Integrantes definen las prioridades para el Consejo Fiscal Asesor

Consejo Fiscal Asesor

Hace más de una década, el país decidió autoimponerse una regla de balance fiscal estructural para evitar excesos en los períodos de auge del cobre. Si bien la evaluación es positiva -pese al alza de la deuda- hay amplia coincidencia de que se debe dar otro paso en este manejo introduciendo contrapesos.




DICEN que en pedir no hay engaño y eso es lo que públicamente hacen los integrantes del Consejo Fiscal Asesor (CFA) al proponer una mayor autonomía para analizar las cifras, las proyecciones y por supuesto la tendencia que tendrán las finanzas públicas para evitar un desborde y un aumento de la deuda.

De hecho, los últimos dos gobiernos, de distintos bandos políticos, han esbozado la idea de otorgar mayor independencia al CFA, lo que iría obviamente acompañado de mayores recursos para que este Consejo pudiera realizar sus propios cálculos y ser una contraparte eficaz a los datos que maneja casi monárquicamente el Ministerio de Hacienda y la Dirección de Presupuestos.

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Pero terminado los cuatro años de gobierno ningún ministro de finanzas envió la ley respectiva para avanzar en esta buena intención. Y eso es casi de perogrullo, porque es muy difícil que una autoridad decida colocarse de por sí un contrapeso, justo en el manejo más sensible relacionado con satisfacer las demandas de los ciudadanos y equilibrar las cuentas.

Esta tensión la advierten los integrantes del consejo entrevistados por PULSO, José Yáñez, Juan Pablo Medina y Hermann González -los otros dos se excusaron de participar en esta crónica-, no obstante manifiestan que a largo plazo traería más beneficios.

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Uno, porque establecer un ente autónomo daría garantías a las clasificadoras de riesgo de la voluntad del país de tener equilibrio en las finanzas.

Dos, porque el CFA serviría para entregar la mirada de mediano plazo que muchas veces es mezquina para los ministros que deben balancear el cumplimiento de las promesas de los gobernantes que los ungieron con tal.

Y tres, porque serviría para otorgar certeza técnica a discusiones complejas como la que surgió en la discusión de este proyecto de Presupuestos para 2018, sobre si estaba sobrestimada o no la proyección de ingresos para el próximo año.

Todos están por la autonomía y esperan que la próxima administración cumpla con las buenas intenciones.

José Yáñez, académico Facultad de Economía y Negocios, U. de Chile : "Estando en el lugar de un Ministro de Hacienda, creo que hay una alta probabilidad de no avanzar rápidamente a un CFA autónomo"

-Autonomía en la toma de decisiones, en el presupuesto y en el personal es lo que requiere el futuro Consejo Fiscal Asesor, según el integrante de esta entidad y académico de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile, José Yáñez.

¿Por qué es necesario dotar de mayor autonomía a este órgano?

-Una mayor independencia o autonomía es necesaria para que el Consejo Fiscal Asesor (CFA) tenga un mayor impacto en el análisis y desarrollo de la política fiscal. La autonomía a nivel internacional es con respecto al Ministerio de Hacienda y al Banco Central. La autonomía debiera ser en la toma de decisiones, en el presupuesto y en el personal.

¿Cómo es la experiencia internacional a este respecto?

-De acuerdo a un estudio internacional, los estándares de Consejos Fiscales existentes en el mundo (32 países en promedio) cuentan con 6 miembros, cuya composición corresponde a tres académicos, dos expertos en finanzas públicas de la administración gubernamental, y un analista financiero. Cada uno de los miembros debe cumplir un período de 5 años. El personal dependiente es de 18 personas, mientras que en el 82% de los casos los nombramientos del Consejo los hace el gobierno y en el 18% el Parlamento (Congreso). Sólo el 55% de los CFA son independientes al Ministerio de Hacienda y al Banco Central.

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¿Y para el caso de Chile qué atribuciones incluiría?

-El CFA podría realizar proyecciones; cuantificar costos de iniciativas políticas; evaluar la transparencia fiscal; evaluar ex ante y ex post la política fiscal; complementar las reglas fiscales; evaluar la sostenibilidad fiscal; recomendar normativas; y análisis de políticas fiscales más amplias. Todas estas atribuciones son recomendaciones dadas por organismos internacionales y expertos en el tema (por ejemplo el Fondo Monetario Internacional, 2013 y el Comité Corbo, 2010).

