Facebook, Apple y otros gigantes tecnológicos enfrentan una creciente presión sobre lo que está pasando en Ucrania
El conflicto podría acelerar la fractura de Internet para pasar a ser la 'splinternet', dicen los analistas.
Los gigantes tecnológicos de Estados Unidos están siendo presionados tanto por Rusia como por Occidente para responder al conflicto en Ucrania, lo que destaca su poder sobre el discurso global, pero también intensifica una tendencia reciente en la que sus negocios se ven afectados por eventos geopolíticos.
Los analistas dicen que el conflicto podría acelerar la fractura de Internet, que no hace mucho tiempo estaba dividido, en gran medida, entre China y el resto del mundo. Cada vez más, las grandes empresas tecnológicas están siendo amarradas a un mosaico de reglas locales, lo que lleva a algunos a creer que la “splinternet” (internet dividido o fracturado) está cada vez más cerca de hacerse realidad.
A raíz de la invasión de Rusia a Ucrania, las autoridades rusas restringieron el acceso a los productos de Facebook de Meta Platforms Inc., alegando que bloqueaba el acceso a los medios de comunicación rusos. Facebook dijo que había estado verificando datos (fact-checking) y etiquetando noticias de los medios de comunicación estatales y luego dijo que prohibiría a los medios estatales rusos publicar anuncios en su plataforma. Twitter Inc. también dijo que el acceso a su sitio había sido limitado.
YouTube dijo que pondría en pausa la capacidad para monetizar de varios canales rusos y limitaría las recomendaciones para llegar a ellos, después de que el senador estadounidense Mark Warner (Demócrata, Virginia) escribiera a la unidad de Alphabet Inc., así como a otras importantes empresas tecnológicas, instándolas a hacer más para combatir las operaciones de influencia rusa. Google, de Alphabet, tomó medidas similares para bloquear la monetización en sus plataformas por parte de los medios financiados por el estado ruso.
Mientras tanto, los funcionarios ucranianos pidieron a Apple Inc. que prohibiera el acceso ruso a su App Store.
“Necesitamos su apoyo: en 2022, la tecnología moderna es quizás la mejor respuesta a los tanques, los múltiples lanzacohetes…y los misiles”, escribió Mykhailo Fedorov, viceprimer ministro ucraniano, en una carta al director ejecutivo de Apple, Tim Cook.
Cook dijo en un tuit que estaba profundamente preocupado por el conflicto y que Apple estaba apoyando los esfuerzos humanitarios locales. Por lo demás, la compañía se negó a comentar.
Los representantes de Facebook, YouTube y Twitter dijeron que continúan monitoreando el desarrollo de la situación y podrían tomar más medidas. Nick Clegg, presidente de asuntos globales de Meta, captó el acto de equilibrio al que las plataformas se enfrentan, afirmando que la compañía quiere que las aplicaciones de Facebook continúen ofreciendo un lugar donde las personas puedan “hacer oír su voz, compartir lo que está sucediendo y organizarse”.
La embajada rusa en Washington no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.
El año pasado, las autoridades de al menos 48 países buscaron establecer nuevas reglas para las empresas tecnológicas sobre su contenido, datos o competencia, según Freedom House, un grupo sin fines de lucro que rastrea el estado global de la democracia y las políticas de Internet. Las políticas permitieron a las autoridades nigerianas bloquear a Twitter después de que eliminara una publicación del presidente de la nación sobre grupos secesionistas que se consideró amenazante. Las políticas más asertivas también pueden verse en la prohibición por parte de India de la aplicación de video TikTok, una subsidiaria de la compañía china ByteDance Ltd., después de una escaramuza fronteriza con China.
La presión va más allá de las plataformas de redes sociales. El año pasado, Rusia clasificó a Netflix Inc. como un proveedor audiovisual, un cambio que podría obligarlo a comenzar a ofrecer canales de televisión estatales a su estimado millón de suscriptores en el país, según el Moscow Times. Fue una consecuencia de una ley de soberanía de Internet aprobada en 2019 que le dio al gobierno más control sobre el contenido para los usuarios rusos.
