La lucha de Estados Unidos contra los esfuerzos de China en materia de 5G pasan de amenazas a incentivos

Foto de archivo donde un equipo de contrato para Verizon, trabaja en una torre celular actualizandola para manejar la nueva red 5G en Orem, Utah el 10 de diciembre del 2019. (Photo by GEORGE FREY / AFP)

Washington está organizando talleres y ofreciendo instructivos para ayudar a los gobiernos a evitar usar equipos de Huawei y ZTE.


El gobierno estadounidense está aumentando la presión en las ambiciones 5G de Beijing en el extranjero, ofreciendo incentivos financieros y otros atractivos a países dispuestos a evitar los equipos de telecomunicaciones chinos.

Las agencias de relaciones exteriores de Estados Unidos están desarrollando talleres y un manual que ayudarán legisladores de lugares como Europa y Europa del este, y también en otros países en desarrollo, para construir redes de celulares 5G de nueva generación que no usen equipamiento de Huawei Technologies Co. y la empresa China ZTE Corp.

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Logotipo de Huawei.

Los funcionarios estadounidenses dicen que también planean ofrecer entrenamiento para políticos extranjeros, legisladores y académicos que supervisen el despliegue de las redes de 5G en sus respectivos países en los próximos meses y años. Liderando la iniciativa está el Programa de Desarrollo de Derecho Comercial del Departamento de Comercio, cuya misión es avanzar en la política exterior estadounidense a través de colaboraciones directas con gobiernos extranjeros en asuntos legales y técnicos.

Para ayudar con la capacitación, los funcionarios estadounidenses dicen que están armando un libro de referencia que incluye estudio de casos de cómo aliados de Estados Unidos, como Gran Bretaña, han implementado restricciones a los equipos de telecomunicaciones chinos.

Durante el fin de semana, el Grupo de los Siete (G7) países industrializados reveló una nueva iniciativa de infraestructura global llamada “Build Back Better World” (Reconstruyamos un mundo mejor). La administración de Biden lo ha posicionado como una alternativa a la iniciativa Belt and Road de China, que ha dirigido la inversión china a proyectos de infraestructura en todo el mundo. Si bien no es parte de la iniciativa del fin de semana del G7, los nuevos incentivos de Washington para evitar las compras de telecomunicaciones chinas, subraya el especial foco de Estados Unidos en la industria de las telecomunicaciones.

“La administración Biden-Harris considera la seguridad del 5G como de alta prioridad”, afirmó Stephen Anderson, actual subsecretario adjunto del Departamento de Estado que supervisa los esfuerzos del Departamento en telecomunicaciones y tecnología. Dijo que los expertos estadounidenses asesorarán a los países en los costos, las regulaciones y las consideraciones de ciberseguridad necesarias para construir redes 5G en un esfuerzo por disuadirlos de usar Huawei y cualquier otro equipo chino.

Estados Unidos considera este tipo de equipos como una amenaza de espionaje: Huawei y otras fabricadores chinos dicen que no están controlados por China y que no ocuparían sus equipos para espiar.

Mientras tanto, un gran grupo bipartidista está respaldando en el Congreso un proyecto de ley presentado el mes pasado que permitiría a los países de Europa central y de Europa del este recibir ayuda extranjera estadounidense, específicamente para comprar equipos de telecomunicaciones que no sean chinos.

Los esfuerzos representan la última fase de una campaña estadounidense de larga duración para desalentar el uso de equipos de telecomunicaciones chinos por parte de aliados extranjeros. Washington comenzó la campaña hace unos años usando principalmente amenazas, advirtiendo a los aliados que limitaría el intercambio de inteligencia con países que usaban equipos de Huawei.

Los resultados de ese esfuerzo han sido mixtos: Alemania, por ejemplo, hasta ahora se ha negado a prohibir los equipos de Huawei. Otros aliados, como el Reino Unido, se han movido para restringir los equipos chinos.

