El adiós de Reinaldo Solari: el impulsor de la expansión tras Falabella
A la edad de 96 años, en la madrugada de este martes, falleció el expresidente del retailer. Exfutbolista de Universidad de Chile y del Audax, Solari impulsó la salida a regiones de la compañía, primero a Concepción, y luego al exterior. En 2011 dejó el día a día de la firma en manos de su sobrino Juan Cuneo. En 2014, su hijo Carlo asumiría ese puesto. "Era muy exigente y respetuoso. La corrección y la consecuencia generaron un profundo respeto en todos quienes lo conocimos", lo recordó el actual gerente general de la compañía, Gastón Bottazzini. "La palabra vale más que un papel", solía repetir.
“Me voy en 2010″. Han pasado prácticamente 11 años desde aquel diciembre, cuando Reinaldo Solari Magnasco le dijo adiós al día a día de Falabella: dejaba la presidencia en manos de su sobrino, Juan Cuneo, y su puesto en el directorio pasaba a su hijo Carlo. Tenía 84 años y no sólo había sido unos de los artífices del principal retailer nacional, si no que había impulsado el desarrollo del comercio minorista local, poniendo a Chile en la vanguardia del retail regional.
Este martes, a los 96 años, Solari Magnasco falleció. “Para quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo y trabajar con él, sin duda fue una gran influencia, nos quedará el recuerdo de su cercanía, amabilidad y gran capacidad de escucha. Nos acordaremos de su estilo e impronta”, dijo esta mañana en una comunicación interna, el gerente general corporativo de Falabella, Gaston Bottazzini. “Su presencia nos acompañará siempre”, añadió.
Su trayectoria
Nació en Iquique, el 20 de enero de 1925, el noveno de diez hermanos. A los dos meses partió a Italia. Su educación la cursó en la zona de Rapallo. Terminó, eso sí, en Santiago de Chile: en el Internado Barros Arana, tras lo cual estudió Ingeniería Civil en la Universidad de Chile. Su especialidad fue el cálculo.
Recibió el Premio Marco Orrego Puelma al mejor alumno y mejor compañero de su promoción, la de 1947. Y no sólo fue docente de esa casa de estudios, si no que además jugó fútbol por la Chile; luego lo haría también por Audax Italiano, donde su hermano era presidente. “Cada vez que jugaba con la Universidad de Chile, en mi familia había problemas”, recordaría luego.
El deporte era parte de su día a día: fue presidente del comité organizador del Mundial de Ski que se realizó en Portillo en 1966.
“Me gustaba mucho el deporte, organizaba olimpiadas en la escuela y equipos de fútbol universitario. Fui presidente del Centro Deportivo de la Escuela de Ingeniería y participé en el Consejo General de Deporte de la universidad. Seguramente eso me llevó a jugar fútbol”, relataría en 2011 en la revista del Colegio de Ingenieros.
Su hermano, Alberto, fue quien lo invitó a trabajar en Falabella. Reinaldo Solari había fundado y era gerente general de la empresa de vestimenta Cycsa, posteriormente rebautizada como Mavesa.
“Uno se prepara toda una vida, y cuando las oportunidades llegan, hay que tomarlas. Y si tienes buenos socios y equipos conformados, la probabilidad de éxito es mucho mayor. En el camino va a haber mil excusas para dejar todo de lado, para no emprender nuevos desafíos. Ahí viene la confianza en lo que uno hace”, diría Solari en su discurso al recibir el premio Icare en 2015.
Impulsando el crecimiento
En 1962, lideró la expansión nacional del retailer. Desde Santiago centro la llevó a Concepción, usando los conceptos más avanzados de retail aprendidos en Estados Unidos, específicamente en Ohio.
En 1980 asumió la vicepresidencia de Falabella. Tras la muerte de Alberto Solari en 1986, se hizo cargo de la presidencia. Junto a su sobrino Juan Cúneo como gerente general y luego como vicepresidente ejecutivo, lideró todo el proceso de crecimiento de la compañía.
“Me desperté muy temprano para aprovechar el día. Estudié mucho para aprender a hacer las cosas mejor. Aprendí siempre el detalle del negocio para saber cómo dirigir. Viví con mucha disciplina, porque así obtenía mejores resultados. Viví siendo consecuente, diciendo las cosas por su nombre, con mucho respeto, pero por su nombre. Ahorré mucho para tener capital para poder hacer los buenos negocios que se me presentaron”, señalaría en Icare.
