El retraso de la regla Volcker siembra incertidumbre sobre Wall Street




En enero se cumplirán cuatro años desde que el presidente Barack Obama se comprometió a prohibir que los bancos operaran por cuenta propia, al anunciar la regla Volcker, junto al ex presidente de la Fed que los propuso y de quien lleva el nombre.

Sin embargo, su promesa aún no se ha cumplido: los reguladores han fallado en aplicado la regla. Y la mayoría de las peleas no se han producido entre la Casa Blanca y Wall Street, sino entre las cinco organizaciones que supuestamente debían redactarla.

Ahora, por fin, las autoridades están optimistas de que la regla será entregada para finales de año. Los bancos están nerviosos por el resultado y furiosos por lo que -dicen- es una piedra puesta por los reguladores.

Como anticipación a la regla, todas las mesas de negociación por cuenta propia donde los bancos tomaron sus propias posiciones en cuanto a acciones, bonos y derivados, se han disuelto, y los comerciantes reasignados en la empresa o contratados por fondos de cobertura donde dicha actividad todavía está permitida.

Pero eso no significa que los bancos sean obedientes. Una pérdida de más de US$6 mil millones por un trader de JPMorgan Chase, conocido como la Ballena de Londres usando dinero del banco para invertir en derivados de crédito el año pasado, también influyó en el desarrollo de la regla.

Por más de tres años, los reguladores han estado discutiendo sobre dónde trazar la línea entre el comercio prohibido, por un lado, y la creación de mercado permitido para los clientes y cobertura, por el otro.

Una de las principales áreas de la discordia, de acuerdo a personas familiarizadas con las discusiones, es limitar la propiedad de fondos para prohibir que un banco adquiera o mantenga una inversión de capital en un "fondo cubierto". Esto podría impedir a los bancos de los fondos de respaldar fondos de inversión de alto riesgo. Hay excepciones, pero son poco claras y los bancos sólo tienen hasta enero para presentar una solicitud de prórroga de una regla que no han visto.

La batalla continuará y se espera que se intensifiquen antes de que la regla se vote el próximo mes.

Los banqueros dicen que no es aceptable que los reguladores impongan una regla después de un retraso tan largo y sostienen que deberían volverla a proponerla, dándole a la industria la oportunidad de analizar el texto más reciente.

Si la moción por una nueva proposición de la regla falla, los bancos quieren un período de gracia lo más largo posible. Algunos funcionarios son comprensivos en darle a los bancos más tiempo, pero no está claro si van a obtener los dos años completos que quieren.

Las autoridades argumentan que los bancos han tenido muchas oportunidades de exponer sus puntos de vista antes de este año.

Gary Gensler, presidente de la Comisión de Comercio de Futuros de Mercancías, quien ha estado trabajando en el borrador del proyecto con otros reguladores, dijo la semana pasada que espera tener una audiencia pública sobre la regla a mediados de diciembre.

Todavía hay una posibilidad de que el proceso se venga abajo si los desacuerdos son demasiados entre los reguladores que quieren normas más estrictas y los que quieren un enfoque más moderado.

Para la izquierda, el retraso es evidencia de la influencia negativa de los bancos en la reglamentación. Para la derecha, es evidencia del trabajo ineficiente de los burócratas del gobierno, paralizado por luchas territoriales.

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