España es el noveno mercado del libro más grande del mundo y el formato de papel sigue siendo el rey

harry potter



Cuando hace cosa de seis o siete años comenzó a oírse hablar del libro electrónico, la alarma sonó en el mercado editorial. El sector tuvo que aprender a hacerle frente a un nuevo soporte de lectura, a la par que hacía malabarismos para sobrevivir a la etapa más dura de la crisis económica y a una segmentación del público que se hacía más grande a medida que pasaban los años. Hoy, sin embargo, podría decirse que el temor fue desmesurado. O que las empresas del sector supieron jugar muy bien sus cartas.

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Dos ideas. En España, desde 2012, el porcentaje de lectores de libros mayores de 14 años se ha incrementado en 2,8 puntos porcentuales, situándose en el 65,8% de la población total. De esta forma, se ha reducido la distancia que separa a España de la media de la Unión Europea, en donde el 70% de la gente lee. Es una de las principales conclusiones que recogía el Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros 2017, elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) y que fue presentado a comienzos de año.

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De esta forma, a grandes rasgos, y a la espera de que salgan a la luz las estadísticas oficiales, en España se editaron durante 2017 unos 82.000 títulos, lo que se traduce en aproximadamente 225 millones de ejemplares físicos.

En 2017, cuentan desde el sector, se ha materializado una tendencia que empezó a coger forma en los últimos años gracias a los avances tecnológicos: el equilibrio entre oferta y demanda. "Uno de los mayores cambios que trajo la crisis fue el de reducir la tirada. Si antes la tirada media de un libro era de unos 3.000 ejemplares, ahora se ha reducido. Todo con el fin de asegurarse las ventas", señala Elisabet Navarro, editora ejecutiva de Paidós, uno de los sellos de la editorial Planeta. Los grandes números de impresión y venta se concentran en la lista de los más vendidos, pero el resto de títulos salen a los estantes de forma selectiva.

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Y es que, asegura, para las compañías se ha vuelto necesario ajustarse a la demanda para quedarse con el mínimo posible de ejemplares en stock. "Las nuevas tecnologías abaratan el precio de la impresión y edición. Sacamos los libros a la venta en función de lo que pide el mercado", ilustra el director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), Antonio María Ávila. Esta realidad parece ser común al conjunto del sector: "En nuestro caso preferimos reaccionar rápido reimprimiendo a tener grandes cantidades de stock inmovilizadas en nuestro almacén. Esto también nos permite ofrecer mayor cantidad de títulos en el catálogo", asegura Gabriel Brandariz, gerente de literatura infantil y juvenil en la editorial SM, grupo que en el último ejercicio ha crecido "a doble dígito en ventas".

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Donde no están tan contentos es en el último eslabón de la cadena: "Las librerías seguimos siendo la parte más débil. Primero, porque no contamos con suficiente apoyo institucional. Segundo, por la parte económica, ya que nos movemos en un margen de beneficio cercano al 30%. Para ganar 2.000 euros, tenemos que vender 6.000", explica Miren Elorduy, socia de Mujeres & Compañía La Librería, un establecimiento cercano a la Plaza de Ópera de Madrid. Por eso, aunque haya más títulos y más ventas, los números no siempre van a parar a las librerías. En la Feria del Libro de Madrid, por ejemplo, pese a la polémica generada porque los editores perderán espacio en sus casetas, seguirán teniendo cerca del 60% del espacio, frente al aproximadamente 30% con el que cuentan los libreros.

La afluencia a las librerías, pese a estas dificultades, sigue siendo estable. "Si bien es cierto que nuestro caso, al ser una librería especializada en temática política y feminista, es muy concreto", recalca Elorduy, quien añade que en los últimos dos o tres años, la demanda de títulos feministas ha aumentado considerablemente. También lo ha hecho, prosigue Elisabet Navarro, la de libros experenciales. "Ahora todo pasa por la experiencia, que se ha visto reforzada por las redes sociales y un cierto egocentrismo. Ahora hay mucha más gente que se ha decidido a publicar sus experiencias personales en forma de libro".

Según el informe El sector del libro en España, publicado por el Observatorio de la Lectura y el Libro y el Ministerio de Cultura este mes, en España hay 7.106 puntos de venta de libros, de los que 3.900 son librerías. Toda la industria editorial y librera, sumando el mercado exterior, supone un volumen de 2.889 millones de euros, que sitúan a España como una de las potencias europeas en el sector. España es el cuarto país del continente con mayor número de novedades anuales y el quinto con mayor disponibilidad de títulos. Es el noveno mercado del libro más grande del mundo, por detrás de EE UU, China, Alemania, Reino Unido, Japón, Francia, Italia y Corea del Sur.

ALGUNAS CIFRAS DEL SECTOR

El papel sigue siendo fetiche. A pesar de todo el revuelo que ocasionaron los ebooks, el formato de papel sigue siendo el rey. El 70% de los libros se imprimieron en formato físico y el 30% fueron digitales.

Ellas leen más. La lectura es más frecuente en mujeres que en hombres, en un 66,5% frente a un 57,6%. Además, disminuye según aumenta la edad y crece según el nivel de estudios.

Diversidad de materias. España cuenta con un mercado editorial variado y relativamente equilibrado en lo que respecta a las materias de los libros impresos. De cada 100 ejemplares publicados, 31 son de Ciencias Sociales y Humanidades, 21 de literatura, 14 científico-técnicos, 13 de texto, 11 de infantil y juvenil y 7 de tiempo libre.

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