Las pérdidas en inmuebles comerciales afectan a bancos de tres continentes
Bancos de EE.UU., Japón y Suiza anunciaron pérdidas relacionadas con préstamos inmobiliarios en dificultades.
Los inversores se preguntaban cuándo llegaría a los bancos el dolor de la recesión del sector inmobiliario comercial. Las últimas horas han demostrado que está sucediendo ahora mismo, con prestamistas de tres continentes revelando daños y la dimisión de dos dirigentes bancarios.
Las acciones de New York Community Bancorp cayeron un 11% el jueves, ampliando una fuerte caída que comenzó un día antes, cuando la compañía reveló problemas en su cartera de propiedades comerciales y acumuló millones de dólares para posibles pérdidas futuras. El miércoles, cerró con una caída del 38%, su peor día registrado.
Por su parte, las acciones del banco tokiota (de Tokio) Aozora se hundieron más de un 20% el jueves, el máximo permitido en un solo día según las normas bursátiles, después de que dijera que las pérdidas en su cartera de préstamos para oficinas en EE.UU. probablemente provocarán una pérdida neta para el año que finaliza en marzo. Sería su primera pérdida anual en 15 años. Su presidente renunciará el 1 de abril, según anunció el banco.
Y en Suiza, el banco privado Julius Baer comunicó la dimisión de su CEO, Philipp Rickenbacher, después de que la empresa tomara una provisión de unos US$ 700 millones sobre préstamos que, según dijo, podría no recuperar del propietario austriaco Signa Group. El grupo anunció el cierre de la unidad que concedió los préstamos.
Lo que les une: los bancos son grandes prestamistas de propietarios y promotores inmobiliarios, lo que les sitúa en primera línea de la caída del uso de edificios de oficinas y de las valoraciones.
Los riesgos son especialmente graves para los prestamistas pequeños y regionales, que tienen una proporción mucho mayor de sus carteras de préstamos en el sector inmobiliario comercial que los grandes bancos. El SPDR S&P Regional Banking ETF cayó más de un 3%, y el KBW Nasdaq Regional Banking Index cedió cerca de un 2%. En general, los mercados estadounidenses subieron.
Los bancos regionales estadounidenses, incluidos PNC Financial Services Group, Citizens Financial Group y M&T Bank, cayeron un 3% o más.
La crisis del sector inmobiliario comercial ha tardado en manifestarse. Aunque los cambios en los hábitos de las oficinas que han vaciado los centros de las ciudades tienen casi cuatro años y los tipos de interés empezaron a subir hace dos años, los propietarios se han visto amortiguados por las rentas de los inquilinos con contratos a largo plazo que se han ido consumiendo gradualmente.
También el jueves, Deutsche Bank señaló que aumentó las provisiones para pérdidas en su cartera de préstamos comerciales de EE.UU. casi cinco veces desde el cuarto trimestre de 2022, a 123 millones de euros, equivalentes a US$ 133 millones.
Algunos de los mayores riesgos llegan al vencimiento de los préstamos, cuyo plazo suele ser de cinco a diez años. A medida que vencen los préstamos baratos de una época de tasas bajas y precios altos, los propietarios se ven cada vez más incapaces de encontrar nuevos préstamos para sustituirlos.
Las advertencias reavivaron el temor a que se reanuden los problemas en el sector bancario tras la crisis bancaria del pasado mes de marzo, aunque muchos inversores siguen siendo optimistas en el sentido de que la mayoría de los bancos disponen de amplias reservas para absorber pérdidas. La caída de las tasas de interés también podría ayudar a aliviar a los prestatarios en apuros. La Reserva Federal señaló esta semana que estaba pensando en cuándo bajar los tipos de interés, pero dio a entender que el recorte no era inminente.
Los reguladores han estado observando atentamente y se preocupan por las perspectivas de un mayor contagio al sector financiero, sobre todo si se produjera una recesión significativa.
En su informe de octubre sobre la estabilidad financiera mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advertía de la posibilidad de que los precios de los inmuebles comerciales siguieran cayendo este año, “lo que podría crear un círculo vicioso de endurecimiento de las condiciones de financiación, caída de los precios de los inmuebles comerciales y pérdidas bancarias, con implicaciones más amplias para la estabilidad macrofinanciera”.
Los resultados de Aozora ponen de relieve el temor a que el impacto de los elevados costos de los préstamos aún no se haya filtrado completamente por el sistema. También muestra cómo la tensión en una parte del mundo puede propagarse ampliamente.
El banco, un prestamista de tamaño medio, no se considera un actor sistémico en Japón. Sus activos rondan los US$ 55.000 millones, lo que, en comparación, equivale aproximadamente al 40º banco más grande de Estados Unidos.
Las empresas financieras japonesas han aumentado sus inversiones en inmuebles comerciales estadounidenses en los últimos años para diversificar sus carteras. Aozora indicó que los préstamos para oficinas se conceden principalmente en grandes ciudades como Chicago y Los Ángeles, y representan el 6,6% de sus préstamos totales. Su cartera de préstamos para oficinas en Estados Unidos asciende a US$ 1.890 millones.
Los problemas de Julius Baer, especialista en la gestión del dinero de los más ricos, son otro punto negro en la reputación de Suiza, menos de un año después de la desaparición de Credit Suisse. Julius Baer debía beneficiarse de los tropiezos de su rival, pero se ha visto envuelto en un lío por los préstamos concedidos a un promotor inmobiliario austriaco con un turbio pasado judicial.
Los préstamos estaban vinculados a empresas controladas por el magnate René Benko, que fue condenado hace más de una década por fraude fiscal, antes de volver a las andadas. Signa, con sede en Innsbruck (Austria), posee una participación en el edificio Chrysler de Manhattan, además de propiedades emblemáticas en el centro de ciudades de Alemania, Austria y Suiza.
Un grupo de empresas y proyectos propiedad de Signa entraron en concurso de acreedores a principios de octubre, después de que el grupo no pudiera obtener nueva financiación. Las pérdidas financieras se extendieron a más de una docena de bancos y aseguradoras que eran sus principales prestamistas.
A pesar de los créditos dudosos concedidos a Signa, Julius Baer obtuvo beneficios netos en 2023. Sus acciones subieron el jueves tras provisionar totalmente los préstamos a Signa. El banco sostuvo que esperaba recuperar parte del importe del préstamo. Anteriormente había señalado los préstamos como problemáticos.
NYCB, por su parte, parecía haber salido ganando en la crisis de la banca regional. Después de que NYCB interviniera para comprar partes de un prestamista en quiebra, Signature Bank, terminó el año con una fuerte subida de sus acciones, mientras que las acciones de muchos de sus homólogos sufrieron fuertes caídas.
NYCB dijo que había reservado US$ 552 millones para futuras pérdidas potenciales de préstamos, en gran parte de propiedades comerciales, frente a los US$ 62 millones del tercer trimestre.
Su pérdida del cuarto trimestre se derivó de dos propiedades, incluyendo un préstamo de oficina que se echó a perder después de una valoración actualizada en el tercer trimestre, comunicó NYCB.
El banco afirmó que también está lidiando con las exigencias reglamentarias de haberse hecho más grande cuando compró los activos de Signature el año pasado, poniéndolo por encima del umbral de US$ 100 mil millones, lo que le demanda normas más estrictas de capital y liquidez.
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