Ahora, Washington está ofreciendo incentivos en forma de préstamos y capacitación para alentar a los países a mantenerse alejados de Huawei y otros proveedores chinos. Los ejecutivos de telecomunicaciones, así como los funcionarios de Estados Unidos y de los países aliados, han dicho que los equipos chinos suelen ser más baratos que los equipos equivalentes fabricados por los rivales de Huawei, como Ericsson AB y Nokia Corp.

Los funcionarios y legisladores estadounidenses dicen que la ciberseguridad es importante en 5G porque se prevé que la tecnología esté integrada en muchas industrias y dispositivos sensibles, como fábricas automatizadas y monitores cardíacos conectados a Internet.

Casi al término de la administración Trump, el otoño pasado, las agencias estadounidenses comenzaron a ofrecer préstamos a países en desarrollo para presionar a que compraran a proveedores de equipos de telecomunicaciones como Ericsson de Suecia, Nokia de Finlandia y Samsung Electronics Co. de Corea del Sur. La iniciativa logró una victoria en Etiopía el mes pasado, cuando un consorcio respaldado por Estados Unidos venció a un rival financiado por Beijing para construir una nueva red inalámbrica a nivel nacional. Washington había ofrecido hasta US$ 500 millones en préstamos.

Históricamente, este tipo de préstamos estadounidenses han estado restringidos por ley a los países en desarrollo. Eso ha impedido que la financiación llegue a lugares como Europa central y del este. Más pobres que muchas de las economías más avanzadas del mundo, no obstante, estos países se consideran lo suficientemente ricos como para quedar fuera de la categoría de países en desarrollo.

El Congreso ya ha hecho algunas exenciones recientemente, incluyendo proyectos de energía. Una nueva agencia estadounidense, la International Development Finance Corp., aprobó el año pasado una inversión de US$ 300 millones en Three Seas Initiative, un fondo que invierte en proyectos de energía y otras infraestructuras en 12 países de Europa central y del este.

El proyecto de ley bipartidista que se abre paso en el Congreso también eximiría a los proyectos de telecomunicaciones. La representante Marcy Kaptur, demócrata de Ohio, presentó la ley el mes pasado. Otorgaría a los países de Europa Central y del este una exención para recibir ayuda exterior de Estados Unidos para comprar equipos de telecomunicaciones que no sean chinos. Dijo que espera que el proyecto de ley, que al igual que otras leyes recientes destinadas a contrarrestar a Beijing tiene un amplio apoyo bipartidista, se apruebe este año.

Kaptur dijo que esos países aún tienen economías débiles y se les deben ofrecer alternativas a los proyectos de infraestructura respaldados por Beijing. “Son países en riesgo”, sentenció.

Muchos países de Europa central y del este, incluidos Rumania, Polonia, la República Checa y los países bálticos, se han mostrado ampliamente receptivos a los argumentos estadounidenses contra Huawei. Muchos también consideran que las relaciones militares sólidas con Estado Unidos son vitales después de la anexión de la península de Crimea de Ucrania por parte de Rusia en 2014.

Muchos también se han mostrado escépticos con respecto a China. En 2019, Polonia encarceló a un ejecutivo de Huawei por cargos de espionaje, mientras que los gobiernos báltico y rumano tomaron medidas para limitar el uso de Huawei en sus países. El primer ministro checo, Andrej Babis, ha exigido que China reemplace a su actual embajador en su país, luego de una serie de discusiones públicas sobre el papel de Huawei en el país.

Sin embargo, el gobierno chino ha encontrado socios en la región, particularmente en Hungría, cuya capital, Budapest, alberga un nuevo centro de investigación de Huawei. Huawei abrió un centro similar en Serbia el año pasado. Varios países también se han inscrito en el programa Belt and Road de Beijing, en el que las instituciones respaldadas por el gobierno chino financian y construyen en gran medida carreteras, puertos y otras infraestructuras.

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