El universitario que invirtió miles de millones para acercarse a Elon Musk

ALEXANDRA CITRIN-SAFADI/WSJ; PHOTOS: SHUTTERSTOCK, REUTERS
ALEXANDRA CITRIN-SAFADI/WSJ; Foto: SHUTTERSTOCK, REUTERS

El capitalista de riesgo John Hering apostó su carrera, su tiempo y su dinero a las empresas de Musk, buscando un asiento junto al hombre más rico del mundo. En junio, donó US$ 500.000 a America PAC, una iniciativa pro Trump que Musk creó con sus aliados y donantes republicanos.


El capitalista de riesgo John Hering tenía 21 años cuando convirtió un truco publicitario en una empresa de mil millones de dólares.

Acechó entre la multitud a la salida de los Oscar de 2005 y escaneó clandestinamente los celulares de los famosos que iban llegando. Como era de esperar, encontró fallos de seguridad que exponían a las superestrellas a los piratas informáticos. Hering dio a conocer sus descubrimientos y atrajo la atención nacional hacia una empresa de ciberseguridad que él y unos amigos expertos en tecnología habían fundado cuando estudiaban en la Universidad del Sur de California (USC).

Tras no alcanzar un éxito más amplio, Hering volcó su talento promocional en una búsqueda singular: ganarse un asiento de favor junto a Elon Musk en la cima del Olimpo del mundo de la tecnología.

Para conseguir la atención de Musk y asegurarse el acceso a las rondas de financiación de sus empresas emergentes, Hering y Alexander Tamas, un financiero tecnológico alemán, han puesto su firma de capital riesgo, Vy Capital, al servicio del hombre más rico del mundo.

Gigantes del capital riesgo como Valor Equity Partners y Sequoia Capital también han invertido grandes sumas, pero ninguno se arriesga tanto como Vy Capital. Más de la mitad de sus US$ 8.000 millones en activos declarados están aparcados en las startups de Musk.

Hering, de 41 años, dedica la mayor parte de sus horas de trabajo a ayudar a las startups de Musk y tiene tarjetas de identificación de la empresa, que le permiten entrar.

“Hay muy pocos inversionistas en cualquier momento de la historia, para cualquier empresa, que estén dispuestos a ir a dormir en una tienda de campaña o dormir en un remolque, o dormir en una fábrica o dejar unas vacaciones en un momento para ir a tratar de resolver problemas”, comentó Shaun Maguire, socio de Sequoia.

Sin embargo, Hering y Vy Capital han hecho precisamente eso, sostuvo Maguire, que comparte oficina con la empresa en Los Ángeles. “John es mi compañero de oficina, así que sé dónde está cada día”, dijo. “Dos o tres días a la semana está en un vuelo de última hora para ayudar a una empresa de Elon”, detalló.

En una convocatoria de inversores de 2022, Musk destacó a Hering por su trabajo con la startup de construcción de túneles Boring Co. y recompensó a Vy Capital con la mayor inversión para su última ronda de financiación, US$ 300 millones. Meses más tarde, la firma puso US$ 700 millones en la adquisición de Twitter de Musk, solo por detrás del cofundador de Oracle, Larry Ellison, Sequoia Capital y un príncipe saudita.

Esta primavera, la nueva empresa de inteligencia artificial de Musk, xAI, recaudó US$ 6.000 millones, lo que la valora en US$24.000 millones. Vy Capital fue uno de los mayores inversores y ayudó a xAI a establecer un centro de datos en Memphis.

A pesar de todos sus esfuerzos, ni Hering ni Tamas forman parte del consejo de ninguna de las empresas de Musk.

Los últimos resultados de su fe permanente tampoco han sido prometedores. Ocho años después de su fundación, Boring sólo tiene un túnel abierto al público y le cuesta ganar nuevos clientes. La plataforma de redes sociales X ha sufrido una sangría de usuarios y anunciantes desde que Musk tomó el control. El pasado otoño, su valoración cayó de US$ 44.000 millones a US$19.000 millones, lo que supuso unas pérdidas de US$400 millones para Vy Capital.

Sin embargo, para dos hombres que trabajan horas extras para unirse a la proverbial mesa del almuerzo con la multitud popular de Silicon Valley, las inversiones de Vy Capital han pagado otras recompensas.

