Alfonso Salinas, GNL Quintero: "La comunidad quiere que no se la pisotee y que destruyan su hábitat"




Buscar cambiar la imagen de las compañías que se emplazan en la zona y tratar de ser un buen vecino. Así , Alfonso Salinas, gerente de sustentabilidad de GNL Quintero resume su labor. Con una plataforma de proyectos de intervención urbana desarrollada en conjunto con la municipalidad, llamada “Quintero Vive”, quieren promover un desarrollo colaborativo para renovar la infraestructura de la ciudad. Por ello es que acaban de ser reconocidos con el Premio al Buen Ciudadano Empresarial 2015 de la Cámara Chileno-Norteamericana de Comercio (AmCham).

¿Qué visión tienen de la sustentabilidad?

Todos estos términos están tan usados que resulta complejo reinventarlos y darles vida de nuevo. Una manera de lograrlo, tiene que ver con volver a lo  simple. Hay al menos dos aspectos relevantes a mencionar. El primero tiene que ver con la posibilidad de mantenerte en el tiempo, que se trate de una empresa que pueda desarrollarse de una forma razonablemente armónica. Desde una perspectiva más subjetiva, tiene que ver con volver a la esencia del porqué uno hace lo que hace. Uno de aspectos que más aprecian los  colaboradores es el trabajo que se hace con la comunidad. Entonces, toda la labor de decir tratemos de vivir mejor con los vecinos, con nosotros mismos, con los colaboradores, con el medioambiente toma sentido.

¿Qué desafíos planteaba la comunidad cuando se emplazaron en Quintero?

Son los que hay en cualquier parte. La comunidad quiere que no se la pisotee  y que destruyan su hábitat. Es evidente que en Quintero había pasado bastante de eso. Por tanto, la comunidad más que querer algo, al principio estaba en pie de guerra, donde no quería nada y donde primaba la sensación de “no me vengan hablar, prometer o escuchar porque estoy aburrido de que abusen”.

¿Cómo se enfrentaron a esa mirada reacia de la comunidad?

Primero hay que tener presente que tú estás tratando de hacer una industria que la gente necesita, no se puede pretender que sólo existan las ONG. Pero, el punto está en decir ¿podemos ser eso sin dañar? y no se trata sólo de eso, sino que ojalá uno como compañía sea capaz de colaborar con el lugar donde me inserto, ¿por qué no voy a poder hacer eso?  El desafío consistía en poder hacer una industria con estándares súper altos, con una preocupación genuina por generar el menor impacto y no sólo eso, sino que también aportar a los problemas que padecía la comunidad.

Ganaron el premio por “Quintero Vive”, ¿por qué surge esta iniciativa?

Quintero tiene una historia de balneario, de momentos de familia, de hoteles. Si miras los últimos 30 años eso sólo había ido decayendo, perdiéndose hasta llegar casi a una ciudad fantasma. Cuando analizas por qué le pasó eso, en parte es porque gente de mi tipo (empresas) llegaron y se instalaron y generaron este impacto sin quererlo.

¿Cómo funciona?

La lógica es hacer 4 ó 5 proyectos al año. Al cabo de cinco años estos generarán un impacto positivo importante en la comunidad.  La clave fue usar una lógica común, evitar que siga este decaimiento de Quintero que explica que el principal hub energético de Chile a veces es visto como una zona de sacrificio, donde para muchos la única alternativa es que la comunidad o la empresa se vaya. Eso como compañía, como vecino no podemos permitirlo.

¿Cree que en mediano plazo otras empresas emplazadas en la península van a empezar a adoptar una estrategia similar?

En el caso de Quntero eso ya está pasando. Creemos que si logramos que esto ocurra en Quintero, va a ser un caso de estudio que puede terminar en que germinen réplicas n o sólo ahí, sino en otros lugares.  La idea es que sean capaces de decir mira cómo en este lugar que estaba en el peor lugar posible, donde todas las apuestas estaban en contra, se logró revertir una situación.

¿Qué significa para ustedes ser un buen ciudadano corporativo?

Es una buena analogía. Así mismo, puedes ser un buen vecino o mal vecino. ¿Qué es un mal vecino? Uno que rompe árboles, genera ruidos en las noches. Pero también es un mal vecino aquel que no tiene interés en su comunidad. Un buen vecino es el que se preocupa, que dice ‘tenemos que arreglar tal cosa en el barrio’. Evidentemente, una empresa no es un vecino cualquiera. Es uno que tiene contactos, recursos, profesionales. Si la empresa es capaz de trabajar en beneficio de la comunidad, puede ser un vecino que genera un impacto muy positivo.

¿Cómo recibió la comunidad su propuesta?

A diferencia de otras compañías que han prometido mucho a la comunidad, nosotros optamos por una táctica donde trabajamos de forma silenciosa y decir estamos haciendo esto, cuando ya teníamos la obra en construcción. El lema fue subprometer y sobrecumplir. Y ahora que hay dos proyectos prontos a inaugurarse podemos sentirnos muy esperanzados de que esta estrategia nos permita transformar a  Quintero de una zona casi de vergüenza a una zona de orgullo, que demuestre que el desarrollo sostenible puede hacerse.

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