Marco Velarde (Comunes): “El Frente Amplio ha tenido deficiencias y hay que mejorarlas para dar mayor espalda política al gobierno”

MARCO VELARDE
Marco Velarde, presidente de Comunes.

El timonel frenteamplista emplaza a la oposición a honrar sus compromisos y a no sobreinterpretar el resultado del plebiscito. Tras el cambio de gabinete, el jefe de Comunes cree que el Frente Amplio debe reflexionar por qué los ajustes nivelaron el peso del Socialismo Democrático dentro del gobierno.


Un nuevo órgano constituyente “no puede reeditarse de la misma forma”, a juicio del presidente de Comunes, Marco Velarde.

Explica que en el Frente Amplio aún están en la búsqueda de una fórmula de representación más ajustada a la realidad para los independientes y los pueblos originarios.

Respecto de la hegemonía en el gobierno, Velarde cree que la balanza se ha equilibrado en favor del Socialismo Democrático y que el Frente Amplio debe hacer una reflexión de lo ocurrido.

Esta semana deberían reiniciarse las tratativas para un acuerdo constituyente. ¿Qué expectativas hay respecto de la oposición?

Espero que la derecha pueda sentarse en la mesa de discusión para avanzar en un nuevo proceso. Hasta ahora, eso no está seguro. La derecha democrática tiene que comprometerse con un proceso amplio, donde participe la ciudadanía y que no limite los mínimos a los que llegamos en sesiones anteriores: que el proceso constituyente sigue, órgano 100% electo, paridad, acordar un nuevo nombre y que el proceso sea acompañado por expertos. El detalle se va a discutir en lo que se ha definido como bordes o temas.

¿A qué cree que se debe el retroceso o la molestia manifestada por Chile Vamos? ¿Hay algo de “ganar tiempo” para alinear a sus bases?

Hay un sector de la derecha que está muy convencido con continuar el proceso, con honrar la palabra empeñada en la campaña por el Rechazo, pero hay otros sectores que prefieren torpedear el proceso y aprovecharse de la situación política posterior al plebiscito y leer de una forma bien mañosa los resultados del domingo 4 de septiembre.

Es decir, el 62% proclive al Rechazo no puede interpretarse como patrimonio de la derecha.

Justamente. Esa votación no es un cheque en blanco ni para la derecha ni para la centroizquierda que estuvo por esa opción. Si bien el texto constituyente no logró conectar con la ciudadanía, eso no significa que el proceso constituyente no siga adelante, ni que tampoco ellos puedan torpedear al gobierno en su programa y en su participación como actor político relevante del proceso que sigue.

Apruebo Dignidad es defensor de ciertos mínimos en la composición del órgano constituyente similares al proceso que ya finalizó. Más allá de la paridad que parece ser un consenso, ¿cómo debe ser la representación de escaños reservados para PP.OO. y la participación de independientes?

Es incuestionable la participación de pueblos indígenas e independientes en el próximo proceso, pero es evidente que no puede reeditarse de la misma forma, pues nosotros hacemos una reflexión del proceso constituyente pasado y de las causas de por qué este no generó apoyo ciudadano. En el proceso de acuerdo de los partidos vamos a repensar cuáles son los mejores mecanismos para la inclusión de escaños indígenas y del mundo social fuera de los partidos, pero las reglas no van a ser las mismas.

Desde el FA, ¿hay algún atisbo de cómo debería ser?

Todavía no tenemos determinada una fórmula concreta, pero sabemos que sí tienen que participar. Los independientes pueden ir dentro de las listas de los partidos y nosotros debiésemos tener la mayor apertura en incluir a ese mundo que trabajó responsablemente en la Convención. Y respecto de los escaños reservados, uno debiera considerar, como mínimo, el padrón de indígenas en la Conadi.

Tras el resultado del plebiscito ha habido un profundo ajuste en los equipos de gobierno. ¿En qué pie quedó Apruebo Dignidad -y en particular el Frente Amplio- considerando la pérdida de representación en el corazón del comité político y el relevo del Socialismo Democrático?

Lo primero a considerar es que el Presidente de Chile es un frenteamplista. Chile eligió a un Presidente de nuestra coalición y nuestra primera disposición tiene que ser apoyarlo a él y a su gobierno. Sin embargo, no se puede desconocer que el cambio de gabinete tocó una fibra en la militancia. Más que alegar por cargos, tenemos que pensar por qué esto se dio de esta forma. Es efectivo que a seis meses del gobierno tenemos menos cargos, que hay un mejor equilibrio entre el Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad, y que el Frente Amplio ha tenido deficiencias y hay que mejorarlas para no solo apoyar la labor administrativa, sino que para dar mayor espalda política al gobierno.

Si el acuerdo se concreta, ¿ve posible una lista unitaria entre las dos coaliciones de gobierno para disputar los cargos constituyentes?

La coalición base del Frente Amplio es Apruebo Dignidad y no vamos a enfrentar otro ningún desafío electoral sin este primer anillo de alianzas políticas. Pero este año hemos estado trabajando con el Socialismo Democrático en el gobierno y dentro de las opciones está que podamos enfrentar desafíos electorales en conjunto. No creo que sea lo deseable para mí en este minuto, pero habrá que buscar la mejor fórmula en su momento.

Hay una percepción en el FA -tras la salida de Lucía Dammert del Segundo Piso- que es momento de una elaboración política mayor, de asesores presidenciales más políticos y no tan técnicos para el Presidente.

El Presidente tiene que enfrentar este segundo período de gobierno con una experiencia de seis meses en el cargo y confío en los ajustes que ha estado realizando a la luz de los desafíos que tiene. Los cambios tienen que apuntar a dotarlo de mayor espalda política, en momentos donde la derecha pone en cuestión el programa de gobierno. Necesitamos que todos los cuadros políticos defiendan el programa y los cambios por los que la ciudadanía votó.

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