Tras la primera inversión de Vy Capital en SpaceX, Tamas estrechó lazos con Steve Jurvetson, uno de los directores del fabricante de cohetes y amigo íntimo de Musk. Los dos hombres se conocieron en el festival Burning Man en el desierto de Nevada, y Tamas fue el padrino en la boda de Jurvetson en 2019, en los Alpes franceses.

A Hering, que abandonó la USC, le fue aún mejor.

Este artículo se basa en entrevistas con docenas de inversores y personas cercanas a Tamas y Hering, así como en documentos de inversión y otros registros públicos. Tamas y Hering, a través de un representante, se rehusaron a hacer comentarios. Musk tampoco dio declaraciones.

Highfliers

Después de la travesura de Hering en los Oscar, pasó siete años como director ejecutivo de la startup de ciberseguridad Lookout, que cofundó con amigos de la universidad. Adquirió experiencia codeándose con inversores de capital riesgo y recaudó más de US$ 100 millones.

Lookout no alcanzó el éxito que Hering esperaba y dejó el cargo en 2014. Puso sus contactos de Silicon Valley en manos de Tamas, que se había forrado con una de las primeras inversiones en Facebook y se había mudado a una mansión en Dubai.

Tamas, de 47 años, nació en una pequeña ciudad de Rumania, donde su padre, disidente político, fue encarcelado bajo el régimen del dictador comunista Nicolae Ceaușescu. La familia huyó a Alemania Occidental cuando Tamas tenía 2 años.

En 2006, Tamas se incorporó a Goldman Sachs y cubrió empresas europeas de Internet, incluido el servicio ruso de correo web Mail.ru. El inversor tecnológico moscovita Yuri Milner convenció a Tamas para que se uniera a su empresa de capital riesgo DST Global en 2008. Al año siguiente, Tamas ayudó a conseguir una inversión de US$ 200 millones en Facebook, así como lucrativos acuerdos con Airbnb y Alibaba.

“Es el superordenador humano de Yuri Milner”, escribieron sobre Tamas en 2011 los líderes del capital riesgo Marc Andreessen y Ben Horowitz. “Está en marcación rápida para todos los que intentan construir las empresas de Internet globales de mayor éxito y escala de la actualidad”, manifestaron.

Tamas fundó Vy Capital en 2012 y puso sus miras en empresas tecnológicas de todo el mundo. Describió a los inversores su visión de crear una empresa similar a Berkshire Hathaway, de Warren Buffett, y atrajo a inversores de renombre como Javier Olivan, ejecutivo de Facebook, y Shou Zi Chew, director ejecutivo de TikTok. El mayor inversor de Vy Capital era Hillhouse, el gigante chino de capital riesgo dirigido por Lei Zhang.

Tras fracasar en su intento de crear un fondo de alto riesgo, Tamas se volcó a la emergente escena de las startups tecnológicas estadounidenses, centrada en Silicon Valley. Tamas compró una casa cerca de la Universidad de Stanford, en Atherton, California, uno de los lugares más caros del país. En 2015, Tamas contrató a Hering para dirigir Vy Capital con él.

Hering, hijo de un banquero de inversiones y una diseñadora de interiores, creció en Newport Beach, California. Estudió Políticas Públicas en la USC y la abandonó en 2006 sin licenciarse, según la universidad.

Tras unirse a Vy Capital, Hering se puso a trabajar en la construcción de su marca. Llamó la atención de Musk en 2015, después de que antiguos colegas de Lookout se convirtieran en los primeros en piratear un Tesla Model S. Hering mandó un correo electrónico a Musk sobre el pirateo, antes de hacer pública la hazaña ese verano.

Hering trasladó Vy Capital a una oficina de San Francisco compartida con Valor Equity Partners, una firma de inversión con sede en Chicago e importante inversor de Musk. Hering ya conocía al cofundador de Valor, Antonio Gracias, que formaba parte de los consejos de Tesla y SpaceX, y creía que Gracias podría ayudar a la empresa.

Sus instintos eran correctos. Gracias ayudó a Vy Capital a cerrar sus primeros lazos con una empresa de Musk: una inversión de US$ 20 millones en SpaceX, con una valoración de US$15.000 millones. Valor también invirtió en la nueva startup de ciberseguridad de Hering, Redacted.

Hering creía que Vy Capital necesitaba una forma de diferenciarse de sus grandes rivales. Él y Tamas se decidieron por un club privado en un lugar emblemático.

