En la guerra del streaming, Sony se mantiene al margen
Mientras los competidores se despedazan entre sí, el único estudio importante que no es un combatiente está encontrando formas de obtener ganancias.
En la guerra del streaming de Hollywood, el único gran estudio que no tiene su propio servicio, también podría ser el mayor “vendedor de armas” en ese campo de batalla.
Al igual que sus rivales, Sony Pictures Entertainment es optimista sobre las perspectivas a largo plazo del negocio del streaming. Sin embargo, a diferencia de los demás, la administración de Sony está apostando por una estrategia que implica vender películas a rivales de toda la vida, que están gastando miles de millones de dólares para aumentar la oferta en sus plataformas.
Al mismo tiempo, sin su propio servicio de streaming a gran escala, el estudio de películas Sony —propiedad de Sony Group Corp.— está apostando más que sus competidores por el regreso del cine. Los ejecutivos de Sony describen su compromiso con los cines como parte de una estrategia para atraer talento y asegurar precios altos cuando venden películas a servicios de streaming, que a menudo pagan en función de los ingresos de taquilla.
En lugar de enfrentarse cara a cara con Walt Disney Co., Warner Bros., Universal Pictures y Paramount Pictures —todos los cuales están tratando de utilizar películas que han producido para atraer consumidores a sus propios servicios de streaming— Sony dice que espera poder hacer que esas contrapartes se enfrenten entre sí.
“Ninguno de ellos puede hacer acuerdos entre sí, pero todos pueden tratar con nosotros”, afirmó Tom Rothman, presidente y director ejecutivo de Motion Picture Group de Sony Pictures Entertainment, y agregó que el futuro de su empresa estará bien servido vendiéndole a sus rivales. “Ciertamente ha sido una estrategia de zigzaguear donde todo el mundo se mueve. Ha resultado muy lucrativo para nosotros“.
Los rivales de Sony creen que sus inversiones multimillonarias en servicios de streaming entregarán ganancias duraderas. Las perspectivas de crecimiento del buque insignia de Disney, Disney+, por ejemplo, han impulsado a la empresa a tener un tipo de valoración bursátil típicamente asociado con el sector tecnológico.
Sony cerró recientemente un par de grandes acuerdos, impulsados por licitaciones competitivas, para proporcionar películas a los servicios de streaming de Netflix Inc. y Disney. Los títulos de Sony lanzados durante cinco años a partir de 2022 —incluidas las nuevas películas de Spider-Man— estarán disponibles en Netflix después de sus estrenos en cines, afirmaron las compañías. Sony también acordó darle a Netflix una opción de primera vista para elegir las películas que el estudio está haciendo específicamente para plataformas de streaming. Después de su proyección en Netflix, según una persona familiarizada con el tema, los estrenos de Sony en cines podrán pasar a Disney, que podrá mostrarlos en sus diversos canales de distribución, incluido Disney+.
Los acuerdos con Netflix y Disney, combinados, tienen un valor cercano a los US$ 3.000 millones durante varios años, según una persona familiarizada con los términos del acuerdo.
Sony continúa logrando acuerdos para hacer series de televisión que circularán en varios servicios de streaming, incluidos HBO Max y Netflix.
Sony fue uno de los primeros en participar en la guerra del streaming, lanzando el servicio Crackle el mismo año que Netflix comenzó su oferta online. Pero el servicio no se convirtió en un competidor serio, ya que Sony nunca hizo una inversión masiva en contenido. Después de que Crackle luchara por atraer programación de primer nivel o números serios de suscriptores, Sony vendió el control del servicio en 2019 a Chicken Soup for the Soul Entertainment. Mantiene algunas ofertas de streaming de nicho, incluido Funimation.
A medida que los servicios de streaming proliferan y buscan destacarse entre la multitud, las empresas de entretenimiento están gastando sumas sin precedentes en la creación de contenido nuevo. Amazon.com Inc. acordó recientemente pagar US$ 6.500 millones por el centenario estudio de cine y televisión MGM, que se espera proporcione programación para el servicio Prime Video de la compañía. La productora de la actriz y productora Reese Witherspoon, Hello Sunshine, se vendió por unos US$ 900 millones. Su empresa adapta libros a películas y series, como la galardonada “Big Little Lies” de HBO.
