La compleja negociación que enfrentará Chile Vamos: Republicanos dispuestos a competir y Amarillos exige generosidad

Compleja partió la segunda fase de negociación de Chile Vamos con Republicanos, Demócratas y Amarillos. El viernes, el bloque logró cerrar la plantilla con 284 candidatos y se omitió en 61 alcaldías, para abrir un espacio de diálogo con el resto de las oposiciones. Pero, con el paso de las horas, el entusiasmo inicial que dejó en el sector el haber alcanzado ese acuerdo, comenzó a diluirse en la medida que se ha ido asentando la idea -de lado y lado- de que si no logran un acuerdo, van a llegar separados a la papeleta del 27 de octubre.

“Ese sería el peor escenario, porque derrotas en zonas relevantes nos dejaría en un muy mal pie para la parlamentaria y presidencial del próximo año”, comenta un parlamentario de Chile Vamos.

Hasta ahora no se ha definido la fecha en que se sentarán a conversar. Pero, hay coincidencia en que esto debiera iniciarse a la brevedad. La premura se debe a que aún se deben hacer encuestas para definir algunos cupos -lo que requiere un tiempo- y el plazo fatal para la presentación de las plantillas vence el 27 de julio.

Por lo pronto, las partes empezaron a fijar posiciones.

Cristián Valenzuela, director ejecutivo de Ideas Republicanas y uno de los hombres más cercanos a José Antonio Kast, fue categórico en marcar los límites.

“Chile Vamos y Republicanos son dos proyectos distintos, que obviamente están en un lado de la mesa, porque tienen coincidencias. Pero el Partido Republicano nace a partir de una diferencia con Chile Vamos. A veces la discusión se confunde, de que tenemos que llegar a un acuerdo, pero Republicanos y Chile Vamos no son lo mismo”, sostuvo en Estado Nacional de TVN.

Y aunque hizo ver que es necesario coordinarse para llevar un candidato en las comunas actualmente controladas por el Frente Amplio y el Partido Comunista, insistió en que “no es una obligación”.

“Vamos a hacer un esfuerzo, vamos a iniciar una coordinación y, si legítimamente no se puede, vamos a competir”, sentenció.

Pese a ello, el diputado Diego Ramírez (UDI) -en el mismo programa- sostuvo que van a dialogar con Republicanos. Que sin duda va a ser una conversación difícil, “porque hay comunas donde Chile Vamos y republicanos tienen candidatos confirmados y trabajando, y en algunos casos lo tendremos que bajar nosotros, lo que va a ser muy duro para ese candidato y para ese partido. Y, en otras comunas, va a tener que ser Republicanos el que baje a ese candidato”.

Pero enfatizó que, a un mes de la inscripción de las listas, la manifestación de Republicanos y de Chile Vamos -en el tema de fondo- es que tienen que ir con un solo candidato para competir en las zonas que hoy están en manos de la izquierda. “Eso -dijo- es lo más relevante. Tenemos que llegar a un acuerdo de un candidato en cada comuna de Chile”.

También marcó la cancha el presidente de Amarillos, Andrés Jouannet, quien sostuvo a La Tercera que esperaría -en lo que resta de este mes- que se retome el espíritu de acuerdo que hubo para el 4 de septiembre de 2022, donde ellos -como centro político- dieron un importante paso en generosidad.

Pero, advirtió que “si Chile Vamos no hace un esfuerzo, es imposible llegar a acuerdos hoy día y mañana”.

Sus palabras apuntaron a la presidencial y parlamentaria de 2025. “Uno gobierna con mayorías. Y, para tener gobernabilidad, el centro es fundamental. Veremos cuánta es la generosidad y cuánta es la capacidad de diálogo que hay en Chile Vamos”, dijo.

En Demócratas prima la misma postura. El senador Matías Walker, vicepresidente, ha hecho ver que si no hay acuerdo, están dispuestos a competir y que están preparados para llevar candidatos en todas las comunas en que se han constituido a nivel regional.

En total, en el pacto electoral Centro Democrático, que congrega a ambas tiendas, tienen contemplada la participación en 90 comunas.

Una de los partidos más convulsionados con el acuerdo del viernes fue Renovación Nacional, tras la cesión del cupo de su abanderado a gobernador, Luis Pardo, a María José Hoffmann, de la UDI.

Pero la preocupación en esas filas sigue. Pues, la comuna de Valparaíso -que hasta ahora tiene como abanderado a Leonardo Contreras- es una de las que integra las 61 donde Chile Vamos se omitió para llegar a un acuerdo con el resto de las oposiciones.

Su principal contendor es el republicano Rafael González, abogado y dirigente de Santiago Wanderers. Pero el PDG también tiene interés en esa zona con Juan Marcelo Valenzuela, panelista de BadBoys.

“Nosotros estamos a la espera de que el Partido Republicano acepte una medición que sea lo más objetiva, transparente y participativa posible para elegir la mejor opción para enfrentar a la izquierda acá en Valparaíso. Pero, si no hay un acuerdo, tampoco descartamos la idea de ir en dos bandas en los comicios de octubre”, afirma.

Contreras se juntó el viernes, a las 19.30, con Hoffmann en una cafetería de Valparaíso, luego que éste le pidiera apoyo a su opción. Y quedaron de sostener una reunión de trabajo durante la semana.

Otra de las zonas complejas en RN sigue siendo Puente Alto, donde se registra una fuerte disputa entre la exministra Karla Rubilar, ratificada por Chile Vamos en la plantilla del viernes, y el sobrino del senador Manuel José Ossandón, Felipe Ossandón, que busca competir como independiente. Sobre el punto, el parlamentario insistió en que “no va a apoyar a nadie que vaya por fuera” y que sería un “suicidio” que se enfrentara esa contienda por separado.

Aparte de estas zonas, hay una serie de nudos que deben zanjarse en los 27 días que restan de negociación. En ese caso se encuentran -entre otras- las comunas de Viña del Mar, Recoleta, Concepción, Valdivia, Maipú y Arica.

A nivel de gobernaciones el asunto se prevé más complejo. Pues a las definiciones que restan -vía encuestas- en la Región Metropolitana, O’Higgins, Maule, Ñuble, Los Ríos y Los Lagos, la intención del Partido Republicano es llevar candidatos en todas las regiones.

Con todo, en los partidos se sostiene que esta semana es crucial para establecer los contactos y sentarse a conversar, en una negociación de recta final que es contrarreloj.