos como el PS y el PC que cumplimos a cabalidad el acuerdo y estuvimos disponibles a eso. Y otros no lo hicieron. Y, efectivamente, en un contexto de crisis sanitaria, saliendo de una crisis social, donde el gobierno tuvo un pésimo manejo no solo en lo político sino que también respecto de sus acciones de represión y violaciones a los DD.HH., es muy grave. Que hoy día el gobierno tenga el control de la Cámara de Diputados, que puede ser un contrapeso desde el punto de vista de la fiscalización y político al Ejecutivo y al Presidente Sebastián Piñera, en particular, es muy complejo.

-Pero acá también hay responsabilidades específicas. Hubo legisladores del Frente Amplio y otras bancadas de la ex Nueva Mayoría que no cumplieron con el acuerdo e, incluso, le pidieron a la DC bajar a su candidato.

Es complejo hablar del Frente Amplio en su conjunto porque al interior de ese bloque hubo personas que decidieron respetar el acuerdo como también hubo otras que manifestaron su opinión respecto de Gabriel Silber. Pero en todas las bancadas, a excepción del PS y el PC, hubo dispersión.

-¿Habría esperado mayor flexibilidad de la DC o de esos sectores que no dieron los votos?

Creo que nos faltó mayor coordinación previa para poder enfrentar el cumplimiento de este acuerdo. Pero la nebulosa fundamental fue que el pacto en sí mismo estaba en cuestión y eso no se transparentó a tiempo entre quienes fallaron, que no es solo el Frente Amplio, porque ellos tuvieron factores de dispersión, pero en la DC también y en el PPD y el PR. Por eso no es justo responsabilizar a un solo sector; ni a la DC ni al Frente Amplio.

-En el Frente Amplio había preocupación de algunas diputadas en relación a la denuncia por supuesta violencia intrafamiliar (VIF) en contra Silber ¿Usted no compartía esas aprensiones?

Hoy día lo único distinto a lo que se conoció el año pasado, es que se vuelve a reactivar lo que hasta ahora es un rumor. No hay una denuncia que dé garantías de esa situación. Y, de hecho, si hoy día existen pruebas de eso voy a ser la primera en hacer un cuestionamiento no solo de una eventual presidencia del diputado sino que de su calidad de parlamentario. Porque cualquier persona que tiene antecedentes de violencia de género no merece ser parte del Congreso, esa es mi opinión como mujer y feminista. Sin embargo, no creo que sea justo que a las personas se les juzgue sin presentar pruebas concretas.

-¿Y usted le preguntó a Gabriel Silber sobre la veracidad de las acusaciones?

Por supuesto, yo lo hablé directamente con él. Se lo pregunté, es la única aproximación que yo tengo porque no conozco a su exesposa, y también a la diputada Loreto Carvajal (PPD), que es su actual compañera. Y él dice ante esa acusación que no es real. Por lo tanto, si realmente hubiesen pruebas y mayores elementos, por lo menos, yo me sentiría profundamente engañada. Yo no meto las manos al fuego por Gabriel Silber ni por nadie.

-¿Cómo toma la resistencia que genera en algunos sectores de la oposición? Usted atribuía los resultados a un sesgo machista y un anticomunismo solapado. ¿Por qué?

Las características que se me han cuestionado tienen que ver con mi pensamiento político, con mi rol como parlamentaria y, por lo tanto, se podrían hacer atribuibles a cualquier comunista. A nosotros como bancada nos tocaba presentar a la única propuesta para poder mantener la cuota de género que logramos definir. Entonces, no había ninguna diferencia entre yo y Camila (Vallejo), Carmen (Hertz) o Marisela (Santibáñez). Yo sé que ser mujer, ser joven y ser comunista probablemente es algo que no le simpatice a muchas personas. Pero aquí nadie les ha pedido eso, sino que más bien determinen si es que quieren o no tener un acuerdo entre todos los partidos de oposición. Y eso significa con el PC dentro, de lo contrario, nosotros vamos a entender que esto efectivamente es un veto político.

-¿Pero no cree que esto tiene más que ver con su estilo? Se lo pregunto porque lo que esgrimen sus detractores es que la resistencia a su nombre tiene relación con la actitud que asumió tras el estallido social.

Sin lugar a dudas uno siempre puede mejorar las formas, sin embargo, todas las opiniones a las cuales se aluden son de la bancada del PC, no son una opinión personal de Karol Cariola. Por lo tanto, esa es una excusa de la que algunos quisieron colgarse para tapar los problemas de fondo que tiene la oposición. No creo que el problema pase por las características personales, yo no estoy ahí para ser amiga de nadie, estoy para trabajar en el proyecto político que hemos desarrollado. Uno siempre trata de tener las mejores disposiciones, las mejores formas y eso siempre puede ser mejorado, pero a mí nadie me puede acusar de corrupción ni de violencia de género o de inconsecuente.

-¿Se arrepiente de algunas acciones? Porque uno de los episodios que incomodaron fue que acusara a un grupo de 13 partidos de estar instalando una “cocina” y un acuerdo espurio cuando el pacto del 15 de noviembre terminó encausando, en la práctica, un proceso constituyente inédito.

No me arrepiento de las diferencias que tuvimos con respecto al proceso constituyente, insisto, siempre pueden haber mejores formas y, sin duda, todos en ese momento, a propósito de la situación en la que estábamos, quizás nos exacerbamos en algunas acciones, no solamente yo. Hubo críticas cruzadas, opiniones muy descalificadoras para el PC también de parte de algunos sectores de la oposición. Pero tenemos hoy las voluntades expresadas en seguir mirando hacia adelante. Eso es lo que nos corresponde. No puede ser que una diferencia en particular respecto de un momento político concreto nos haga perder la perspectiva sobre la responsabilidad que el conjunto de la oposición debe tener ante un gobierno como este.

-¿Cree que hay margen para que se pueda revertir esta división en la oposición?

Hay una coincidencia casi total de que es necesario reactivar el acuerdo y frente a eso se están haciendo los esfuerzos para avanzar. A mí me parece que eso es fundamental. Hoy día la responsabilidad política frente al pueblo de Chile es que la oposición actúe en unidad. Lo que queda es mirar hacia adelante, no hacer cacería de brujas y dejar de pasarnos boletas unos con otros y, sobre todo, recuperar las confianzas. Que la oposición renuncie a la conducción de la Cámara de Diputados sería un tremendo error y tengo confianza de que hay espacio todavía para poder recuperar ese espacio ejerciendo nuestra mayoría.

-¿Le parece razonable, dado el momento político y de emergencia sanitaria, censurar a una mesa que ganó una elección hace un par de días?

Precisamente por el momento de crisis que vive el país es que se requiere que las instituciones tengan el rol que les compete. Y un Congreso que tiene una mayoría de oposición tiene que jugar un rol y ejercerlo desde ese espacio. Dejar todo lo que está pasando en el país en manos del gobierno únicamente es una irresponsabilidad. Por eso es que la oportunidad de retomar un acuerdo político tiene que estar en el centro de las prioridades de la oposición.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.