Rothman, quien recientemente extendió su contrato después de seis años en el trabajo, argumenta que el hecho de que Sony no tenga su propio servicio de streaming podría ser una ventaja en lugar de una desventaja.
“En cierto momento quedó claro que muchas empresas iban a perder muchos miles de millones de dólares despedazándose unas a otras”, afirma Rothman.
Sony a menudo ocupa el último o penúltimo lugar en ingresos de taquilla entre su grupo de pares desde 2013. Sin embargo, cuenta con una extensa biblioteca de películas y programas de televisión exitosos, incluido Spider-Man, su franquicia más valiosa.
El analista de MoffettNathanson, Michael Nathanson, cree que Sony puede tener una ventaja competitiva al no ser presionada para venderse películas a sí misma. “El talento siempre cuestionará si el precio de transferencia interno fue el precio correcto o no”, afirmó.
El impulso del streaming ya ha alejado a algunos talentos. Scarlett Johansson demandó a Disney el mes pasado por incumplimiento de contrato, alegando que la decisión de la compañía de lanzar “Black Widow” simultáneamente online y en los cines se comió parte de su paga, que estaba parcialmente vinculada a los ingresos de taquilla.
El riesgo para Sony, según Nathanson, es que sus competidores puedan acumular cofres de guerra lo suficientemente grandes, debido a los ingresos por suscripción, como para gastar más que el estudio en producción de entretenimiento. Eso, a su vez, podría obstaculizar la capacidad de Sony para atraer proyectos y talentos de alto perfil y potencialmente conducir a una espiral descendente.
Muchos en Hollywood predicen que la reciente ronda de acuerdos de Sony debería proporcionar suficiente capital para probar su estrategia durante al menos cuatro años.
Después de eso, es incierto si Sony generará suficientes películas de alto perfil para asegurar lucrativos acuerdos de licencia o si tendrá suficiente capital para pagar el talento que impulsa el éxito de la mayoría de las películas en la taquilla.
El presidente de distribución y redes de la compañía, Keith Le Goy, dice que la falta de vínculos del estudio con cualquier servicio de streaming en particular también debería ayudarlo a obtener los mejores precios para sus películas y programas de televisión.
La estrategia de Sony de vender al mejor postor recuerda a las empresas de producción más pequeñas, como la de Witherspoon, que pueden aprovechar el mercado actual de vendedores de contenido de entretenimiento.
“Nuestra independencia nos permite siempre encontrar el hogar adecuado para cualquier historia, en lugar de estar confinados al jardín amurallado de nuestros hermanos corporativos”, afirmó Le Goy.
Durante el mandato de Rothman, el estudio ha lanzado dos películas de Spider-Man: “Spider-Man: Homecoming”, que recaudó US$ 880,2 millones en todo el mundo el 2017, y “Spider-Man: Far From Home” el 2019, que ganó US$ 1,000 millones. Otra entrega está programada para finales de este año.
Sony está tratando de extender la franquicia seleccionando personajes de los cómics de Spider-Man para spin-offs centrados en villanos como “Venom: Let There Be Carnage” y “Morbius”, programados para estrenarse este año y el próximo, respectivamente.
No todas las películas de la franquicia de Sony han cosechado gloria en la taquilla. Las últimas películas de Men in Black y Ángeles de Charlie tuvieron un bajo rendimiento en 2019. Sony acumuló victorias con dos películas aptas para toda la familia, Jumanji y Bad Boys for Life, el remake de Martin Lawrence-Will Smith que fue la película más taquillera del año pasado en Estados Unidos y Canadá.
Rothman sostiene que, en esencia, Hollywood todavía se trata principalmente de producir entretenimiento que se conecte con los consumidores, ya sea en servicios de streaming o en cines.
“En lo que trato de concentrarme es en: ‘¿Qué es lo que la gente quiere ver?’”, sentencia. “Eso es lo que va a importar”.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.