La "muñeca política" que deberá tener el director de Presupuestos de Piñera

Ministerio de Hacienda

El escenario de estrechez fiscal por el que atraviesa el país llevará a que el próximo director de Presupuestos juegue un rol protagónico. Entre los principales desafíos que deberá enfrentar este personaje clave será "cuadrar la caja", estabilizar la deuda pública y avanzar hacia el balance fiscal.




El escenario de estrechez fiscal por el que atraviesa el país llevará a que el próximo director de Presupuestos juegue un rol protagónico. Y por ello, quien asuma deberá contar con la confianza absoluta del Presidente electo, Sebastián Piñera, y del ministro de Hacienda. Es que el creciente aumento de la deuda pública -hoy se ubica en 23,8 % del PIB- llevó a que el país sufriera por primera vez una rebaja en la clasificación de riesgos y puso nuevamente en el centro del debate el manejo fiscal. Por esta razón, quien ocupe este cargo es considerado por los economistas como una figura "clave" y por ello señalan que debe ser un profesional con probada experiencia.

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La lista de probabilidades la encabeza el director alterno de Clapes-UC, Rodrigo Cerda. De acuerdo a conocedores de este proceso, el nombre de Cerda cuenta con la confianza del Presidente electo, ya que aseguran que tiene una alta valoración por sus capacidades. Además conoce su trabajo, puesto que durante su primer mandato fue coordinador macroeconómico de Hacienda. Más atrás se ubica el ex subdirector de Presupuestos y actual académico de la Universidad de Santiago, Guillermo Pattillo. El economista participó de manera indirecta en el equipo económico durante la campaña presidencial. Su función estuvo enfocada en elaborar propuestas fiscales. En tercer lugar está el nombre del ex subsecretario de Economía, Tomás Flores. El también académico de la Universidad Mayor comenzó su carrera profesional precisamente en la Dipres como jefe del Departamento de Coordinación de la Dirección de Presupuestos.

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Los desafíos

Para los próximos cuatro años las holguras fiscales ascienden a $1.094.853 millones. Es decir, este es el monto que no está asignado a un gasto en particular. Para 2018, en tanto, no hay holguras fiscales y sólo podrá administrar los recursos de libre disposición que ascienden a US$700 millones. Está será una de las tareas principales: administrar la estrechez fiscal.

Los economistas señalaron que el rol que jugará en los próximos cuatro años la Dipres será muy distinto al que encabezó el actual director, Sergio Granados. "La coyuntura actual necesita una persona empoderada y con voz propia, similar a los que fue cuando estuvo Rosanna Costa", señala un economista ligado a las materias fiscales.

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Otro economista que sigue de cerca este proceso subrayó que el próximo Dipres deberá contar no sólo con la confianza del Presidente, sino que con una personalidad lo suficientemente fuerte para lidiar con los distintos ministerios y las presiones de gastos que ejercerán los ministerios y los propios parlamentarios".

Aldo Lema, economista asesor de Grupo Security, señaló que "en el gobierno anterior de Piñera fue clave la interacción entre el presidente y la directora Rosanna Costa. El cargo debería ser ocupado por una persona de perfil similar, con experiencia similar, especialidad en finanzas públicas y gran confianza del Presidente". Mientras que Cecilia Cifuentes, académica de la Universidad de Los Andes, aseveró que lo principal será "contener las presiones de gasto por el lado de controlar los distintos ministerios y hacer más eficiente el gasto y controlar las presiones sobre él".

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Entre los principales desafíos que deberá enfrentar el nuevo hombre clave será "cuadrar la caja". Esto, porque en el programa de Gobierno está el compromiso de bajar impuestos, pero manteniendo la trayectoria de balance estructural. "Esto requerirá hacer esfuerzos fiscales importantes. Va a significar tener una conducta fiscal responsable, mantener el control de gasto estricto y recortar algunas iniciativas y toda esta presión recaerá en la dirección de presupuesto", señala un economista de la plaza.

Lema subrayó que "hay 2 objetivos a reforzar, en línea con la reducción del déficit estructural. Que el gasto fiscal crezca al menos en 2018 por debajo del crecimiento tendencial del PIB y estabilizar o reducir la deuda pública neta. Ello permitiría revertir la baja en clasificación de riesgo hacia 2019 o 2020 máximo, después de alcanzar una mejora en "la perspectiva" de las calificadoras en el corto plazo en 2018".

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