Cartas al Director: Por un envejecimiento activo
En Chile, el 76% de los chilenos en edad de jubilar no depende de otra persona para realizar actividades de la vida diaria. Sin embargo, el riesgo de dependencia física y mental aumenta a medida que envejecen y no depende ni del sexo ni de los ingresos. Así lo establece un estudio del suscrito, que caracterizó la funcionalidad de mujeres de 60 años y más y hombres de 65 años y más. Este trabajo dio cuenta de que la mayoría está en condiciones de seguir trabajando, pero por diversas circunstancias no participan del mercado laboral.
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Dicha inactividad tiene que ver primero con la jubilación. En el caso de las mujeres serían razones familiares, como el cuidado de los nietos y de otras personas mayores, y en los hombres como en ellas los problemas de salud permanentes.
Entonces, si la salud determina lo que puede hacer o no una persona mayor, no es aconsejable disociarla de los fenómenos sociales, ya que si participa, es acogida e incluida en su grupo familiar, entorno y redes de apoyo, sin discriminaciones de ningún tipo, tiene más posibilidades de postergar la dependencia. El desafío que tienen las políticas públicas es, por tanto, promover y asegurar que la expectativa de vida a partir de los 60 años sea saludable para que continuar trabajando sea una opción.
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Marco Espíldora - Magíster Políticas Públicas y miembro - Sociedad Geriatría y Gerontología
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