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¿Qué incentivos tiene un Ministro de Hacienda para otorgarle más autonomía a un ente de estas características considerando que al final del día será "fiscalizado" por él?

-La respuesta se dio en la pregunta. Indudablemente que los Ministros de Hacienda son enfrentados a un importante "trade-off": deben escoger entre una mayor fiscalización de un ente autónomo para alcanzar una mayor transparencia en el ejercicio de la política fiscal, y una no fiscalización o una fiscalización menos invasiva dando menos explicaciones sobre el ejercicio de la política fiscal.

¿Y cree que en Chile los ministros están disponibles para dar más explicaciones sobre el manejo fiscal?

-Para minimizar potenciales conflictos, estando en el lugar de un Ministro de Hacienda, creo que hay una alta probabilidad de no avanzar rápidamente a un CFA autónomo. En todo caso, lo importante, es conocer que desea la sociedad como respuesta a este dilema.

¿Cuál cree que serán los desafíos en este sentido para el próximo Gobierno?

-Está claro que los desafíos tienen que ver con cómo avanzar hacia un CFA con más autonomía en las funciones y en el presupuesto, para alcanzar más transparencia en el ejercicio de la política fiscal, a través de la cual se manejan cantidades inmensas de recursos de todos los ciudadanos de un país. Habrá que ver cuál será la postura de las nuevas autoridades.

Hermann González, economista principal de BBVA: "No sólo la autonomía es necesaria, sino también se requiere que tenga legitimidad política"

-Que el Consejo Asesor Fiscal (CFA) cuente con un amplio respaldo político es el componente principal de la propuesta del integrante de este órgano y economista principal de BBVA, Hermann González, quien recomienda ver a esta entidad como un aliado, "como un evaluador en materias relacionadas con la regla fiscal y la solvencia del sector público en un contexto de permanente participación en el debate público y rendición de cuentas ante el Congreso y la ciudadanía".

¿Cuál es su evaluación del funcionamiento del CFA?

-Ha funcionado bien, toda vez que ha cumplido con las funciones establecidas en su decreto de creación, que se han realizado en un ambiente cordial y de colaboración permanente tanto entre los miembros del Consejo, como entre nosotros y el Ministerio de Hacienda y la Dirección de Presupuestos.

¿Qué logros nombraría durante este período?

-El CFA ha actuado como una instancia de discusión técnica permanente sobre temas vinculados con la regla fiscal, ha impulsado avances en la transparencia del proceso presupuestario y ha colaborado con Hacienda en diversas materias en que el ministro ha solicitado su opinión. Este año participó activamente en los cambios introducidos al proceso de consulta a los expertos del cobre y del PIB (Producto Interno Bruto) lo que, a mi juicio, significó un paso importante en transparencia, participación ciudadana, movilidad e incorporación explícita de criterios técnicos para la selección de los miembros de estos comités.

Varios expertos han señalado que el CFA debiera ser un ente más autónomo, ¿por qué cree que es necesario ir hacia allá?

-La experiencia internacional indica que para que un Consejo Fiscal pueda ser eficaz en el cumplimiento de sus funciones (que en la mayoría de los países son más amplias que en Chile, es necesario que sea un organismo autónomo en el sentido amplio, es decir, no sólo en materia política, sino también con autonomía presupuestaria y operacional. Pero no sólo la autonomía es necesaria, sino también se requiere que este organismo tenga legitimidad política, para lo cual se requiere que su creación sea mediante una Ley aprobada por el Congreso.

¿Por qué destaca ese requerimiento?

-La autonomía en el sentido amplio y la legitimidad política y técnica son necesarias para que el CFA pueda realizar sus propios análisis en materia fiscal, proponer mejoras metodológicas, elaborar proyecciones, evaluar decisiones de la autoridad en materia de política fiscal y contribuir activamente al debate público. Una opinión independiente de este Consejo ayudaría, por ejemplo, a zanjar discusiones respecto de proyecciones de ingresos que puedan ser considerados demasiado optimistas o cambios metodológicos que puedan ser objeto de debate.

¿Cree que un Ministro de Hacienda esté disponible para dar esa autonomía?

