Las razones de Piñera para concretar su cuarto cambio de gabinete
Dar una señal de respaldo a Mañalich en medio de las críticas, fortalecer la articulación de un acuerdo con la oposición, potenciar el rol de los partidos en el gobierno y tener un equipo que haga frente a los desafíos electorales. Esos son los argumentos que -dicen en el Ejecutivo- gatillaron el ajuste en el equipo ministerial.
Ayer, a las 10.54, Presidencia informó de una actividad del Mandatario Sebastián Piñera que se realizaría más tarde, a las 13.30, en La Moneda. Ahí presentaría un proyecto para fortalecer el combate de los delitos vinculados al narcotráfico. Sin embargo, 15 minutos después el gobierno suspendió la actividad. A esas alturas, el Jefe de Estado ya había zanjado una decisión que venía evaluando desde marzo y que había postergado en dos ocasiones: su cuarto ajuste de gabinete en su segunda administración.
El último cambio en el equipo ministerial de Piñera había sido en octubre del año pasado, en medio del estallido social. En esa oportunidad, removió a Andrés Chadwick de Interior y asumió en su lugar Gonzalo Blumel (Evópoli); Karla Rubilar (independiente, ex RN) llegó a la Segegob y Felipe Ward (UDI), a la Segpres. Esto, en una modificación profunda en su núcleo de confianza.
Esta vez, el Jefe de Estado si bien también realizó modificaciones en su equipo político, optó por enroques. Mantuvo a Blumel como jefe de gabinete y a Rubilar en la Segegob. Sin embargo, trasladó desde la Subdere a la Segpres a Claudio Alvarado; a Cristián Monckeberg lo movió de Vivienda a Desarrollo Social, mientras que Ward asumió en su lugar, y Sebastián Sichel quedó fuera del gabinete para asumir en la presidencia de BancoEstado.
Todos ellos fueron informados de la decisión final ayer en la mañana. El Presidente se los dijo a algunos presencialmente, mientras que a otros por teléfono. Al resto del gabinete, en tanto, les llegó un mensaje. “Queridos ministros, a las 12.15 los esperamos en el Salón Azul”, decía brevemente el texto, sin entregar detalles, aunque ya todos sabían que se venía un cambio en el equipo. Más tarde llegó un segundo mensaje, informándoles que tenían que estar a las 13.00 en Palacio, mientras que a la misma hora los equipos de producción de Presidencia alistaban el Patio de Los Cañones para realizar en ese lugar -por primera vez- la ceremonia que tradicionalmente se hace en el Salón Montt Varas. Esto, como una medida sanitaria para mantener el distanciamiento social.
El Mandatario optó por aplicar un ajuste en medio de los días más difíciles de la pandemia del coronavirus, en donde continúan aumentando las cifras de fallecidos y se han recrudecido las críticas a la conducción del gobierno en la crisis sanitaria, principalmente en contra del titular de Salud, Jaime Mañalich, quien se mantuvo en su cargo. En el gobierno, asimismo, hay versiones de que se pensó mover a Rubilar, pero la idea no habría prosperado debido a que, entre otras cosas, eso dejaría sin ninguna mujer al comité político. Además, algunos recalcan que sus vocerías están bien evaluadas y que ella nunca fue notificada de esa idea.
Ayer en la tarde, luego del ajuste, Piñera se reunió por primera vez con su nuevo equipo político, cita en la que el Mandatario sinceró algunas de las razones por las que había hecho la modificación y les dio las primeras instrucciones a sus ministros.
Son cuatro las razones que esgrimen en Palacio para justificar el cambio: un espaldarazo al rol de Mañalich; reforzar las tratativas para lograr un acuerdo con la oposición en medio de la pandemia; fortalecer a los partidos al interior de La Moneda y, por último, tener un equipo político que se haga cargo del diseño de la estrategia electoral.
Sobre lo primero, en La Moneda dicen que es evidente. En medio de las críticas hacia el titular de Salud, Piñera optó por mantener a Mañalich, ya que sostienen que en los momentos más difíciles de la pandemia no debe haber dudas respecto del rol de la autoridad sanitaria.
Respecto de reforzar el acuerdo, que se está conversando con la oposición en torno a tres ejes para hacer frente a la pandemia y sus consecuencias, en el gobierno aseguran que con la llegada de Alvarado -quien fue dos veces subsecretario de la Segpres - se facilitará la articulación y un mejor flujo de información entre el Congreso y La Moneda. En ese sentido, reconocen que Ward tenía un “déficit”. Una muestra de eso, señalan en el gobierno, es que no lograba ordenar a los parlamentarios a la hora de votar, no estrechó lazos con la oposición y estaban surgiendo muchas iniciativas inconstitucionales que no supo contener.
De igual manera, dicen que la salida de Sichel del gabinete -el ministro mejor evaluado según sondeos de opinión- fue una de las últimas modificaciones en decidirse y que terminó siendo un “daño colateral”. Y agregan que se resolvió pensando en fortalecer las medidas económicas que saldrán del acuerdo que se alcance: que desde BancoEstado podrá también agilizar algunas iniciativas que ya están en marcha, por ejemplo, el Fogape.
A pesar de que algunas encuestas de opinión lo venían posicionado como uno de los ministros con mejores niveles de aprobación, el Presidente Sebastián Piñera decidió cambiar al ministro de Desarrollo Social y poner a Cristián Monckeberg (RN) en su lugar, aunque lo dejó al mando de BancoEstado. Las presiones de RN para tener mayor incidencia en el comité político -en medio de un acuerdo con la oposición- fue una de las razones que más pesó.
Para varios ejecutivos de la entidad estatal, la decisión causó sorpresa. Se espera que el ahora exministro llegue este viernes a las oficinas de la entidad. Con todo, deberá asumir el desafío de completar la entrega de créditos en medio de la crisis provocada por la pandemia.
La necesidad de fortalecer a los partidos en La Moneda -otro de los motivos que tuvo Piñera- se refleja en la llegada de Monckeberg al comité político, con lo que habrá un RN en esa instancia, que era lo que venía pidiendo el presidente de la colectividad, Mario Desbordes. Además, en el Ejecutivo recalcan que Alvarado es militante UDI, por lo que “los equilibrios se mantienen” y que ambos ayudarán a contener el “desorden” y “críticas” oficialistas.
Finalmente, en Palacio dicen que la cuarta razón, y pensando “a largo plazo”, responde a que este equipo político podrá hacerse cargo de los desafíos electorales que vienen. En esa línea, destacan que hace tiempo Alvarado, Monckeberg y Blumel formaron un grupo estratégico de trabajo para ver los temas electorales.
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