Una caliente economía estadounidense impulsa la inflación mundial, forzando a los bancos extranjeros a actuar
Los bancos centrales están subiendo las tasas para evitar el aumento de la inflación a medida que los reguladores responden al auge de la economía de Estados Unidos.
Una economía estadounidense en auge que está impulsando una inflación más alta a nivel mundial y haciendo subir el dólar, está presionando a algunos bancos centrales a que aumenten las tasas de interés, a pesar de tener aún altos niveles de infecciones por covid-19 y recuperaciones económicas aún incompletas en sus propios países.
Los bancos centrales del mundo están pendientes de cómo responderá la Reserva Federal de Estados Unidos a un aumento de la inflación, cautelosos de quedar atrapados en la contracorriente de una extraordinaria expansión de la economía estadounidense. Los mercados accionarios mundiales cayeron el jueves después de que funcionarios de la Fed señalaron que esperaban subir las tasas de interés para finales del 2023, antes de lo que ellos anticiparon en marzo, ya que la economía de Estados Unidos cada vez se calienta más.
Una marcha global hacía tasas de interés más altas, con la Fed en el centro, arriesga sofocar la recuperación económica en algunos lugares, especialmente en un momento que la deuda de los mercados emergentes ha aumentado.
El tamaño de la economía estadounidense, que es casi un cuarto del PIB mundial, y la importancia de sus mercados bursátiles han ejercido durante mucho tiempo una gran influencia en la elaboración de políticas a nivel mundial. Pero el crecimiento inusualmente rápido de Estados Unidos este año es fundamental para la economía mundial, que aún se está recuperando del shock del año pasado. Los funcionarios de la Fed esperan que la economía estadounidense crezca un 7% este año, según proyecciones anunciadas el miércoles.
Bancos centrales en Rusia, Brasil y Turquía han elevado las tasas de interés en las últimas semanas, en parte para reducir la inflación derivada del boom del precio de las materias primas este año. Como las fábricas del mundo luchan para satisfacer la demanda de Estados Unidos, los precios de las materias primas, desde el estaño hasta el cobre, se han disparado.
“Con todas las consecuencias de la pandemia, lo último que necesitan estos países es políticas más apretadas” afirmó Tamara Basic Vasiljev, economista de Oxford economics en Londres.
Un boom económico de Estados Unidos apoya a las economías alrededor del mundo ya que impulsa las importaciones y las remesas de Estados Unidos. Pero también sube el costo de los préstamos, la inflación y fortalece el dólar, lo que endurece las condiciones financieras globales y actúa como un freno para la recuperación.
El dolor se siente disparejamente. Un dólar más fuerte afecta a las economías de mercados emergentes que se han endeudado en dólares, al mismo tiempo que ayuda a los grandes exportadores de Europa y el este de Asia cuyos productos se vuelven más competitivos en relación a las exportaciones estadounidenses.
En economías avanzadas, los bancos centrales en su mayoría creen que el período de inflación al alza sería temporal, a no ser que los consumidores esperen que continúe y exijan sueldos más altos.
Si bien los bancos centrales no creen que eso pase pronto, algunos economistas piensan que quizás sean sorprendidos.
“Creo que hay una alta posibilidad de que este shock temporal de los precios se convierta en algo más duradero”, afirmó Luigi Speranza, director de economía global de BNP Paribas. Speranza señaló que es probable que la inflación en Alemania esté entorno al 4% cuando la siguiente ronda de negociación de sueldo empiece a finales de este año.
Los bancos centrales en Europa y Japón deben igualar la postura moderada de la Fed (de que los niveles de inflación actuales no son para preocuparse) o arriesgarse a un aumento de sus divisas que podría socavar la recuperación económica, según afirmaron economistas. El delicado baile alrededor de la Fed podría deshacerse si es que la inflación termina siendo más persistente de lo esperado, lo que probablemente provocaría una reacción en cadena de aumento de las tasas de interés.
“Para evitar que el euro se fortalezca, el (Banco Central Europeo) tendría que ser igualmente moderado que la Reserva Federal, lo que podría ser difícil debido a las diferentes dinámicas de inflación y crecimiento”, afirmó Elga Bartsch, jefa de investigación macroeconómica de BlackRock.
