Imperio Batista se derrumba, tras fracaso con acreedores




La dramática caída en desgracia del magnate brasileño Eike Batista, entró en sus etapas finales el martes, a medida que su empresa petrolera OGX se acercó a la bancarrota, lo que habría gatillado el mayor impago corporativo en América Latina.

Varios meses de conversaciones sobre una reestructuración con los tenedores de US$3.600 millones de bonos, terminaron en fracaso, haciendo que la empresa se preparara para solicitar una protección por bancarrota en un tribunal brasileño, según gente cercana la compañía.

Batista, quien era el hombre más rico de Brasil hasta hace un año, estableció OGX en 2007. La 'x' -que aparece en todos los nombres de las empresas de su imperio- se suponía que indicaba la promesa de retornos múltiples y extra grandes.

La petrolera no cumplió el pago de US$45 millones de sus bonos a inicios de mes, y se le otorgó un período de gracia de 30 días para negociar con sus acreedores, que expira mañana.

Si OGX solicita una protección por bancarrota, tendrá 60 días para presentar un plan de reestructuración, de acuerdo a la ley brasileña.

Las acciones de OGX han caído más de 90% este año, después de que la empresa no cumplira sus objetivos de producción y suspendiera el desarrollo de sus tres pozos de producción petroleros.

Para los inversionistas, que alguna vez creyeron que el emprendimiento petrolero podría llegar a convertirse en la versión privada de Petrobras, el grupo petrolero estatal dominante de Brasil, las fallas de producción fueron un golpe fuerte, y generaron una crisis de confianza a lo largo de todas las firmas de Batista.

Cuando las conversaciones de reestructuración se estancaron este mes, los acreedores y los socios comerciales de Batista buscaron cómo proteger sus intereses en el caso de una bancarrota.

El lunes, Eneva, la empresa de energía cuyo control Batista cedió a la alemana Eon este año, consiguió un acuerdo con los bancos acreedores del grupo petrolero para comprar su negocio de gas natural, OGX Maranhão, si solicitaba bancarrota. Eneva, en la que Batista aún conserva una participación, firmó una opción para comprar 66,7% de las acciones que no posee en la empresa por 200 millones de reales (US$91,5 millones) en caso de una bancarrota.

Sin embargo, el acuerdo generó ira entre los inversionistas, que temen que OGX pretenda excluir la unidad de gas natural de su bancarrota, privándolos de uno de los activos más promisorios de la empresa, manteniéndolo indirectamente en las manos de Batista.

"Es el único activo de algún valor que quedaría de OGX para compartir entre accionistas y acreedores si hay bancarrota", dijo Aurélio Valporto, líder de los inversionistas que planea demandar a Batista.

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© The Financial Times Ltd, 2011.

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