Durante los 25 años que estuvo como presidente, los principales hitos fueron la expansión de Falabella a Argentina, Perú y Colombia; la integración de la cadena Sodimac; la apertura al mercado bursátil; el desarrollo de supermercados Tottus, del negocio financiero con CMR y banco Falabella; además del desarrollo de centros comerciales a través de la creación de Mall Plaza.
En enero de 2011 dejó el liderazgo de Falabella en manos de su sobrino Juan Cúneo. Ya en ese momento, había modificado las sociedades San Vitto, Barolo, Sangiovese, Brunello, las inmobiliarias Tiberio y Tiberio Dos y Megeve Consulting, a través del cual Solari junto a su familia controlaban el 11,94% de Falabella. Hoy tienen el 10,77%. El empresario les entregó la administración de todas ellas a sus tres hijos y a uno de sus más cercanos colaboradores: Alberto Gary.
Solari dejó la presidencia de un holding que tenía presencia en cuatro países, más de 73 tiendas por departamentos, una centena de tiendas para el mejoramiento del hogar, 43 supermercados, 13 malls y una capitalización bursátil de US$ 26.200 millones, la mayor del país.
“Ha sido el artífice principal de lo que ha pasado con Falabella. Una empresa que era relativamente pequeña, con un local en Ahumada y una tienda en Concepción, se ha convertido en lo que es hoy día, cuatro países, multiformatos. Es un gran mérito de él haber dirigido la empresa durante este período”, decía en ese momento Juan Cuneo respecto de Solari.
“Trabajé siempre en equipo. Con mi hermano Alberto, con Juan Cuneo, con mis sobrinas y con la familia del Río entre tantos otros. Los equipos se potencian y se apoyan. En las empresas en que participé y por sobre todo en Falabella, siempre traté de buscar a los mejores. Atraer a la gente más capaz para que sea parte del equipo”, subrayaría Reinaldo Solari cinco años después, en Icare.
En su cupo en el directorio ingresó su hijo Carlo, que en ese minuto asesoraba al directorio; en 2014 llegaría a la presidencia. En la gerencia general, estaba ya su otro hijo Sandro, cargo que dejó en 2018.
Gaston Bottazzini lo recordaba así en la comunicación interna de hoy: “Don Reinaldo era muy claro en sus opiniones, apoyador de las iniciativas, muy exigente y respetuoso. La corrección y la consecuencia generaron un profundo respeto en todos quienes lo conocimos. ‘La palabra vale más que un papel´, solía repetir. Personalmente recuerdo siempre el valor que le daba al trabajo en equipo y a la importancia de contar con los mejores talentos”.
En esa línea, el presidente de la CPC, Juan Sutil, lamentó su partida. “Se destacó por ser un empresario visionario, un hombre de mucho esfuerzo y trabajo, pero sobre todo, una persona íntegra, de grandes valores, un líder ejemplar a nivel empresarial y familiar. En todos sus proyectos trabajó buscando el bien del país, con respeto por todas las personas, escuchando con empatía y cercanía. Deja un gran legado a las actuales y futuras generaciones de emprendedores y empresarios”.
Megeve y la fundación
Casado con Vicenta Donaggio, tuvo tres hijos: Piero, Sandro y Carlo. Con ellos creó Megeve Investments, family office que lidera Piero, con inversiones en inmobiliarias, minería de cobre y oro, generadoras eléctricas, etc., desarrollando negocios con énfasis en Chile, Perú, Colombia y Brasil.
Además, en 2008 fue parte de los fundadores -vía la Fundación Reinaldo Solari- de Aptus Chile, corporación sin fines de lucro, para ayudar a mejorar la calidad de la educación en colegios de estudiantes de bajos recursos.
Durante los últimos años, recibió una serie de reconocimientos. El premio “Diego Portales” que otorga la Cámara Nacional de Comercio en 2011; el ESE a la Familia Empresaria el mismo año; el galardón de Icare en 2015. Y, lo último, su incorporación al World Retail Hall of Fame, siendo -junto a Cuneo- los primeros sudamericanos en entrar a ese registro.
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