Estímulo en EE.UU. se reduciría de US$ 3,5 billones hasta menos de la mitad por senador demócrata clave del que pende la agenda de Biden
Se trata de Joe Manchin, quien ha sido calificado como un "poder en las sombras", dado que su voto es indispensable para que avancen los proyectos de la Casa Blanca. En tanto, la primera economía mundial ya experimenta una desaceleración relevante, con un avance estimado de 2,5% en el tercer trimestre.
“Build Back Better”, el paquete de estímulos donde se juega buena parte de la agenda de Joe Biden, ha sido largamente negociada entre las filas demócratas. Después de todo, con la mayoría de 50 asientos en el Senado de un total de 100 (y el voto dirimente de la vicepresidencia en caso de empate), no requieren de los votos republicanos para seguir adelante. Sin embargo, el margen es bastante acotado lo que configura un escenario donde una sola disidencia interna puede poner en jaque todos los planes.
Es así como ha ganado relevancia el senador por Virginia Occidental, Joe Manchin, quien por sí solo ha generado una balanza de poder delicada en el oficialismo, haciendo que el estímulo que la Casa Blanca contempló originalmente en US$ 3,5 billones, en el marco de las negociaciones, hoy se esté viendo reducido hasta US$ 2 billones e incluso US$ 1,5 billones.
Más conservador que la mayoría de sus correligionarios, The Washington Post ha señalado que la figura del parlamentario ha sido elevada un “poder en la sombra, que ha frustrado a muchos de sus colegas”, entre quienes sí hay un consenso para dar luz verde al paquete que busca masivas inversiones para apoyar la transformación verde de toda la industria doméstica y para fortalecer diversas políticas de bienestar en Estados Unidos.
“No creo que debamos convertir nuestra sociedad en una sociedad de subsidios”, indicó cuando tardíamente señalaba su negativa al “Build Back Better”. Con poco tiempo para rodeos, indicó entonces que estaba solo disponible para su aprobación si es que los gastos se reducían, justamente, hasta US$ 1,5 billones.
Inmune a la presión de la administración de Biden, quien se ha comunicado personalmente con él en seis oportunidades desde que asumió la presidencia (con Barack Obama solo tuvo contacto tres veces en todo su mandato), Manchin ha complicado la negociación demócrata, que está a a espera de que se llegue a un acuerdo sobre este paquete más amplio para ingresar a la Cámara el proyecto de infraestructura bipartidista US$ 550.000 millones el jueves, mismo día en que Biden parte a Europa a una reunión del G20 en Roma.
Desaceleración y retiro de estímulos de la Fed
Traer certidumbre sobre los recursos que manejará el gobierno en la siguiente etapa de la recuperación postpadémica es de crucial importancia. Después de todo, el diálogo demócrata opera presionado por una economía en desaceleración que prontamente se enfrentará al comienzo del retiro de estímulos de la Reserva Federal.
El mismo jueves se informará el crecimiento del PIB del tercer trimestre, para el cual Bank of America (BofA) anticipa un incremento de 2,5% frente al trimestre anterior, cuando se anotó un alza intertrimestral muy superior, de 6,7%.
De esta manera, la entidad estadounidense está proyectando una expansión de 5,9% para el conjunto de 2021, repunte que califica de “solido” pero con “riesgos a la baja han aumentado a medida que la actividad del consumidor se enfría en respuesta a las preocupaciones de Delta”.
En tanto, en el plano de la política monetaria y la decisiva reunión que termina el miércoles de la próxima semana, BofA espera que “la Fed anuncie y comience la reducción gradual de la compra de activos”, lo que forma parte de las previsiones de consenso del mercado.
Sin embargo, la entidad también plantea que “con una inflación más alta y sostenida, es probable que la Fed entre en acción antes” en los cambios de la tasa de interés. Específicamente, el banco de inversiones adelanta “el momento de la primera alza hasta el cuarto trimestre de 2022 y esperamos que la Fed aumente 25 puntos básicos por trimestre hasta 2023 y 2024″.
Con todo, para el próximo año, la reducción en el ritmo de crecimiento sería más bien limitado, apuntando a un alza del PIB de 5,2%. Este proceso se profundizaría el año siguiente, con una estimación de crecimiento de 2.2%, de acuerdo a BofA.
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