BofA recorta pronósticos para Chile y proyecta crecimiento de sólo 0,1% si el mundo entra en recesión
El banco de inversión estima que el Central recortaría 50 puntos base la TPM en 2020.
En menos de tres meses, los mercados han sufrido los impactos de constantes recortes en las proyecciones de crecimiento por parte de los bancos de inversión. Y en esta oportunidad, las malas noticias vienen de Bank of America, donde Chile no se queda al margen.
En un reporte enviado hoy a sus clientes, el banco de inversión informa de un recorte en sus estimaciones para Chile a un crecimiento de 0,8% para este año, desde 0,9% proyectado anteriormente.
Así, BofA se ubica en la parte baja del rango del Banco Central, que proyecta un crecimiento de entre 0,5% a 1,5% para este año.
Eso sí, los analistas del banco de inversión destacan que dicha proyección no incluye un escenario de recesión global, pero en caso de ocurrir, la estimación baja a 0,1%.
“Estamos revisando bajar nuestro crecimiento del PIB a 0.8% (desde 0.9%) para este año. Esto viene detrás de nuestra expectativa de un escenario global mucho más desafiante que incorpore una desaceleración significativa para China impulsada por las medidas tomadas después del brote de coronavirus”, se lee en el reporte.
Sobre el tibio recorte, BofA explica que los datos de actividad han sido “bastante resistentes” desde noviembre.
En cuanto a la política monetaria, los analistas afirman que ante el impacto del coronavirus en las exportaciones mineras, una desaceleración significativa de China y la incertidumbre política en el país, el Banco Central debería recortar en 50 puntos base la TPM durante 2020.
“En este escenario más bajista, ahora esperamos que BCCh ofrezca un recorte de 50 pb hasta fin de año con una tasa de política que alcance el 1,25%”, dice el reporte.
Visión global
“Han pasado menos de dos semanas desde que revisamos nuestro pronóstico de crecimiento global 2020 a la baja, pero estamos recortando nuevamente”, dice el banco de inversión.
Considerando el desarrollo del coronavirus, la poca capacidad de los países para controlar los contagios y la guerra de precios de la OPEP, los analistas ahora ven un escenario de recesión “moderada”.
En concreto, el banco de inversión ajustó el crecimiento de la economía global a 2,2% para este año, desde la proyección de 2,8% fijada dos semanas atrás.
Para poner el dato en perspectiva, BofA destaca que el crecimiento a nivel mundial tiende a ubicarse en aproximadamente 3,5%. En efecto, modificó sus estimaciones para todos los países bajo cobertura, donde destacan China y Estados Unidos.
Para EEUU proyectan un crecimiento de 1,2% desde 1,6%, mientras que para China, ajustaron a 4,6%, siendo una de las estimaciones más pesimistas.
“Hemos reducido el crecimiento de China a solo 4,6%, lo que nos ubica en la parte inferior del consenso. Sin embargo, eso probablemente subestima la conmoción de China. Para China es importante distinguir entre las estadísticas del PIB informadas y cuál es el verdadero PIB”, dice un reporte de BofA.
En esa línea, el banco de inversión explica que las autoridades chinas “tienden a suavizar los datos del PIB”, lo que dificulta determinar un estimación exacta sobre el impacto que podría generar el brote de coronavirus.
Riesgos latentes
A pesar de las nuevas proyecciones, BofA puntualiza que los riesgos para su escenario base son “muy negativos, en particular para los próximos dos trimestres.
“Por lo tanto, hemos establecido un escenario de "recesión moderada". Este no es el peor de los casos, ya que supone que el virus está contenido a medida que el clima cálido se mueve hacia el norte”, se lee en el reporte.
Así, los inversionistas consideran probable que se produzca una recesión “en forma de U”.
“Esto incorpora que la recesión termina cuando se contiene el virus, pero la recuperación es bastante superficial debido a la falta de estímulo monetario y los efectos residuales negativos de confianza”, concluye el reporte.
Las razones
Para BofA, hay cuatro factores claves que explican el nuevo recorte en sus proyecciones y la posibilidad de una recesión.
En primer lugar, el banco de inversión pone en perspectiva la situación que enfrenta Italia, donde las medidas de contención incluyen restricciones de viajes, cancelación de reuniones públicas y cuarentena para trabajadores contagiados.
“El principal impacto es un fuerte debilitamiento de la actividad comercial y de ocio con un pequeño impacto en la oferta laboral. Esto es mucho menos agresivo que lo que China ha hecho para mantener a muchos trabajadores en casa y monitorear el movimiento de una manera muy agresiva. El impacto de las acciones de Italia en la propagación del virus nos dirá mucho sobre la capacidad de contener el virus sin un estado policial agresivo”, dice BofA.
En segundo lugar, los analistas manifiestan su preocupación por la “lenta respuesta de la salud pública”, ya que en algunos países no existe un mensaje claro sobre los cambios fundamentales en el comportamiento de la ciudadanía para prevenir un contagio: cuarentena, lavarse las manos, evitar multitudes, entre otros.
En tercer lugar los analistas se refieren a la “costumbre del mercado” al asumir que la política monetaria de los bancos centrales es el primer paso para prevenir una crisis.
“Sin embargo, la respuesta negativa del mercado al recorte de tasas de interés de la Fed subrayó que los bancos centrales solo juegan un papel de apoyo en esta crisis. De hecho, las condiciones financieras se han endurecido significativamente. Se han anunciado varias acciones fiscales en todo el mundo, pero en la mayoría de los países las cifras son relativamente pequeñas”, se lee en el reporte.
La cuarta razón que justifica la visión de BofA tiene relación con la guerra de precios del petróleo, lo que agrega mayor presión a la baja sobre el crecimiento global.
El analista de BofA, Francisco Blanch, redujo su pronóstico para el crudo, con Brent promediando los US$ 45 por barril en 2020, por debajo de los US$54 apuntando anteriormente, estimación que ya incorporaba una revisión.
“Un colapso en los precios del petróleo es neutral en términos netos para el crecimiento mundial, ya que significa una transferencia de ingresos de los productores a los consumidores. Sin embargo, creemos que perjudica el crecimiento a corto plazo. Primero, daña la inversión en el sector y crea una presión a la baja en el mercado de valores”, dice BofA.
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