El aumento de los precios de las baterías añade incertidumbre al costo de los autos eléctricos
La demanda de litio supera la oferta, lo que pone fin a años de caídas de precios. Con el despegue de las ventas de los vehículos eléctricos y una ola de nuevos modelos que llegarán al mercado este año, el aumento de los precios podría afectar el crecimiento.
El aumento de los precios de los metales que componen las baterías de los vehículos eléctricos (o EV por sus siglas en inglés) ha puesto fin a una década de caídas que llevó el costo de los autos eléctricos a estar muy cerca del de los vehículos que funcionan con gasolina.
Con el despegue de las ventas de los vehículos eléctricos y una ola de nuevos modelos que llegarán al mercado este año, el aumento de los precios podría afectar el crecimiento.
Desde el 2010, los precios de las baterías de iones de litio, en promedio, han caído un 90%, llegando a alrededor de US$ 130 por kilowatt-hora. El número mágico que hace que los vehículos eléctricos sean competitivos con los de motor a combustión interna es de, aproximadamente, US$ 100 por kilowatt-hora. Muchos esperaban que la industria de las baterías alcanzara esa marca el 2024, una meta que parece cada vez más difícil de lograr.
Los costos más bajos ayudaron a impulsar las ventas de los autos eléctricos en un 112% en 2021, llegando a más de 6,3 millones de unidades en todo el mundo en comparación con el año anterior, según Benchmark Mineral Intelligence, que monitorea la cadena de suministro de baterías a nivel mundial.
Ahora, los precios de los componentes clave de las baterías se están disparando. Los precios del cobalto de grado para batería aumentaron un 119% desde el 1 de enero del 2020 hasta mediados de enero del 2022, los del sulfato de níquel se elevaron un 55% y los del carbonato de litio escalaron un 569%, según Benchmark.
“Lo que está sucediendo en la cadena de suministro pone en duda ese precio de los US$ 100 por kilowatt-hora”, afirmó Caspar Rawles, director de datos de Benchmark. “Estamos escuchando (sobre) aumentos de precios bastante significativos para los fabricantes de autos desde los proveedores de celdas”. Algunos fabricantes de celdas de batería que históricamente ofrecían contratos de precio fijo a largo plazo, han cambiado a acuerdos de precio variable, lo que les permite transferir algunos de los costos del aumento de los precios de los metales a los clientes, dijo.
La mayoría de los grandes fabricantes de autos de Estados Unidos y Europa cambiaron su enfoque hacia los vehículos eléctricos en los últimos años, lo que provocó un aumento en la demanda que rápidamente superó la oferta. China, que domina la cadena de suministro de baterías y tiene el mercado de vehículos eléctricos más grande del mundo, también ha aumentado significativamente la producción de autos eléctricos. Dado que normalmente lleva de siete a 10 años abrir una nueva mina, muchos materiales para baterías podrían escasear durante años.
“Hay una demanda creciente de todos estos metales para baterías, y existe una desconexión total” entre el sector minero y la industria automotriz, sostuvo Daniel Clarke, analista temático de GlobalData, un grupo de análisis de datos en Londres.
Se espera que el mercado del litio experimente su mayor escasez registrada en toneladas el 2022, debido a la creciente demanda, los problemas laborales y las disrupciones del Covid-19, según Benchmark. Los fabricantes de autos EV en China ya comenzaron a aumentar los precios, con BYD Co. subiendo el precio de etiqueta en algunos modelos en más de US$ 1.000, dijo Benchmark.
El director ejecutivo de Tesla Inc., Elon Musk, dijo el año pasado que una de sus mayores preocupaciones sobre las materias primas era el níquel. “Espero que, con suerte, este mensaje llegue a todas las compañías mineras”, comentó en una conference call con accionistas. “Por favor, consigan níquel”, agregó. Tesla tiene un contrato para obtener níquel de BHP Group Ltd., la minera más grande del mundo por valor de mercado.
