El rugido de los grandes titanes que se toma el desierto




Con ruedas que alcanzan el alto de las motos y motores que superan en potencia al resto de sus pares, los camiones aparecen como elefantes del desierto. Con la diferencia de que éstos suben dunas, atraviesan ríos y no le temen a las montañas.

Así son estos colosos del Dakar que, desde 1999, vienen sorprendiendo a los miles de espectadores distribuidos en más de 190 países.

Una carrera dura y costosa, si pensamos en el valor de sus repuestos y los montos de inscripción para cada uno de los pilotos por máquina. Tema no menor, si como mínimo se requiere de tres pilotos.

Además, los camiones deben atenerse a ciertas restricciones establecidas por la organización del evento.

Reconocidas también como T.4, dicha categoría se divide en tres subcategorías: T4.1, T4.2, T4.3. En la primera, éstos deben contar con piezas estandarizadas a las que se encuentran en el mercado, es decir, de serie. Luego, pueden ser modificadas para ser usadas en la competencia.

En la segunda, los camiones registrados son intervenidos desde su inicio exclusivamente para el rally. Por último, en la T4.3 pueden participar ambos modelos, pero su rol es sólo proveer de asistencia para uno o varios equipos en la carrera.

Según Mario Quintanilla, director de Maquinaria y Vehículos Pesados de DuocUC, una de las principales modificaciones pasa por distribuir el peso a fin de evitar volcamientos, por lo tanto, el motor está generalmente en el centro. “Algo impensable para un camión normal de carga. Por otro lado, los diferenciales son bloqueados, para que cada rueda funcione de manera independiente”, comenta Quintanilla.

Así mismo, Daniel Vega, docente de las carreras de Mecánica Automotriz y Autotrónica de DuocUC Concepción, afirma que pese a su gran tonelaje, los camiones alcanzan mayores velocidades que los autos. “La potencia de los motores de estos camiones llegan a los 1.000 hp, mientras que un auto común que circula por la calle tiene sólo 150 hp. Esto permite que alcancen una velocidad de 160 kilómetros por hora sin ningún problema”, explica el académico, agregando que lo que se demoran en llegar de cero a 100 kilómetros por hora es prácticamente igual a lo requerido por cualquier auto.

Tres al volante

Pero, una de las diferencias más llamativas respecto a sus pares corredores, es la conducción de tres competidores al mando del camión.

En la mayoría de las máquinas reconocidas en versiones anteriores (como Kamaz, Tatra, Mane e Iveco), la necesidad de un piloto en la conducción, un copiloto de guía, y un mecánico para la asistencia ante cualquier dificultad, los costos se elevan notoriamente. Esto, considerando que sólo la inscripción por individuo se acerca a los US$15 mil que, para en estas circunstancias de multiplicaría por tres. Sumado al del camión, que supera los US$7 mil.

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