La primera piedra
Los partidos de la centroizquierda -desde la DC al Frente Amplio- ratificaron ayer un acuerdo para la conducción de la Cámara de Diputados y del Senado. El hito fue celebrado como un triunfo ante Chile Vamos y, según algunos sectores, como un paso clave para la construcción de entendimientos futuros.
Uno a uno fueron llamados ayer los 155 nuevos miembros de la Cámara de Diputados para emitir su primer sufragio -tras jurar en el cargo- y definir la conformación de la testera.
La decisiva votación se daba luego que la nueva oposición lograra destrabar -a última hora del sábado- el acuerdo de gobernabilidad para los próximos cuatro años, que contempla la integración de comisiones y la presidencia de la Cámara, incluyendo desde la Democracia Cristiana hasta el Frente Amplio.
Y a pesar de que las bancadas de ese sector se habían comprometido a honrar el entendimiento, de todas maneras hasta último minuto existía incertidumbre sobre los votos de algunos parlamentarios. El hecho de que la votación fuera secreta, instaló la idea de que una fuga de votos podría poner en riesgo la viabilidad del pacto, que en la práctica impide que Chile Vamos pueda liderar la mesa y las comisiones. Esto, sobre todo, tras una semana marcada por la fuerte tensión que se desató entre la DC y el PC, luego que el diputado democratacristiano Miguel Ángel Calisto fuera deportado desde Cuba.
Sin embargo, nada de eso ocurrió. Finalmente, los parlamentarios de la oposición lograron sellar un acuerdo administrativo, ratificando para este año como presidenta a la diputada socialista Maya Fernández, por 79 votos a favor; como primer vicepresidente al legislador de la Federación Regionalista Verde Jaime Mulet, con 79 votos; y como segundo vicepresidente al diputado DC Mario Venegas, quien logró 81 apoyos.
El hito fue calificado por quienes lideraron la negociación como un primer triunfo ante la centroderecha, pero, además, como la "primera piedra" de la oposición al gobierno de Sebastián Piñera, lo que -dicen- podría servir como base para explorar futuros entendimientos e incluso alianzas políticas que permitan más adelante rearticular al sector.
"Esta es una gran esperanza para la unidad necesaria: poder constituirnos en una poderosa fuerza de contrapeso al gobierno de Piñera", escribió en su cuenta de Twitter el presidente del Partido Comunista, Guilliermo Teillier. En la misma línea, el diputado Daniel Núñez (PC) señaló que "la oposición ha dado un primer paso de unidad ante el gobierno de la derecha de Sebastián Piñera, y eso nos va a permitir tener una mayoría opositora en la mesa y también en las comisiones de la Cámara para defender las conquistas sociales que el pueblo de Chile ha ganado con la Presidenta Bachelet". Y agregó: "Este es un acuerdo administrativo que tiene efectos políticos. Acá no estamos generando coaliciones, no estamos generando pactos de gobierno. Vamos a dar este primer paso, y espero que en el futuro vengan más pasos de unidad".
Desde el PS, el diputado Manuel Monsalve sostuvo que "este es un buen pie para iniciar otro tipo de acciones políticas coordinadas por parte de la oposición, porque ser oposición no es estar en contra del gobierno, significa tener una visión de país y un proyecto político distinto".
Sin embargo, una piedra de tope para viabilizar una rearticulación entre todas las fuerzas de centroizquierda es, principalmente, la resistencia de varios sectores de la DC a volver a convivir en una coalición o bajo un pacto político-programático -como fue la Nueva Mayoría- con el Partido Comunista. Esto, además de las aprensiones que varios dirigentes de la falange tienen ante el Frente Amplio.
En este contexto, la nueva presidenta de la Cámara fue más cauta que el resto de los diputados del PS y del PC. "El acuerdo en el cual trabajamos seriamente se cumplió, y yo creo que es importante, porque la ciudadanía nos ve como personas serias, que son capaces de sentarnos a una mesa, dialogar más allá de nuestras diferencias, y ponernos de acuerdo. Aquí hay que ir paso a paso", comentó Maya Fernández, aunque dijo que "este es un primer inicio".
Más allá de las interpretaciones del sector, lo concreto es que el PS liderará la presidencia por dos años (2018 y 2021), mientras que la DC se adjudicó los años intermedios. El acuerdo, además, contempla que todos los años al menos una mujer integre la mesa de la Cámara.
Respecto a las comisiones, ya están zanjados los cupos que le corresponden -proporcional a su representación en el Parlamento- a las fuerzas políticas en cada una de ellas; y, asimismo, el número de presidencias que se le otorgará a cada colectividad en esas instancias legislativas. Lo que aún está pendiente es el orden en que se distribuirá cada una de las presidencias de comisiones, lo que será zanjado entre hoy y mañana.
Un acuerdo incompleto
Mientras los diputados ratificaban el acuerdo de la centroizquierda, en el Senado el sector sumaba otro triunfo frente a Chile Vamos: el socialista Carlos Montes era ungido como el nuevo presidente de la Cámara Alta, junto a su vicepresidente, el senador independiente Carlos Bianchi. Ambos fueron respaldados con 24 votos, mientras que su contendor de la UDI, Víctor Pérez, sólo logró 19, al igual que el senador José García Ruminot (RN), quien aspiraba a la vicepresidencia.
El triunfo de Montes y Bianchi estuvo precedido por negociaciones de última hora. Incluso, ayer, sólo momentos previos a la votación, el senador Francisco Chahuán (RN) -según comentaban en la oposición- sostuvo conversaciones con miembros de la bancada independiente, entre ellos, el propio ex candidato presidencial de la Nueva Mayoría, Alejandro Guillier. El objetivo era lograr captar votos para Chile Vamos.
En la oposición -desde donde conocieron esos contactos- generó molestia el hecho de que el ex abanderado del bloque hubiese evaluado la posibilidad de pactar con la derecha y no con la centroizquierda con miras a un pacto de gobernabilidad en la Cámara Alta.
Además, hasta la noche del sábado se habían extendido las conversaciones al interior de la Nueva Mayoría, ocasión en la que, pese a los esfuerzos, no se logró llegar a un acuerdo definitivo para la mesa del Senado desde 2019 en adelante, lo que ayer quedó pendiente.
El principal nudo está en la resistencia del PPD y de la DC de asumir la presidencia de la mesa el último año de la administración de Piñera, lo que se buscará destrabar en las próximas horas.
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