Reforma de pensiones con viento a favor en semana decisiva: holgura en el Senado y margen más estrecho en la Cámara
Superada la discusión en las comisiones de Trabajo y de Hacienda del Senado, el escenario debiera despejarse para el gobierno. El proyecto tendría el apoyo de cerca de 40 senadores este lunes. En la Cámara, en tanto, que sería citada extraordinariamente el miércoles, el proyecto al menos ya cuenta con el alineamiento mayoritario del oficialismo y Chile Vamos.
Vistiendo una guayabera blanca, de estilo diplomático, el ministro de Hacienda, Mario Marcel (indep. PS), se veía más relajado este domingo tras dos extenuantes semanas -sin ningún día de descanso- de negociaciones y discusiones en el Senado para afinar el texto final de la reforma de pensiones.
En estas tratativas, que no tuvieron pausa, al menos desde el lunes 13 de enero, Marcel estuvo acompañado por la titular del Trabajo, Jeannette Jara (PC), y la subsecretaria general de la Presidencia, Macarena Lobos (indep.).
Incluso, este domingo, en una entrevista en Mesa Central, realizada por la periodista Cristina González, soltó una sonrisa al final de la conversación y tomó de buen humor los reparos de algunos economistas ante los acuerdos alcanzados en estas últimas dos semanas.
Primero, fue la Comisión de Trabajo, que preside el senador Juan Antonio Coloma (UDI), que recién este martes despachó el proyecto, tras sesionar el sábado 18 y el domingo 19 de enero.
Luego fue el turno de la Comisión de Hacienda, a cargo del senador Felipe Kast (Evópoli), que se tomó el tiempo necesario para revisar las implicancias fiscales de la reforma. Esa tarea culminó recién el sábado a las 20.44 hrs. con un nuevo acuerdo que resolvía los once reparos planteados por el Consejo Fiscal Autónomo, además de otras exigencias de legisladores de oposición. De hecho, el senador Kast pasó de ser un escéptico a un férreo defensor del proyecto previsional este fin de semana.
Superadas estas dos instancias técnicas y políticas, el escenario debiera despejarse para el gobierno en las votaciones que se darán este lunes en el Senado y, tentativamente, el miércoles en la Cámara.
Si en ambas ramas del Congreso se ratifican los acuerdos que abarcan desde el PC a la UDI, la reforma debiera despacharse a ley esta misma semana sin necesidad de ir a una a comisión mixta -espacio institucional, regulado por la Constitución, en el cual cinco senadores y cinco diputados son mandatados para resolver los nudo finales de la discusión legislativa-, lo que inevitablemente podría extender la discusión hasta marzo.
En el Senado, el escenario es promisorio para el Ejecutivo, ya que el texto final contaría con el apoyo de 40 de los 50 senadores en ejercicio.
En la derecha, solo hay un grupo acotado de votos en contra: Carmen Gloria Aravena (republicana), Rojo Edwards (socialcristiano) y Juan Castro (socialcristiano), además de Carlos Kuschel (RN), Alejandro Kusanovic (indep. RN) y María José Gatica (RN), quien rechazará solo dos aspectos (la licitación de stock y el préstamo de los afiliados al seguro social).
La senadora y presidenta de Demócratas, Ximena Rincón, es otra de las críticas. Este sábado, de hecho, volvió a plantear su queja por la premura para sacar la reforma.
En la otra vereda política, los independientes Karim Bianchi y Fabiola Campillai son las principales incógnitas, aunque también el PPD Pedro Araya ha sincerado sus reparos a las medidas que, a su juicio, favorecerían a las AFP.
En la DC, la senadora Yasna Provoste también advirtió que no apoyaría si no se bajaba el requisito de años de cotización para mujeres. Esa exigencia -que al final incidió en que se bajara a 10 años el requisito- es respaldada por un grupo de senadoras que posiblemente voten en contra a modo testimonial, ya que ellas piden que sean 8 años. Sin embargo, en ningún caso ello pondría en riesgo el articulado en cuestión.
Lo importante para el gobierno es que esas disidencias no son suficientes para hacer tambalear al proyecto previsional, que en algunos capítulos requiere de 26 votos a favor. Ese piso, al menos, está garantizado con el alineamiento mayoritario de las filas del oficialismo y de Chile Vamos.
Margen de la Cámara
El cuadro en la Cámara de Diputados es un poco más estrecho, ya que el gobierno requiere de 77 votos en las normas de quórum especial.
Si bien hay diputados disidentes de lado y lado, además de una férrea oposición de republicanos, socialcristianos y libertarios, que suman 22 legisladores, el oficialismo y Chile Vamos aún tienen un saldo a favor.
De hecho, ante la negativa de los republicanos para sesionar en los últimos días de enero -debido a que se requería unanimidad de las bancadas para cambiar el calendario de semana de trabajo en terreno-, el Presidente Gabriel Boric tiene apoyo transversal para invocar una inédita facultad constitucional para citar forzosamente a la Cámara este miércoles, jornada en la que tendría que votarse hasta total despacho la reforma.
Para ello, bastaría que solo 50 de los 66 diputados del oficialismo se alineen con La Moneda. Al menos, la mayoría del PC, el PS y el Frente Amplio, además de algunos radicales y liberales, ya ratificaron que apoyarán en forma íntegra el texto que evacúe el Senado y que no pedirán votaciones separadas.
Por su parte, la UDI, RN y Evópoli, que en total suman 46 diputados, deberían aportar otros 30 votos más.
A ellos podrían sumarse algunos votos de la DC y del grupo de independientes-demócratas, con los que el gobierno llegaría al quórum necesario.
El problema de la Cámara, sin embargo, son las votaciones separadas, facultad que tiene cualquier diputado para pedir que un punto sea discutido en forma particular. Ello podría desordenar especialmente al oficialismo en algunas votaciones simbólicas, por ejemplo, en el articulado sobre separación de la industria previsional, entre sociedades inversoras y administradoras de cuenta. Esa medida fue aprobada en su primer trámite en la Cámara, pero fue suprimida por el gobierno en su negociación con la derecha. Sin embargo, era un aspecto demandado por las fuerzas de izquierda para propinar un golpe político a las AFP.
Consultado este domingo si ya tenían los votos para aprobar la reforma, Marcel optó por cautela, pero igual mostró cierto optimismo. “Uno nunca debe dar las cosas por seguras. El Parlamento es un poder autónomo del Estado y, por lo tanto, lo más importante es que nos preocupemos de convencer, de difundir, de responder dudas. Eso es lo que hemos estado haciendo en la Comisión de Hacienda durante toda esta semana y antes en la Comisión de Trabajo”, dijo.
“Yo quiero decir simplemente, y voy a citar al senador Javier Macaya (UDI), porque lo dijo en público, así que no cometería ninguna infidencia, pero el senador Macaya dijo, al momento de terminar la sesión, que él al principio no estaba muy convencido de este proyecto, pero que en el curso de la discusión se había dado cuenta de que era un proyecto que realmente era sólido y que valía la pena apoyar”, añadió el ministro, quien expresó su deseo de que esta iniciativa culmine su tramitación durante enero.
Para el Ejecutivo y para los negociadores de Chile Vamos es un escenario riesgoso que la tramitación se extienda para marzo, ya que durante febrero hay receso legislativo. En el gobierno temen que si el debate se prolonga para después de las vacaciones, el piso político que hoy tiene la reforma -que ha sido inestable- se pueda desarmar por el inicio del período electoral.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.