La empresa arrendó el piso 59 de la Torre Salesforce, el edificio más alto de San Francisco. Hering contrató a John Terzian, fundador de la cadena de hostelería de lujo The h.wood Group, para diseñar un local de 18.000 metros cuadrados con cafetería, bar y salón.

El material de marketing del club, llamado 59, incluía una cuota de iniciación de un millón de dólares y US$ 60.000 de cuota anual para tener la oportunidad de reunirse con “los pensadores más destacados del mundo”, un argumento que fracasó entre el público al que Hering y Tamas querían impresionar.

Hering intentó que Sam Altman, entonces director ejecutivo de Y Combinator, la famosa empresa de capital riesgo de Silicon Valley, alquilara parte de la planta 59 para su nueva empresa OpenAI y se convirtiera en miembro fundador de 59. Altman lo rechazó.

Tras no atraer suficiente interés, Vy Capital renunció al club.

Un sitio en la mesa

Hering buscó la manera de ganarse el favor de Musk. En 2016, oyó hablar de que Musk pretendía lanzar una startup de implantes cerebrales llamada Neuralace. Pidió a su personal que comprara los nombres de dominio de neuralace.com y neuralace.ai, con la intención de ofrecérselos a Musk.

Nunca tuvo la oportunidad. Musk llamó a la empresa Neuralink.

Hering tuvo su irrupción con Musk en 2017. Gracias le llevó al campus de SpaceX en Hawthorne (California) y le presentó las instalaciones. Se convirtió en un invitado frecuente y ofreció su ayuda a Starlink, un proyecto con el que SpaceX esperaba proporcionar un servicio global de Internet. Hering gastó su propio dinero en reclutadores para ayudar a Starlink a encontrar ingenieros.

Hering también envió a Pablo Mendoza, antiguo asociado de banca de inversión de Goldman Sachs, a trabajar in situ en SpaceX, donde Mendoza creó modelos financieros y planes de negocio para el despliegue mundial de Starlink.

A finales del año pasado, el primer fondo de riesgo de Vy Capital había invertido US$147 millones en SpaceX, valorando su participación en US$ 1.000 millones, la inversión más rentable de la empresa.

Hering perfeccionó una fórmula para demostrar su lealtad a las startups de Musk, pasando largas horas in situ para observar y asesorar, ofreciendo ayuda con la contratación y aportando dinero de inversión cuando era necesario. Preparó a Mendoza para que le sustituyera, desplazando al joven de 30 años entre California y Texas para trabajos relacionados con Musk.

Tras terminar en SpaceX, Mendoza se trasladó a Bastrop (Texas) para ayudar en Boring. Después, Mendoza se trasladó a San Francisco para unirse al equipo de transición de Musk en Twitter, discutiendo planes de reducción de costos con Musk, a todas horas.

Durante la renegociación de los costos del espacio de oficina, según una demanda presentada por antiguos empleados de Twitter, Musk le dijo a Mendoza durante una conversación a las 4 de la mañana que solo pagaría el arriendo “sobre su cadáver”.

Al cabo de unos meses, Mendoza regresó a Texas para continuar su trabajo con Boring. Este año, fue llamado de nuevo a San Francisco para ayudar con la startup xAI de Musk.

Vy Capital ha acabado pareciéndose poco a la empresa de capital riesgo que sus fundadores habían imaginado. Sigue siendo en gran parte desconocida y ha tenido pocos éxitos importantes fuera de las empresas de Musk.

Tamas vendió su casa en Atherton y se trasladó a Italia en 2022, pasando a un segundo plano en la empresa. Él y Hering han dicho a los inversores que tienen la intención de cerrar por completo el negocio de capital riesgo.

Hering, sin embargo, finalmente consiguió un puesto en la órbita de Musk.

Musk y su hermano Kimbal Musk asistieron a la boda de Hering en Venecia en 2022. Hering también se fue de vacaciones con la familia y los amigos de Musk, incluido un viaje de esquí a la estación de Revelstoke, en la Columbia Británica, con los primos de Kimbal y Musk, Lyndon Rive y Peter Rive. Kimbal Musk y los Rive no respondieron a las solicitudes de comentarios.

Esta primavera, Musk mantuvo una videollamada con inversores sobre sus planes para xAI, incluida la creación de centros de datos para entrenar modelos de IA de vanguardia.

Hering se sentó junto a Musk durante la llamada, el único inversor en la sala.

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