Fondo de Arabia Saudita va tras fallido proyecto del grupo Luksic en Pakistán
Los saudíes irían por parte del 50% del yacimiento que está en manos del gobierno y la provincia donde se ubica la mina en la república islámica. Las faenas estuvieron detenidas entre 2011, cuando los chilenos fueron obligados a salir y diciembre del año pasado, en que la canadiense Barrick Gold, que posee el otro 50%, la retomó.
El gobierno de Pakistán negocia con el Fondo de Inversión Pública (PIF) de Arabia Saudita su ingreso al proyecto de cobre Reko Diq en la provincia de Baluchistán, el mismo que el chileno grupo Luksic debió desechar para siempre, en diciembre de 2022, tras siete años de conflictos con el Estado de ese país asiático, informaron medios árabes.
Ubicado al suroeste de Pakistán, Reko Diq es controlado en partes iguales (50%) por la minera canadiense Barrick Gold Corporation y una compleja red de entidades estatales, locales y provinciales, con las cuales se deberán sentar a negociar los árabes: un 25% de las acciones está en manos de tres empresas estatales federales y otro 25% lo maneja la provincia de Baluchistán bajo diversas modalidades accionarias.
El yacimiento, al que los chilenos entraron en 2011 y fueron obligados a salir, contiene recursos para producir 200 mil toneladas de cobre y 250 mil onzas de oro al año por una vida útil, que entonces, se estimó en cinco décadas. “Es probable que el próximo mes Arabia Saudita realice una inversión de hasta mil millones de dólares en el proyecto Reko Diq Copper Gold ubicado en el distrito de Chagai en Baluchistán”, informó la emisora estatal Radio Pakistán citada por Arabnews. Se prevé que el acuerdo entre Islamabad y Riad sea firmado en las próximas semanas.
Ciadi
El año pasado, Barrick Gold retomó el proyecto, que se encontraba suspendido desde 2011, luego de que el gobierno paquistaní le quitara a Antofagasta Minerals, el brazo minero de los Luksic, el permiso de construcción, cuando estaba todo listo para iniciar las obras, con una inversión de US$3.000 millones. En ese entonces se habló que los pakistaníes habían decidido decantarse por una empresa china para la explotación de la mina, algo que finalmente no sucedió.
En 2012, el grupo Luksic demandó a Pakistán ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) acusando que le fue negada “de forma ilegal” su solicitud de licencia minera. En 2019 el organismo del Banco Mundial para el arbitraje de disputas entre inversionistas y estados falló en contra de la república islámica y en 2020 las partes llegaron a un acuerdo que contempló que el 50% del proyecto quedara en manos de Barrick Gold y el 50% de los Luksic pasara a manos de empresas estatales pakistaníes.
En junio del año pasado Pakistán creó el Consejo Especial para la Facilitación de las Inversiones (SIFC), una entidad controlada por la poderosa cúpula militar de ese país, con el fin de atraer inversiones extranjeras que logren reactivar su deteriorada economía, afectada por las bajas reservas de divisas, la depreciación de la moneda, una inflación récord y una fuerte vulnerabilidad al cambio climático.
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