Jorge Serón de Corma: "Hay una miopía del Estado al no tener políticas para millones de hectáreas que están en proceso de destrucción"




En 2014, las exportaciones del sector forestal llegaron a casi US$6.100 millones, representando un 8,1% del total nacional, además de ser el tercer sector exportador más importante de Chile. Pero hoy esta industria está enfrentando varios desafíos relacionados con la sustentabilidad. Sin ir más lejos, en la COP 21 de París fue la gran protagonista en cuanto a su aporte que pueda entregar a la reducción del calentamiento global. “Es importante establecer que por la naturaleza de nuestra actividad, estamos haciendo uso de recursos naturales renovables. En ese sentido, nos planteamos con una mirada a largo plazo”, comenta Jorge Serón, presidente de la Corporación Chilena de la Madera (Corma) Biobío y gerente de operaciones de Forestal Arauco.

Serón agrega además: “Este no es un sector que vea sólo las condiciones del mercado en el momento, sino que se plantea escenarios por los próximos 30 o 60 años, tomando decisiones y haciendo inversiones en esa lógica”.

¿Cuál es la visión entonces para las próximas décadas?

Actualmente, el negocio forestal dista mucho de lo que se hacía hace 30 años y muchas decisiones se tomaron según esa visión. Hoy, las condiciones de cómo la sociedad está pidiendo que se realice esta actividad, son diferentes. Están los planteamientos de las organizaciones ambientales, las restricciones de carácter económico y otra serie de factores que nos obligan a tener una metodología más sustentable.

En ese sentido, ¿qué acciones concretas está tomando esta industria para reducir los GEI o la Huella de Carbono?

Por esencia, las plantaciones son el gran sumidero de C02 en el mundo. En las conclusiones de la COP21 se indicó que una de las mejores estrategias para aumentar CO2 en el planeta es justamente estimulando la forestación y ahí, nosotros somos un jugador activo, por eso es que como país, debemos tener fuertes políticas de estimulación a la reforestación.

Pero también son una industria que ocupa energía…

¡Al contrario!, las industrias que ocupan mucha energía son otras, como por ejemplo la minería. La industria forestal en esencia, genera su propia energía y además, transforma sus productos en energía, como es el caso por ejemplo de la biomasa. O sea, puede satisfacer sus necesidades como industria, además de generar  un excedente limpio, de carbono neutro.

¿Cómo ve la evolución del mercado de la biomasa? 

En su forma más básica, que es la leña, seguirá ocupando un rol fundamental, porque es lo más barato y de mejor acceso en el campo y en muchas ciudades, pero lógicamente, eso tiene varias implicancias de otro tipo. Si la leña no está bien controlada, se convierte en un elemento contaminante muy alto. Por eso hay que preocuparse que el lugar donde se combustiona sea adecuado, además de que esté seca.

¿Y a nivel industrial?

Puede ser muy importante en lo que es la generación de energía eléctrica a través de plantas de cogeneración y ahí es donde está apareciendo un campo importante donde el sector forestal puede colaborar en la investigación y desarrollo de especies que tengan un alto potencial energético. En otras palabras, árboles que crezcan en cortos períodos de tiempo, y que generen un gran volumen de biomasa.

¿De qué manera Corma y las empresas asociadas están invirtiendo en I+D?

Las empresas tienen una fuerte vocación a la investigación  y además, el Estado, a través del Instituto Forestal, genera líneas de investigación, donde claramente la biomasa es protagonista.

La responsabilidad del Estado

¿Qué temas legislativos están aún pendientes?

Esta industria se rige por reglamentos claramente establecidos, por eso que creemos que cualquier cambio que fomente la forestación es siempre bienvenido. Lo que está en cuestionamiento actualmente es el Decreto Ley 701 (nace el año 1974 con el objetivo de impulsar el desarrollo forestal de Chile).

¿Qué se debe cambiar en el 701?

Permitió en su momento crear una industria, pero hoy existe una gran cantidad de hectáreas con suelos degradados que requieren con urgencia ser cubiertos y darles una cobertura forestal implica reconocer la responsabilidad que se tiene como Estado a las futuras generaciones. Las empresas forestales se han visto muy afectadas por una mala interpretación de este decreto, que apuntaría a beneficiar a pequeños propietarios. Se ha sacado de la discusión este tema con una mirada equivocada. En Chile,  principalmente en la zona centro-sur del país, se requiere dar cobertura a una enorme cantidad de hectáreas que están en peligro.

¿Qué haría falta para que se produzca el cambio?

Despejar los temas políticos de las políticas de estado. Esto, es responsabilidad del Estado y de nuestros legisladores, pero hay una miopía del Estado al no tener políticas para millones de hectáreas que están en proceso de destrucción.

¿En qué ministerios está radicada esta responsabilidad?

No en uno, sino en varios. Desarrollo Social es clave, debido a la pobreza que generan los suelos degradados. También por el lado Ministerio del Medio Ambiente, porque seguimos embancando ríos, generando erosión y produciendo sedimentación. El Ministerio de Agricultura, es fundamental para ver cómo desarrollar y mejorar esos suelos, pero el más importante es el Ministerio de Economía, que debe empujar para que el país siempre tenga su actividad forestal en su máximo potencial.

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