El Banco de Japón mantuvo intacta su política monetaria pese a la débil inflación

El Banco de Japón (BoJ) decidió hoy mantener intacta su agresiva estrategia de flexibilización monetaria, a pesar de la solidez del crecimiento económico del país y de las dificultades para alcanzar la meta inflacionista de la entidad.

La junta de política monetaria de la entidad apostó por seguir adelante con el plan que aplica desde hace cinco años, al término de su reunión de dos días que concluyó hoy, y en la que también mantuvo sin cambios sus perspectivas económicas para el ejercicio en curso, según el documento publicado por la entidad.

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El BoJ puso en marcha en 2013 un agresivo programa de flexibilización monetaria para lograr alcanzar una inflación del dos por ciento, aunque la caída de los precios del crudo y la ralentización global han obligado a la entidad a retrasar su plazo de consecución y a activar otras medidas adicionales.

Entre estas se cuentan una tasa negativa del -0,1% para los depósitos de los bancos y un control de la curva de rendimientos para mantener en torno al cero% los tipos a largo plazo.

Debido a que el índice de precios de consumo (IPC) sigue muy por debajo de la meta que la entidad quiere lograr hacia 2019, el banco central nipón se resiste a rebajar su medidas de estímulo como sí han hecho recientemente otras entidades de referencia, como el Banco Central Europeo (BCE) o la Reserva Federal estadounidense (Fed).

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El crecimiento sostenido de la tercera economía mundial durante los últimos trimestres también ha contribuido a reavivar el debate sobre la necesidad o no de mantener las medidas de flexibilización.

El BoJ confirmó su diagnóstico sobre la buena marcha de la economía nipona en su informe trimestral adoptado en la reunión de hoy, y en el que se prevé una expansión del PIB del 1,4% para el ejercicio fiscal en curso, que terminará en marzo de 2019.

La entidad señaló que la economía continúa con su "expansión moderada" y que se ha activado un "círculo virtuoso" entre los ingresos y los gastos, y en esta línea, destacó el "incremento moderado" del consumo doméstico y la "tendencia creciente" de las inversiones de capital corporativo.

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En cuanto al Índice de Precios de Consumo (IPC), el BoJ mantuvo también su previsión que apunta a un avance del 1,4% para este ejercicio, una cifra aún lejana de la meta del 2%.

No obstante, la entidad confía en que la subida de precios se acelere gracias a los aumentos salariales que se prevén durante las próximas negociaciones anuales entre patronal y sindicatos, y para las que el sector privado nipón ha prometido incrementos en línea con lo que viene reclamando el Ejecutivo.

Ocho de los nueve miembros de la junta de política monetaria del BoJ apostaron por la continuidad en la estrategia actual durante la reunión de hoy, mientras que la más reciente incorporación a este órgano, Goushi Kataoka, fue el único que votó en contra.

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Kataoka, por cuarta ocasión consecutiva en una reunión de la junta del BoJ, destacó la necesidad de medidas adicionales para alcanzar la meta inflacionista antes de 2019, y en particular propuso modificar el plazo de vencimiento de los bonos estatales que adquiere la entidad, según el documento de la reunión.