Chile mantiene liderazgo regional en materia de estabilidad pero su escolta está muy cerca

Chile ha sido durante mucho tiempo el país más estable de Sudamérica, condición que le permitió al país atraer inversión extranjera y crecer económicamente como nunca antes se había visto.

Sin embargo, esa estabilidad se ha ido deteriorando en los últimos años y de manera más acentuada a partir del estallido social, en octubre de 2019.

Así por lo menos lo refleja el índice de calificación del riesgo país de Bloomberg, el cual mide el riesgo global de un país a través de los sectores económicos, financieros y políticos en relación con el desempeño de otros países desarrollados y emergentes.

Cada puntuación de riesgo se calcula usando un modelo de ránking porcentual, trimestral, ponderado equitativamente, y se mide en una escala de 0 a 100. Las puntuaciones mayores indican que es más estable y corre menos riesgo.

El indicador general otorgó a Chile poco más de 50 puntos en el tercer trimestre, lo que dista mucho de las casi 83 unidades que alcanzó en el tercer trimestre de 2017. Llama particularmente la atención la fuerte caída que ha mostrado el sector financiero y que, de acuerdo a este índice, está muy próximo a situarse en los niveles observados en el estallido social.

Medido con este indicador de estabilidad, el país sigue liderando la región, pero se estrecha la distancia con sus perseguidores. Chile tenía 70 puntos en el primer trimestre de este año frente a los 45,2 de Perú. En el periodo junio-septiembre, Argentina repuntó con fuerza y se instaló en el segundo puesto con 43,4 puntos.

Con todo, los puntajes de estabilidad de los países de la región están lejos de los líderes globales. Bajo los parámetros de Bloomberg, los punteros son Dinamarca (94,6), Países Bajos (94), Irlanda (93,8) y Singapur (92,5). En la parte más baja están Honduras (2,8), El Salvador (2,6) y Venezuela (0,6).