Los factores que explican el fuerte crecimiento del consumo y la inversión en el segundo trimestre: ¿Son sustentables en el mediano plazo?

La Florida en Fase 2
FOTOS: DIEGO MARTIN / AGENCIAUNO

La economía creció 18,1% favorecido en mayor medida por el fuerte impulso del consumo, que a su vez, se debe a la mayor liquidez por los retiros del 10% y los apoyos estatales. La inversión, en tanto, también mostró incrementos. En el trimestre avanzó 24,8%, su mayor nivel desde 2005.


La economía comenzó a recuperar el terreno perdido por la crisis que provocó el Covid-19 en 2020. Y si bien se esperaba que hubiera crecimientos exuberantes por las bajas bases de comparación, las cifras del segundo trimestre mostraron eso y un poco más: el Producto Interno Bruto (PIB) subió 18,1% superando las expectativas previas que había por los crecimientos de Imacec de 17,1%. Esta expansión se compara con la caída de 14,2% en el mismo período anterior.

Así, entre enero y junio, la economía acumula un avance de 8,8% acercándose al punto medio del previsto por el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio de entre 8,5% y 9,5%.

Desde el gobierno salieron a celebrar la noticia, tanto así que el propio Presidente Sebastián Piñera, junto a los ministros de Hacienda, Rodrigo Cerda y de Economía, Lucas Palacios comentaron el crecimiento histórico que tuvo la actividad. “La economía chilena creció un 18,1% durante el segundo trimestre, superando con esto los niveles de actividad que teníamos antes del estallido social y la pandemia del coronavirus. Este crecimiento pone a Chile en una posición de liderazgo en materia de recuperación económica en nuestra región y también en el mundo”, dijo el Mandatario.

El titular de Hacienda, en tanto, enfatizó que “con esto, la actividad económica se ubica 2,6% por sobre su nivel pre-pandemia, lo que es una muy buena señal. Es una noticia que nos llena de esperanza, porque nos está diciendo que estamos retomando la normalidad en lo que respecta a la situación económica”.

De acuerdo al Banco Central, en la expansión incidieron las medidas económicas de apoyo a los hogares y empresas, los retiros parciales de los fondos previsionales y una mayor adaptación de la economía a las restricciones sanitarias. Además, se observó en el crecimiento trimestral del PIB desestacionalizado registró una variación de 1% respecto al primer cuarto del año, acorde a cifras con ajuste estacional.

En el detalle de las cifras, se muestra que el consumo fue un factor predominante en el repunte: subió 31% favorecido por el alza en el consumo de los hogares con un incremento de 33,7%. Este factor fue impulsado por las medidas de apoyo económico y el retiro parcial de los fondos previsionales. Respecto del consumo de gobierno, éste aumentó 20,7% en el segundo trimestre, en línea con la ejecución presupuestaria y determinado por los servicios de educación.

Los economistas afirman que esta es la variable que está liderando el carro de la recuperación y apuntalando el PIB. “En términos anuales todos los componentes del consumo crecen por las muy bajas bases de comparación que dejó la pandemia en el segundo trimestre de 2020”, sostiene el economista de Santander, Fabián Sepúlveda.

Pavel Castillo, gerente comercial de Corpa enfatiza que “la excesiva liquidez proveniente de retiros de la AFP, IFE y otros bonos, provocan una distorsión que se observa en un alto consumo, el cual tendrá repercusiones a mediano y largo plazo en la economía”.

En ese contexto, los expertos esperan que este efecto en el consumo se mantenga durante el segundo semestre. “Es probable que este efecto se mantenga este año, y veamos un crecimiento superior al 10% de la economía, pero con claros indicios de un sobre calentamiento”, puntualiza Castillo.

Sepúlveda menciona que “considerando la extensión del IFE hasta noviembre es esperable que el consumo continúe muy dinámico. Además, el componente de servicios personales tiene espacio para recuperarse con el desconfinamiento, pues todavía se ubica bajo sus niveles prepandemia. De todos modos, es esperable cierta moderación en el componente de durables, en la medida en que las familias vayan completando compras que son esporádicas, como vehículos y grandes electrodomésticos”.

Alejandro Puente, académico de la Universidad Santo Tomás, comenta que “el segundo trimestre crece respecto al primer trimestre en un 1%, esto quiere decir que se está expandiendo la economía más allá del efecto base de comparación, pero también es muy importante recalcar que esto está explicado por factores que son transitorios”. En este punto el economista explica que “uno de ellos es la adaptación del aparato productivo a las nuevas condiciones de la economía, a las restricciones que se han ido de alguna manera relajando, pero también es muy importante el efecto que están teniendo los apoyos fiscales para hacer frente a la crisis sanitaria, así como los retiros de los fondos previsionales”.

Desde Itaú indican que la actividad fue nuevamente impulsada por el consumo de bienes durables, creciendo más de 100% interanual, particularmente por vehículos y productos tecnológicos.

Por rubro, en el aumento de 18,1% de la actividad económica en el segundo trimestre, las mayores incidencias correspondieron a las actividades de servicios personales —en particular educación y salud— comercio y, en menor medida, industria manufacturera.

¿Y qué pasó con la inversión?

La inversión también mostró señales de recuperación, aunque dentro del PIB representa una quinta parte de toda la demanda interna (el resto es consumo).

En el trimestre avanzó 24,8%, su mayor nivel desde 2005. Esta variable fue impulsa por la fuerte compra que tuvo maquinarias y equipos, que mostró un incremento de 47,4% la mayor alza desde el segundo trimestre de 2005. Según explica el Central, el resultado se asocia en parte a una baja base de comparación, producto de una disminución de activos registrada el año anterior. Adicionalmente, aumentaron las internaciones de camiones, camionetas y maquinaria de uso industrial contribuyendo al resultado.

Asimismo, Construcción y otras obras subió en menor magnitud: 13,1% impulsada por la reactivación de proyectos de edificación y obras de ingeniería. Por su parte, la acumulación de existencias también aportó positivamente al resultado de la inversión, alcanzando una ratio acumulado en doce meses de 0,2% del PIB, a precios del año anterior.

El debate que se abre ahora es qué tan permanente será el impulso de la inversión. Sergio Lehmann, economista jefe de Bci afirma que “una parte de ese crecimiento ha respondido a las exigencias a las empresas para adaptarse al escenario sanitario, aunque también recoge el fuerte incremento de la inversión en minería y energía. Hacia los próximos meses ello debiera sostenerse, pero con miras al próximo año, atendiendo a la elevada incertidumbre política, veríamos una moderación importante de la inversión, especialmente en sectores distintos a obras públicas no vinculados a mercados externos”.

Carolina Grünwald, economista jefa de Banchile dice que “lo de la inversión viene más por el lado de la inversión pública. Por el lado de la inversión privada se están viendo más que todo rezagos de proyectos previos, mejoras de eficiencia o renovación de equipos y no de una inversión en desarrollo de proyectos nuevos”. Y Marco Correa, economista jefe de BICE Inversiones asevera que “es en parte recuperación de la caída del año pasado, pero también influye la mayor demanda del sector minero, impulsada por el alto precio del cobre, que hace rentables más proyectos”.

De hecho, en términos de montos el consumo en el segundo trimestre totalizó US$32.833 millones mientras que la inversión US$ 8.218 millones.

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