El número de hogares que arrienda una vivienda en nuestro país va al alza. Esto se incrementa entre quienes están en situación de pobreza y pobreza extrema, según concluyó un estudio del centro de Políticas Públicas de la Universidad San Sebastián (USS) con datos de la última encuesta Casen.

Una de las conclusiones del estudio de la USS es que el 27% de los hogares en Chile arrienda una vivienda, lo que se traduce en un total de 1.855.939 hogares en 2022. Así, este porcentaje ha venido creciendo de forma sostenida en el tiempo. En 2020 era un 26% lo que equivalía a 1.704.677 hogares, y en 2017 era un 25% con un total de 1.479. 825 hogares.

“Las formas de tenencia en especial el arriendo son una característica de este ciclo inmobiliario, cada día más es relevante dar respuestas a las necesidad de vivienda. En esa lógica, la certeza jurídica es relevante para que dicho Mercado inmobiliario se desempeñe de forma adecuada. Sin duda, un tema importante para evitar abusos y sobreprecios”, dijo Carlos Aguirre, investigador Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño USS.

Entre los hogares que están en situación de pobreza, el porcentaje de hogares que arrienda es mayor y llega a un 48,5% con un total de 191.244 hogares. La cifra se mantiene más menos estable con respecto a la medición de 2020.

Sin embargo, el porcentaje de hogares en pobreza extrema que arrienda una vivienda asciende a un 61%, con un total de 79.154. El porcentaje se mantiene estable con respecto a 2020.

“La política de arriendo es una realidad no solo de la clase media sino que también de los hogares mas vulnerables. Por eso, el foco de las políticas publicas debiese ser fomentar la formalidad en la política de arriendo habitacional”, indicó Felipe Bettancourt, investigador del Centro de Políticas Públicas USS y ex director del FOSIS.

Otro de los aspectos que aborda el estudio tiene que ver con que la mitad de los arriendos en hogares en pobreza es sin contrato.

En el promedio nacional, un 71,1% de los arriendos tiene un respaldo contractual, sin embargo, en los hogares en pobreza ese porcentaje llega al 47,5% y al 49,9% entre los hogares que viven en extrema pobreza.

“En el área de vivienda, nos encontramos con que la mitad de quienes arriendan lo hacen sin un contrato. Es decir, viven en una vulnerabilidad jurídica que puede tener muchas consecuencias”, agregó Bettancourt.

El arriendo sin contrato afecta principalmente a los hogares cuyo jefe de hogar tiene menos de 26 años, y la diferencia es estadísticamente significativa con respecto a los demás tramos de edad.

Por otro lado, la vulnerabilidad jurídica del arriendo no afecta solo a la Región Metropolitana. Si bien concentra el mayor número de hogares que arrienda, y la mayor cifra de arriendos sin contrato, es un fenómeno que también se da en regiones.

El estudio determinó que el Norte Grande es una de las zonas donde el arriendo cobra mayor relevancia como situación de ocupación de la vivienda. La región de Tarapacá presenta arriendos sin contrato cercanos al 40%.

En la zona sur, si bien la situación de arriendo es menor que en el resto del país, presenta tasas sobre el 40% de arriendos sin contrato, especialmente en las regiones de Los Ríos, Los Lagos y Aysén.