También, los nuevos proyectos enfrentan, a menudo, protestas de las comunidades cercanas, lo que genera dudas sobre la expansión de los suministros. En enero, Serbia revocó las licencias de exploración de litio de Rio Tinto PLC, luego de una ola de protestas. Rio Tinto dijo en un comunicado que está “trabajando en lo que esto significa para el proyecto y nuestra gente en Serbia”.
Algunos factores podrían mitigar la crisis de la demanda. Las empresas mineras pueden expandir las operaciones actuales más rápido de lo que pueden lanzar nuevos proyectos. El reciclaje de baterías es un negocio en crecimiento, lo que proporciona una fuente de suministro en expansión. Y las nuevas soluciones químicas de las baterías pueden compensar la demanda de ciertos materiales, como el cobalto y el níquel.
Una tecnología de batería más asequible, respaldada por Tesla en China, podría brindar cierto alivio. Las baterías que usan fosfato de hierro y litio, o LFP (por sus siglas en inglés), representaron el 57% de la producción total de baterías para autos en China el año pasado, frente a menos de la mitad el año anterior, según cifras oficiales chinas.
Estas baterías usan hierro más barato y abundante en sus cátodos, en lugar de metales más caros como el níquel y el cobalto. El inconveniente de la tecnología: por lo general, tienen una menor autonomía que las baterías estándar de iones de litio que usan níquel y cobalto.
“El LFP sirve como una válvula de alivio realmente agradable en estos shocks de la cadena de suministro”, afirmó Gene Berdichevsky, director ejecutivo del fabricante de piezas de batería Sila Nanotechnologies Inc. y exempleado de Tesla.
El repentino aumento de la demanda de baterías LFP el año pasado ayudó a aumentar los costos de las baterías de iones de litio entre un 10% y un 20% en los últimos meses del 2021, según IHS Markit. Y dado que las baterías LFP utilizan el litio como electrolito, siguen quedando expuestas a presiones de precios sobre el metal blanco.
Las reservas de litio se agotaron principalmente en 2021 a medida que se redujeron los inventarios, explicó Rawles de Benchmark. La escasez de suministros podría provocar el cierre temporal de las plantas de los fabricantes de baterías y autos, lo que aumentaría los costos, dijo. La demanda de carbonato de litio equivalente, una métrica común para el metal refinado utilizado en las baterías, aumentó alrededor de un 40% en 2021 con respecto al año anterior, llegando a 491.896 toneladas métricas, y se espera que se duplique nuevamente para llegar a 1,1 millones de toneladas para el 2025, según Benchmark.
Una solución potencial para la crisis del litio es un electrolito alternativo. La empresa china Contemporary Amperex Technology Co., o CATL, el fabricante de baterías para vehículos eléctricos más grande del mundo y proveedor de Tesla, presentó el año pasado una batería de iones de sodio que redujo la cantidad de litio requerida en la celda. Si bien la tecnología sigue siendo experimental, CATL manifestó que planea construir una cadena de suministro completa para la química de la batería para el 2023.
Ampliar una nueva tecnología de baterías a la producción en masa conlleva riesgos técnicos y logísticos, dijeron los expertos. “CATL es muy optimista con respecto al ion de sodio, pero cualquier cambio en la tecnología es un proceso lento”, indicó Rawles.
Los cuellos de botella en la cadena de suministro de baterías deberían eliminarse hacia la segunda mitad de la década, a medida que se pongan en marcha nuevos proyectos mineros. Y los precios de los autos eléctricos podrían seguir cayendo, a pesar de la subida de precios de las materias primas, debido a la feroz competencia por la participación en el mercado a medida que más fabricantes de autos se unen a la carrera.
“Comencé a construir vehículos eléctricos en 2001, era el empleado número 7 de Tesla, así que pienso en un arco a largo plazo”, afirmó Berdichevsky de Sila. “Dentro de diez años, los vehículos eléctricos dominarán”.
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