BTG Pactual cree que el cobre llegará a US$3,3 ante mayor costo del capital por la pandemia
Producto de la crisis sanitaria también se mantendrían buenas perspectivas para la celulosa y el litio.
“La intensidad de capital por tonelada de cobre va a aumentar”. Así de tajante es César Pérez-Novoa, jefe de Equity Research de BTG Pactual, para quien la pandemia provocada por el Covid-19 tendría impactos en la producción a raíz de las medidas sanitarias, pero también podría acelerar procesos que ya se habían iniciado producto de mayores exigencias ambientales. Y todo ello llevará a un precio que estaría entorno a los US$3,3 por tonelada.
En lo que va del año, el precio del metal rojo ha trepado 39%, dejando al mineral en US$2,92, algo que según el experto se explica por tres motivos.
“El primero, es que los inventarios de cobre en las tres bodegas del mundo han disminuido cerca de 39%, la mayor erosión de inventario se ha dado en el mercado chino, donde cerca de un 60% del inventario ha sido tomado. Ese primer efecto tiene que ver con la reapertura económica, ese ha sido el primer driver. El segundo tiene que ver con el hecho de que las cuarentenas trajeron impactos no deseados, dependiendo de la jurisdicción minera que mires. Se esperaba una producción para este año de 20,5 millones de toneladas que produciría en el mundo, pero Perú, que es cerca de 2,5 millones, producto de las cuarentanas posiblemente dejen de producir cerca de 380 mil toneladas. Eso ha sido un impacto bastante importante”, cuenta Pérez-Novoa.
A estos dos factores, agrega un tercero: “Una reactivación de la demanda pero una compresión en la oferta. Junto con las nuevas normas Covid, mucha inversión se ha visto retrasada, no detenida, y dependiendo de la compañía y la zona, hay algunos proyectos que se ha retrasado tres meses, seis meses y algunos aún no tienen definición de cuándo regresan al mercado. Pero eso en 2020 no es relevante, el mundo hoy no necesita más cobre, pero si en 2021 y en adelante”.
Para el experto, a estos factores se agrega la presión que producen los estímulos fiscales, que en casos como el alemán buscan incentivar la industria de los autos eléctricos.
“Alemania soltó un estímulo particular de 130.000 millones de Euros dirigido a la industria automotriz, que requiere cerca de 6 veces más de cobre que un auto normal, pero en un bus por ejemplo son 300 kilos. Ahí el riesgo de no tener suficiente oferta es alto, el mercado está poniendo precio a cierto riesgo. Pero también el hecho de que en muchas jurisdicciones continuamos con los mismos problemas, como el acceso al agua, mayores exigencias medioambientales, y en 2021 hay muchas zonas que entran negociaciones colectivas, a lo que se suma la degradación del mineral, algo que es particularmente cierto en Chile. Hay un cuestionamiento sobre cuáles serán las nuevas normas, si las mineras deberán acelerar la digitalización y robotización, pero esta automatización implica mayor costo del capital por las inversiones, y eso implica un precio del cobre más alto que el actual”, sostiene Pérez-Novoa.
En esa línea, se pregunta si el actual precio de US$2,92 por libra sirve para tener una rentabilidad en los proyecto, y explica que “si tengo que distanciar a mis trabajadores, confirma que el precio de largo plazo tiene que ser mayor, y creemos que es de US$3,3 lo que puede mover un proyecto. Y aún así, la exigencia ambiental en este país es muy elevada, la infraestructura ambiental podría elevar ese precio aún más, como las plantas de energía renovable en vez de usar derechos de aguas o tocar el río o acuífero prefieren desalar”.
Pero junto al cobre, el experto también ve buenas perspectivas para la celulosa y el litio.
Respecto del primero, comenta que hasta ahora el buen precio de la materia prima se explica por la mayor demanda de papel tissue asociada a hábitos de higiene reforzados por la pandemia, y la tendencia que se debiera mantener: “Asumo que está tendencia de higiene permanecerá por un tiempo, será un negocio con un crecimiento estable”.
En tanto, la industria del litio podría vivir un 2021 mejor que el presente ejercicio. Según el analista, “el tema de electromovilidad venía desde antes, en 2017 varios países habían dicho que abandonarían su modelo de motor de combustión, y para eso se cerraron una cantidad de compromisos y se realizaron muchos anuncios el año pasado. En el caso de Alemania, pero también cierto para España y Francia, tienen estímulos específicos para incentivar la producción de autos eléctricos. Todo esto es importante para el precio del litio en el largo plazo. En el corto plazo eso no se va a ver, el precio no responderá a estos efectos porque la capacidad de manufactura en la primera mitad en los países europeos ha sido prácticamente muy baja, y por ende ha tenido un impacto en los precios de los productos que van dentro de la batería. En 2020 la perspectiva de precio es baja, pero en 2021 eso debería crecer”.
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