-Ciertamente no es fácil poner este tema dentro de las prioridades de un gobierno, porque siempre hay otros temas que legítimamente se consideran más urgentes. Pero, sin ser un tema urgente, éste es un tema importante: avanzar en esta dirección permitiría a nuestro país dar un nuevo paso importante en materia de institucionalidad fiscal, alinearse con las mejores prácticas en esta materia y dar una señal clara a los Organismos Internacionales y a las instituciones financieras en todo el mundo del compromiso de Chile con la responsabilidad y la transparencia fiscal. Me parece que este es el criterio que debe primar al momento de pensar en este tema, más que pensar en los posibles costos que esto signifique para la gestión del Ministro de Hacienda. Es más, el CFA puede ser un muy buen aliado del gobierno al colaborar en hacer evidentes las restricciones fiscales existentes y en contener las presiones de gasto público.

Juan Pablo Medina, profesor e investigador de Escuela de Negocios UAI: "No hay que igualar la independencia del CFA con la independencia del Banco Central"

-Introducir un ancla de mediano plazo para el Balance Estructural en un mundo que se rige más por los ciclos políticos de 4 años, es uno de los desafíos para el Consejo Fiscal Asesor (CFA) según uno de sus integrantes y profesor e investigador de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, Juan Pablo Medina.

¿Cuál es su evaluación del CFA?

-Dado el mandato principal del CFA, hemos realizado la tarea de verificar el espíritu y metodología estimación del Balance Estructural (BE) de la forma más profesional e independiente posible. Nuestras atribuciones son limitadas, pero hemos tratado de aportar. También a petición del Ministro de Hacienda, analizamos algunos cambios en la forma de medir el esfuerzo fiscal de reducir el déficit fiscal estructural, el rol del fondo de infraestructura y de los fondos soberanos en la regla. En todos los aspectos, nuestras recomendaciones han sido técnicas.

¿Es necesaria mayor independencia dado que señala que las atribuciones son limitadas?

-Por diferentes razones, muchos países han creado consejos fiscales como complemento de reglas fiscales. La argumentación es que la presencia de estos órganos da más disciplina a la política fiscal.

¿Y cómo se lograría?

-Para que ello se efectivo, el CFA debiera entregar información sobre cuál es la mejor trayectoria de política fiscal a mediano plazo y por qué. Dado esa visión técnica, transparente y de mediano plazo, la independencia surge como un prerrequisito para garantizar un análisis autónomo sin ningún tipo de sesgos. No obstante, no hay que igualar los argumentos de la independencia del CFA con la independencia del Banco Central, ya que los CFA no deciden la política fiscal.

¿Qué atribuciones le otorgaría a este órgano autónomo en Chile?

-Mi visión es que las atribuciones sean conducentes a entregar información periódica y pública a la sociedad, orientada a dar mayor transparencia de la situación fiscal actual y sus proyecciones. Tener la capacidad de publicar reportes con este análisis es crucial, junto con contar con instancias para interactuar con Hacienda y contrastar las proyecciones del CFA con las oficiales. Tener independencia política del gobierno de turno.

¿Qué incentivos tiene un ministro de Hacienda para buscar ese contrapeso?

-Obviamente que pensando en la política fiscal de corto plazo, tanto el Ministerio como el Congreso tendrán pocos incentivos en instaurar una institución que busca restringir en parte la política fiscal. Si la regla fiscal no logra tener un ancla de mediano plazo, el CFA autónomo puede completar la regla fiscal hacia una disciplina fiscal de mediano plazo. No tener una disciplina fiscal de mediano plazo puede generar una situación fiscal insostenible que puede terminar teniendo mayores costos que restringir un poco en el corto plazo la política fiscal.

¿Cuáles deberían ser los desafíos para el próximo Gobierno en términos del CFA?

-Más importante son los desafíos de la política fiscal: vemos que la regla del BE busco ser acíclica, pero terminó siendo procíclica en la práctica porque las estimaciones del PIB potencial y precio del cobre tienden a ser procíclicas. Por lo tanto, la regla debiera ser perfeccionada para tratar de suavizar el gasto público y tener una orientación de ancla hacia más largo plazo. También, dado el crecimiento de la deuda pública, ahora la regla es más vulnerable a alzas en las tasas de interés externas, aspecto que no era una preocupación cuando se definió la regla, entonces la sostenibilidad de la deuda fiscal debiera incorporarse en determinar la trayectoria fiscal. Una posibilidad es que esto sea parte del análisis de un CFA, o discutir si la regla debiera incluir algún parámetro que considere esto.

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