La élite peruana entra en pánico ante la inminente llegada de Castillo a la presidencia
El candidato socialista está a punto de ser nombrado presidente luego del ajustado balotaje ante la conservadora Keiko Fujimori.
En la capital peruana, el temor se está extendiendo entre la pequeña pero poderosa élite urbana de Lima por la posible victoria electoral de un maestro socialista poco conocido.
Pedro Castillo está a punto de ser nombrado presidente luego de un balotaje ante la conservadora Keiko Fujimori. Con casi todos los votos contabilizados, la ventaja de Castillo sobre Fujimori es estrecha, pero parece ser suficiente, aunque el resultado final podría conocerse en días o incluso semanas mientras avanzan los desafíos legales.
Durante la campaña, Castillo se comprometió a aumentar drásticamente los impuestos a la minería en el segundo mayor productor de cobre del mundo para pagar el gasto social y volver a redactar la Constitución para darle al gobierno más fuerza en el manejo de la economía. También ha insinuado una posible segunda reforma agraria.
Los partidarios de Fujimori han mostrado su temor por el surgimiento del “comunismo” y han avivado viejos fantasmas de expropiaciones de tierras y un colapso de la economía al estilo venezolano. Aparecieron incluso carteles en Lima advirtiendo: “Piensa en tu futuro, no al comunismo”. No se menciona directamente a Castillo y nadie se ha atribuido la responsabilidad.
“El partido de Castillo se ha declarado Marxista-Leninista. Dice que va a cambiar la Constitución, que va a expropiar. Si lo hace ya no te debería sorprender”, dijo Alfredo Thorne, exministro de Economía, a Reuters.
A medida que su victoria se hizo más probable en las últimas horas, Castillo suavizó su retórica, rechazando las comparaciones con líderes izquierdistas autoritarios como el venezolano Hugo Chávez. Ha incorporado a asesores más moderados, ha mostrado un mensaje a favor del mercado y ha negado que planee nacionalizar o expropiar los ahorros.
Sin embargo, muchos en las zonas ricas de Lima, que votaron abrumadoramente por Fujimori, todavía están temerosos.
“Todas mis amigas y amigos han sacado su plata al extranjero. No conozco nadie que no haya sacado”, dijo una abogada de Lima que forma parte de las juntas directivas de varias corporaciones y que también retiró sus fondos.
“Yo no tendría plata en Perú, ni un centavo”, agregó la abogada, que pidió no ser identificada por la sensibilidad del tema.
El sol peruano ha caído cerca de un 8% desde que Castillo ganó sorpresivamente la primera vuelta el 11 de abril, mientras que el índice selectivo de acciones peruanas ha perdido un 9% durante el mismo periodo. Los bancos y las mineras han sido los sectores más golpeados.
Los analistas dicen, sin embargo, que la fragmentación del Congreso limitará los cambios radicales y obligará a Castillo a ser pragmático, lo que incluso podría crear un rayo de luz para los mercados y posibles oportunidades de compra para los inversores.
“HISTERIA COLECTIVA”
El miedo colectivo parece real, justificado o no.
Algunas familias están dividiendo sus propiedades o poniéndolas en fideicomiso, dijo la abogada. Incluso en algunos casos retiran dinero en maletines para guardarlo en casa.
Los bancos han estado importando billetes físicos de dólares estadounidenses para atender la demanda, según dos fuentes con conocimiento del tema.
“Una importación de billetes en dólares, solo tiene como fin la disponibilidad, en caso de haya personas que necesitan un mayor volumen de efectivo”, dijo una de las fuentes bancarias, que agregó que los prestamistas peruanos tienen liquidez y que los depósitos no están en riesgo.
“Es una histeria”, dijo Ramiro Llona, un destacado artista que ha criticado a Fujimori, hija del detenido expresidente Alberto Fujimori. Llona dijo que el miedo y el sesgo están detrás del rechazo a Castillo, un hijo de campesinos del norte rural de Perú.
“Yo creo con muchísima certeza que hay un componente de racismo que está como una especie de subtexto a ese temor”, agregó Llona. “Miedo de que una persona del Ande vaya a ganar”.
Mientras un 88% de los residentes de San Isidro, el barrio más rico de la capital, votó por Fujimori, en la región andina más pobre de Perú, Huancavelica, el 85% apoyó a Castillo.
Reuters habló con media docena de ricos residentes de Lima que dijeron que su respaldo a Fujimori tenía sus raíces en dos traumas históricos: la reforma agraria y sus expropiaciones de tierra en la década de 1960 e hiperinflación en la década de 1980, ambas bajo liderazgos de gobiernos de izquierda.
“Las fortunas antiguas son las que más se mueren de miedo”, dijo a Reuters un consultor que trabaja en grandes empresas en Perú y que pidió no ser identificado.
Aquellos miembros de la élite que se han manifestado en contra de Fujimori han sido marginados.
“Ser antifujimorista en la segunda vuelta era como ser leproso”, dijo Ursula Castrat, presentadora de podcast y exeditora de la revista Cosas, que cubre la vida de las clases altas. Ella se opuso abiertamente a Fujimori en las redes sociales.
Llona, el artista, dijo que su esposa fue presionada por amigos para silenciar las críticas a Fujimori.
Castrat también dijo que sus amigos la presionaron para que respaldara a Fujimori.
“Yo terminé votando por Keiko Fujimori para darle un regalo de santo a una de mis mejores amigas. Ya le había comprado un regalo pero ella me insistió. Entonces le tomé una foto a la cédula (papeleta) y se la mandé”, dijo Castrat.
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