McKinsey: Cerca del 10% de las instituciones financieras está capturando la mitad de la capitalización bursátil del mundo desarrollado

La pandemia no sólo está acelerando los cambios en el consumo. Y es que en la industria financiera parece estar pasando lo mismo, y los plazos para que los grandes bancos cambien su foco hacia los modelos de las fintech son acotados.

Así lo señala el Global Banking Annual Review 2021, elaborado por McKinsey, estudio que apunta a que “algunas fintech están pasando de ser players marginales a valoraciones de miles de millones de dólares en unos pocos años”.

En ese sentido, indica que los especialistas en pagos, las bolsas y algunas firmas de valores capturaron más del 50% de los US$ 1,9 billones (millones de millones) en capitalización de mercado que la industria agregó en 2020.

“La divergencia destaca en el hecho de que solo 65 instituciones de las 599 analizadas acumularon todas las ganancias”, dice el informe, es decir un 10,8%.

Según McKinsey, los bancos salieron de la pandemia evitando pérdidas, pero con una rentabilidad deprimida. En América del Norte, el retorno sobre capital (ROE) cayó de 12% en 2019 a 8% en 2020, mientras que el ROE de los bancos europeos se redujo a la mitad: de 6% a 3%, y en Asia cayeron un punto porcentual.

“Los servicios financieros en su conjunto (incluidos bancos, fintechs y especializados) están cotizando a 1,3 veces el valor contable de las acciones, muy por debajo de las 3 veces del resto de los sectores. Mirando solo a los bancos, las valoraciones disminuyen a 1x y la mitad de los actores están cotizando por debajo del valor de las acciones”, apunta el estudio.

Según Ariel Waltuch, socio de McKinsey Chile, nuestro país está avanzando en la sofisticación de sus servicios financieros y las fintechs cumplen un rol cada vez más importante en esta evolución. “En 2021 en particular vemos una participación mucho más activa de fondos de Venture Capital líderes a nivel global, que reconocen en Chile el potencial de estas nuevas compañías, con inversiones relevantes para el mercado y para la región. Esto nos permite extrapolar las principales conclusiones del estudio, pero no necesariamente sobre los valores que sumaron”, dice el ejecutivo.

¿Qué está haciendo la diferencia entre una institución que crece y otra que se ve amenazada? El informe detalla que, por ejemplo, en EEUU la participación de consumidores que utilizan dos o más métodos de pago digitales saltó del 45% en 2019 al 58% en 2020.

“Nuestra encuesta mundial de consumidores de banca minorista de 2021 muestra que en los Estados Unidos, aproximadamente el 40% de los clientes minoristas ya realiza operaciones bancarias con una fintech o una gran tecnología. En Europa Occidental, esta penetración es del 30%”, agrega el estudio.

Por ello, McKinsey, realiza el análisis de las instituciones financieras “ganadoras” apunta a tres elementos comunes: estar integrados en la vida de los clientes (con más puntos de contacto y una mayor propiedad y compromiso), utilizando canales y ecosistemas digitales para resolver las necesidades específicas; tener un modelo económico sostenible que es menos intensivo en capital y más centrado en el crecimiento; y ser más rápidos, flexibles e invertir en tecnología, talento y adquisiciones, para asegurar mejores ofertas a sus clientes.

“Los bancos tradicionales que desean unirse a este grupo de élite tienen una ventana limitada: alrededor de dos tercios del valor generado durante todo un ciclo económico se crea durante los primeros dos años después de una crisis”, apunta el informe.

Y en ese sentido explica que la industria global está preparada para una recuperación que podría llevar al ROE entre 7% y 12% para 2025; pero los bancos a menudo no pueden cambiar su geografía, escala o segmento, pero el modelo de negocio que adoptan está en su control.

Según Ariel Waltuch, en Chile “veremos cada vez más integración entre fintechs y los bancos tradicionales. En Chile, los bancos están avanzando en actualizarse y mantenerse competitivos, y esto requiere, tal como dice el estudio, replantear sus modelos de negocio y elevar el estándar de experiencia de cliente. Lograr esto es un desafío, ya que los modelos tradicionales son todavía rentables y alcanzar estos nuevos modelos requiere cambios profundos en la forma que operan los bancos y en sus arquitecturas tecnológicas”.