Cruce Andino: La experiencia turístico-histórica de la Patagonia

Aborígenes, jesuitas, colonos alemanes y hasta el Che Guevara lo recorrieron. Hoy, esta ruta de 180 kilómetros que une Puerto Varas con Bariloche, se renueva con varios elementos y actividades.




Lagos, volcanes, selva, actividades outdoor y una exquisita gastronomía son sinónimos del renovado Cruce Andino, camino que une a Puerto Varas y Bariloche en una travesía donde la naturaleza es protagonista. Se trata de una ruta que trazaron los aborígenes, que posteriormente cruzaron los jesuitas, colonos alemanes y que incluso, sirvió de inspiración para los diarios de viaje del Che Guevara.

Pulso, invitado por el Hotel Cabaña del Lago, llegó a Puerto Varas, que hoy se ha convertido en un polo turístico con una oferta de alta gastronomía. La cerveza artesanal se ha transformado prácticamente en la bebida de la zona, con un espectro que incluye a las clásicas Chester y Cork. Es esta tradición germana, que se aprecia en las construcciones, donde abundan las casonas de madera con jardines florecientes y que se hace extensiva al hotel Cabaña del Lago, emplazado a orillas del lago Llanquihue. "Que se potencien aspectos turísticos como el cruce, permite que lleguen más turistas a Puerto Varas. Toda la economía de la ciudad se ve favorecida con ello. Cada año vemos mayor interés, sobre todo de extranjeros, por recorrerlo. Quedan fascinados con el paisaje", cuenta Mary Sánchez, encargada de RRPP del hotel.

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El trazado del Cruce Andino cubre 180 kilómetros que se pueden recorrer en once horas. Sin embargo, hay quienes optan por realizarla en varios días. Se parte en bus desde Puerto Varas cerca de las 8:30 de la mañana y la primera parada es una hora más tarde en Saltos del Petrohué, que cuenta en su base con lava basáltica proveniente del volcán Osorno. A 15 minutos de distancia se encuentra el borde del lago Todos los Santos, donde se zarpa rumbo a Peulla.

Cerca de dos horas dura el recorrido, en el que predomina el verde y turquesa. De haber clima favorable, se avistan los volcanes Osorno, Puntiagudo y Cerro Tronador. Con 3554 msnm, este último le debe el nombre al sonido que produce con el desprendimiento de hielo.

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Es pasado el mediodía cuando el catamarán arriba a la localidad de Peulla ("Brotes de Primavera" en mapudungún). Además de ser un centro de avistamiento de aves, hay senderos para caminatas, canopy, cabalgatas y tour en 4X4. Quienes prefieren tomar esta parada como punto de descanso pueden almorzar en el Hotel Natura, uno de los motores del pueblo.

Al terminar de almorzar, se retoma el bus que recorrerá los 25 km del paso Pérez Rosales, donde al tratarse de solo una vía, todos los vehículos entrantes deben utilizar radio. El final de éste se encuentra en Puerto Frías (localidad de Río Negro, Argentina), donde está la aduana argentina. A medida que los turistas van desocupándose, suelen visitar la réplica de la moto del Che Guevara, quien en su mítico viaje de 1952 surcó estos lagos con su amigo Alberto Granados, una escena que fue llevada a la pantalla grande de la mano de Gael García Bernal en "Diarios de Motocicleta".

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Ya son cerca de las 17:00 horas y es momento de subir a un nuevo catamarán. En este caso se trata del Victoria del Sur que, al igual que el anterior, es muy cómodo y cuya capacidad es de 110 pasajeros. El trayecto será de 20 minutos y dará cuenta de cómo los sedimentos, transportados por los arroyos han moldeado las aguas del lago Frías, que se ha transformado en uno de los puntos de mayor interés del Parque Nacional Nahuel Huapi.

Acabamos de llegar a Puerto Alegre, donde el tercer bus nos espera. Nos llevará hacia Puerto Blest, localidad donde sólo viven cuatro personas, trabajadores del hotel que pasan cuatro días en Puerto Blest y tres en Bariloche. Muchos turistas hacen esta travesía en un solo día. Sin embargo, con el fin de visitar la Cascada Los Cántaros, nos quedamos esa noche. "Hace un año, un amigo vino a Chile y nos contó su experiencia. Sólo con ver las fotos, con mi esposa decidimos venir. Ha sido una experiencia única, el lugar es maravilloso, no tienen nada que envidiar a cualquier país", comentó Matthew Brown, turista estadounidense que decidió hacer la ruta.

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Día 2

Se acaba el sonido de los automóviles, las luces de la ciudad parecen lejanas. El canto de los pájaros y sonido del agua es suficiente para despertar. La desconexión en Puerto Blest es total. Sólo una señal limitada de wifi en el hotel se convierte en punto de unión con la civilización.

A primera hora nos alistamos para hacer trekking por el sendero "Parques Nacionales" que cubre 2,5km bordeando el Lago Nahuel Huapi y que tiene dificultad técnica media. Éste nos lleva a recorrer parte de la selva valdiviana, donde puede ver alerces milenarios, lianas y dónde, con un poco de suerte, podrá ver pájaros carpinteros. En nuestro caso, sólo los escuchamos a lo lejos.

Es cerca de medio día y nos preparamos psicológicamente para subir 700 escalones que nos llevarán a la cascada Los Cántaros. Sin embargo, al llegar nos damos cuenta de que son peldaños con descansos seguidos, lo que lo convierte en un paseo apto para gente de todas las edades. Cada peldaño hace valer la experiencia. La cascada es, simplemente, hermosa y los miradores permiten capturar fotos propias de postales.

Luego del almuerzo, se puede volver a Puerto Varas. Sin embargo, quienes deseen llegar a Bariloche pueden hacerlo sumando al recorrido un viaje en catamarán, que los llevará a Puerto Pañuelos, y desde ahí por tierra a Bariloche, que promete conquistar a los visitantes con su arquitectura y gastronomía.

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