Beijing: museos, arquitectura y cocina en un lugar




La antigua capital celestial de Beijing es la encarnación de la visión de mundo de la China tradicional.

En medio de Beijing está la Ciudad Prohibida, desde donde el emperador gobernó “tianxia” o “todo lo que está bajo el cielo”. Ahí estaba el centro del mundo, el imperio chino y los estados asiáticos vasallos y, más allá, los bosques donde vivían los bárbaros.

La ciudad hoy es una madeja de tráfico en carreteras que forman anillos concéntricos que ondulan desde la Ciudad Prohibida y la amplia Plaza de Tiananmen, donde están los restos del ex dictador Mao Zedong. Su retrato cuelga de la Puerta de Tiananmen.

Si usted ha ido a visitar las momias de Lenin o de Ho Chi Minh en su sarcófago de cristal entonces probablemente no tiene mucho sentido ir a ver a Mao, la figura en el vidrio casi con certeza es de cera y las horas en que está abierto para visitas no son muy convenientes.

Pero la Ciudad Prohibida es esencial para todos los visitantes de Beijing. Usted puede entrar ya sea desde el sur, cerca de la Plaza de Tiananmen y dirigirse hacia el norte o entrar por la puerta norte próxima a Jingshan Park y caminar hacia el sur. Los parques y lagos hacia el norte de la Ciudad Prohibida son deslumbrantes, para quienes les gusta explorar y ver cómo los habitantes pasan su tiempo libre.

En el museo nacional en el lado Este de la Plaza de Tiananmen vale la pena una visita por el “Camino de Rejuvenecimiento” -una exhibición permanente que pasa por alto cualquier cosa negativa ocurrida bajo el mandato del Partido Comunista y se enfoca en la “humillación nacional” impuesta en China por las naciones extranjeras, particularmente Reino Unido y Japón.

Una visita a esta exhibición entrega ideas sobre cómo el partido maneja la historia para construir nacionalismo en la China moderna.

En el extremo sur de la Plaza de Tiananmen hay una vulgar réplica tipo Disney del alguna vez vibrante barrio de Qianmen que realmente no vale la pena visitar. Pero escondido dando vuelta la esquina y arriba está Capital M, un excelente lugar para obtener deliciosa comida y bebida occidental en una maravillosa atmósfera con una vista hacia el norte de la plaza.

Para quienes les gustaría explorar un área sin hordas de turistas, al este de la Plaza de Tiananmen está la ex legación para las misiones diplomáticas. Esas calles llenas de antigua arquitectura colonial son la respuesta de Beijing a la Concesión Francesa de Shangai y están llenas con asombrosas reliquias y restos de las incursiones europeas del siglo 19 y 20 en China.

El recinto que alguna vez fuera la delegación estadounidense ahora ha sido renovado y transformado en varios restaurantes. Desafortunadamente, la mayoría de las otras delegaciones son usadas por agencias secretas de gobierno que no permiten el ingreso a turistas.

Beijing está lleno de excelentes restaurantes que se jactan de tener comida de cada rincón del imperio, pero los visitantes que están cortos de tiempo y carecen del espíritu aventurero debieran dirigirse a Made In China en el Gran Hyatt, apenas a unas cuadras de Tiananmen. Las comidas pueden incluir varios platos de todas partes de China, para terminar con un helado con sabor a licor de grano chino o de sésamo negro.

Ninguna visita a Beijing está completa sin una visita a la Gran Muralla China y cada hotel en la ciudad puede organizar un viaje a uno de sus variados puntos de acceso. En la parte de Mutianyu hay menos gente y es más pintoresco que otros puntos más cercanos y debiera estar a menos de dos horas en auto desde el centro de Beijing.

Respecto de la vida nocturna, Beijing está lleno de opciones, pero de nuevo el tráfico terrible, particularmente los fines de semana en la noche, a menudo limita lo que uno puede hacer. Las áreas de Nanluoguxiang y de Drum and Bell Tower están llenas de lugares interesantes, incluyendo la cervecería Great Leap, que sirve su propia cerveza. Pruebe la que tiene miel y granos de pimienta de Sichuan.

El área de la calle Sanlitun es la favorita por sus bares y cerca hay una enorme selección de descomunales clubes nocturnos alrededor del complejo Estadio del Trabajador.

Un último consejo para todos los visitantes: amablemente pero de manera firme rechace a cualquiera que se le acerque y que le diga que quiere practicar su inglés o mostrarle una exhibición de su arte o tomar un té con usted en un salón de té cerca en el cual usted no está interesado, a menos que quiera caer en una tradicional estafa de Beijing.

COPY RIGHT FINANCIAL TIMES

© The Financial Times Ltd, 2011.

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