Sin embargo, las economías de mercados emergentes a menudo no pueden darse el lujo de esperar. Incluso un pequeño estallido de inflación puede pesar mucho sobre sus monedas y perjudicar la capacidad de las empresas y los hogares para pagar la deuda, que a menudo está denominada en dólares o euros.
La Fed ha señalado que se cuidará de evitar que se repita el “taper tantrum” de 2013, en el que los bancos centrales de los países en desarrollo se vieron obligados a responder a una retirada repentina de la inversión extranjera después de que el banco central de Estados Unidos sorprendiera a los inversionistas diciendo que estaba considerando una reducción de sus programas de estímulo.
“Entonces, nuestra intención para este proceso es que sea ordenado, metódico y transparente”, afirmó el miércoles el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. “Y solo puedo decirles que vemos un valor real en comunicar con mucha anticipación cuál es nuestro pensamiento. Y trataremos de ser claros “.
Pero con la aceleración de la inflación global y la Fed comenzando a cambiar de rumbo, el cálculo de algunos bancos centrales está cambiando.
El Banco Central de Brasil dio a conocer un tercer aumento consecutivo en la tasa de interés de 0,75 puntos porcentuales el miércoles y señaló posibles aumentos mayores en el futuro, ya que lucha con una inflación superior al 8%.
El Banco de Rusia ha elevado su tasa de impuesto referencial tres veces este año al 5,5%, luego de que la inflación se acelerara a más del 6% este mes, su nivel más alto en casi cinco años. El martes, la gobernadora Elvira Nabiullina afirmó que Rusia continuará aumentando las tasas de interés y no espera que esto obstaculice el crecimiento económico.
“Hemos mantenido las tasas bajas por bastante tiempo para asegurarnos de no cortar las alas de una economía en recuperación”, afirmó Nabiullina en un discurso en la cámara baja del parlamento de Rusia. “Ahora es el momento de subir las tasas en respuesta al cambio de circunstancias y al aumento de la inflación”.
El Banco cCentral de Turquía aumentó bruscamente su tasa de interés principal al 19% en marzo para contrarrestar la inflación de dos dígitos y la depreciación de la lira. Pero la lira turca ha vuelto a estar bajo presión en las últimas semanas ya que los inversionistas intentan evaluar si el banco central atenderá las demandas del presidente Recep Tayyip Erdogan de recortar las tasas.
Los recientes aumentos de precios de los productos frescos han elevado el llamado conjunto de borscht—las verduras necesarias para la amada sopa Rusa— que es un indicador de referencia para muchos rusos. Desde principios de año, el precio de la papa, el repollo y la zanahoria ha subido entre un 60% y un 80%.
En los países pobres, una mayor proporción del gasto suele destinarse a productos básicos como alimentos y energía, por lo que los reguladores son más rápidos en controlar la inflación cuando esos precios suben.
Los bancos centrales de Escandinavia y Corea del Sur han señalado planes para endurecer la política monetaria a fin de frenar posibles burbujas de activos, particularmente en el sector inmobiliario. El Banco Central de Noruega señaló el jueves que aumentará las tasas de interés en septiembre.
También se espera que los bancos centrales de Europa central, incluyendo a Hungría y la República Checa, aumenten las tasas pronto. No sufrieron contracciones durante la pandemia en la misma escala que los países europeos más grandes como Francia y España, pero están viendo un aumento de la inflación.
Iain Stealey, director de inversiones de renta fija de JP Morgan Asset Management, afirmó que la Fed probablemente se las arreglará para evitar una repetición de la “taper tantrum” (pánico de la Reserva Federal ante la inflación, por lo que retiraría los incentivos y compraría menos bonos).
“Es un proceso muy largo y lento ... es muy difícil no hacer esto dadas las sorpresas al alza en la inflación”, afirmó Stealey.
Aún así, existen problemas con el enfoque paciente, según los economistas.
“Esta idea de dejar que la inflación se caliente ... significa que solo te darás cuenta de que tienes un problema de inflación cuando ya tienes un problema de inflación”, sentenció Klaus Baader, director de economía global de la Société Générale.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.