El cambiante panorama ha reducido las ventas y las ganancias al obligar a las empresas a aumentar el gasto en el cumplimiento de las leyes locales, según analistas, ex ejecutivos y académicos legales. Afirmaron que el fenómeno ha restringido el acceso de algunos usuarios de Internet a los servicios y la información, y ha obligado a las empresas a evaluar si deben suscribirse a los valores mayoritariamente estadounidenses sobre la libertad de información o adherirse a las leyes locales que a menudo están en conflicto con esos principios.
“Esto lleva décadas en desarrollo y está empeorando porque los países están adoptando reglas cada vez más serias sobre el contenido”, afirmó David Kay e, profesor de derecho en la Universidad de California en Irvine y autor de “Speech Police: The Global Struggle to Govern the Internet”.
La guerra europea más importante en 80 años ha revivido un término de hace décadas sobre el auge del nacionalismo digital: “el splinternet”, en el que las leyes y las políticas locales crean una serie de internet nacionales.
El efecto es un lastre para las empresas, ya que los márgenes se reducen al tener que contratar más personal, dijo Brian Wieser, analista de la industria publicitaria de GroupM. “Unos pocos miles de empleados podrían administrar y llevar los productos, pero que individualmente los países impongan obligaciones lo hace imposible”, afirmó Wieser.
Google ha informado que la cantidad de solicitudes gubernamentales que recibe para eliminar contenido se ha multiplicado por cinco desde 2015, llegando a unas 50.000 solicitudes anuales. Facebook ha informado de un aumento de casi el 40% en las solicitudes durante el mismo período, llegando a unas 90.000 solicitudes para el año que finalizó en junio del 2021.
Aunque Rusia es única, porque tiene una red social local, VK, y un motor de búsqueda, Yandex, con más cuota de mercado que Facebook y Google, sigue siendo un mercado considerable para esas y otras empresas tecnológicas. Google y Apple tienen operaciones y empleados en terreno.
En los meses previos a su invasión, el presidente ruso, Vladimir Putin, buscó un mayor control sobre esas empresas al promulgar una ley que exige que las empresas con una audiencia de al menos 500.000 personas establezcan oficinas en Rusia que serían responsables por las violaciones de sus leyes.
“Crea, potencialmente, una situación de rehenes para el personal”, afirmó Daphne Keller, miembro del Centro de Política Cibernética de la Universidad de Stanford y exasesora general asociada de Google. Ella dijo que políticas como la de Rusia también han ampliado el debate dentro de los países, pasando de qué contenido debe eliminarse a qué contenido debe mantenerse.
Como ejemplo, señaló un informe de la agencia de Internet de Rusia que exigió, esta semana, que Google desbloqueara el canal de un líder separatista de la región ucraniana de Donetsk, incluso cuando las sanciones de Estados Unidos sugieren que se eliminen dichos canales.
“Es un extraño tira y afloja”, afirmó.
Nu Wexler, ex miembro del personal de políticas para las comunicaciones de Google, Facebook y Twitter, dijo que algunas empresas podrían ignorar las solicitudes y las reglas en países pequeños con mercados publicitarios más débiles. “Cuando se trata de un país grande con un gran mercado publicitario y empleados en ese país, es un cálculo más difícil”, afirmó.
El problema también está creando tensiones dentro de las empresas. En Google, el personal publicó en el sistema de mensajería interna de la empresa sobre qué se podía hacer para apoyar a Ucrania después de la invasión. Alguien propuso sacar el canal de medios respaldado por el estado de Rusia, RT, fuera de YouTube, según personas familiarizadas con la publicación.
Una vocera de Google se negó a comentar si eliminaría RT a nivel mundial. Se ha restringido el acceso al canal en Ucrania y puede que se tomen más medidas, sentenció.
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