Los grandes ganadores de la crisis del gas natural son las centrales eléctricas a carbón en Europa
Los márgenes de ganancias son, por lejos, los más altos en años. Bajo las políticas climáticas de Europa, esto no debería estar sucediendo.
Las centrales eléctricas a carbón están funcionando a toda marcha en algunas partes de Europa y disfrutan de un raro episodio de enorme rentabilidad, un revés para los esfuerzos por reducir las emisiones de carbono.
Según las políticas climáticas de Europa, esto no debería estar sucediendo. La Unión Europea y el Reino Unido presionaron a los líderes mundiales, sin éxito, para que respaldaran el fin del consumo de carbón en la cumbre de Glasgow sobre el cambio climático. Ambos tienen mercados con permisos de emisión de carbono que están diseñados para reducir las ganancias de los contaminadores, como las centrales eléctricas a carbón, y para canalizar el capital hacia energías más ecológicas.
Durante años, el mercado de carbono en Europa hizo justamente eso, culminando con una sucesión de cierres de plantas de carbón en 2020 y predicciones de la desaparición del carbón. Pero una escasez de gas natural ha dejado a Europa en peligro de quedarse sin combustible de generación de energía y calefacción para la próxima primavera. El carbón y su primo más sucio, el lignito, conocido como carbón café o coal brown, están volviendo a generar electricidad para llenar el vacío.
Hay grandes beneficios para las empresas de servicios públicos capaces de encender plantas de energía que funcionen con los combustibles fósiles de mayor emisión. La razón es que los precios del gas están cerca de máximos históricos y volvieron a subir esta semana después de que los reguladores alemanes descartaran las esperanzas de los traders de una rápida aprobación de Nord Stream 2. El gasoducto, que cuenta con la oposición de Estados Unidos, duplicaría la capacidad de Rusia para exportar gas directamente a Alemania, y el Kremlin ha condicionado las exportaciones adicionales a la obtención del visto bueno.
“Estamos usando carbón, petróleo y todos los combustibles contaminantes simplemente porque el gas es muy caro”, afirmó Bernadett Papp, jefe de análisis de mercado de Vertis Environmental Finance Ltd., un trader de carbono húngaro. Papp dijo que varios clientes de servicios públicos en Europa central y del Este se han cambiado al carbón porque los precios del gas han aumentado demasiado este año.
Los precios del gas dictan el ritmo de los mercados de energía en Europa, por lo que la electricidad también se cotiza a niveles históricamente altos en el Reino Unido, Alemania y otros lugares. Los precios del carbón, en cambio, se han desplomado desde octubre, cuando China comenzó a extraer este tipo de combustible en un intento por evitar apagones invernales.
La diferencia significa que a las centrales eléctricas a carbón se les pagan precios altísimos por la electricidad producida con un combustible cuyo precio se redujo a la mitad durante el último mes. En lo que va de noviembre, las estaciones a carbón alemanas han podido fijar el precio en 57,10 euros, equivalente a US$ 64,65, por los megawatts-hora de energía que generarán en diciembre.
Eso es más de cuatro veces superior que el anterior nivel más alto en los registros de Argus Media Group que se remontan a 2017, aparte de este otoño. Las estaciones de servicio, por otro lado, están sangrando € 2,26 por cada megawatt-hora de energía de carga base que vayan a generar para el próximo mes. Los mercados futuros de energía y carbono muestran que las centrales eléctricas de carbón serán más rentables que sus rivales de gas hasta 2023, afirmó el analista de Argus Justin Colley.
De las principales economías de Europa, Alemania todavía tiene la mayor adicción al carbón y al lignito. Generó casi 40 gigawatts de electricidad a partir de los dos combustibles en septiembre y octubre, según Argus, la mayor cantidad para esa época del año desde 2018.
En un giro inusual de los acontecimientos, Polonia, que obtiene la mayor parte de su energía del carbón y el lignito, está exportando electricidad a otros países de Europa central y del Este. Varias estaciones de carbón inactivas en España, incluida la unidad Soto de Ribera 3 de Energias de Portugal SA y la planta Litoral de Endesa SA, han producido energía últimamente. Un puñado de unidades de carbón supervivientes en el Reino Unido, incluida la West Burton A de EDF SA, entraron en funcionamiento cuando las bajas velocidades del viento redujeron la generación de energía renovable.
En toda Europa occidental, la cantidad de electricidad producida a partir del carbón aumentó un 20% en septiembre y octubre en comparación con el año anterior, según Glenn Rickson, jefe de análisis energético europeo de S&P Global Platts. Podría haber más en camino. El aumento de la oferta elevará la proporción de la demanda eléctrica europea a satisfacer por el carbón y el lignito al 15% en el primer trimestre de 2022, afirmó Rickson, frente al 11% actual y al 9% en el primer trimestre de 2021. Eso aún sigue siendo menos que en Estados Unidos, que obtuvo aproximadamente una quinta parte de su energía del carbón el año pasado.
El problema es que las empresas de servicios públicos están quemando carbón y lignito en un momento en que los permisos de emisiones de carbono europeos están en niveles récord. Los precios de las emisiones (de emitarlas) aumentaron un 13% durante el último mes a alrededor de 67 euros por tonelada métrica de dióxido de carbono, y fueron elevados por un acuerdo en Glasgow sobre las reglas sobre cómo los países y las empresas pueden comerciar créditos a través de las fronteras. Eso debería hacer que el carbón, que produce aproximadamente el doble de carbono por unidad de energía que el gas, sea menos competitivo. El problema es que los precios del gas han subido mucho más que los precios del carbón este año.
La cantidad de carbón que Europa puede quemar está limitada por la cantidad de centrales eléctricas que han cerrado, y Papp dijo que la explosión de la energía del carbón no muestra que el mercado anti carbono de la UE esté fallando. “Estamos en una situación especial”, sentenció.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.