La profunda derrota que deja en estado terminal a la Nueva Mayoría
"Nunca esperé que fuera por tanto", dijo la senadora PS Isabel Allende cuando los resultados le daban un amplio margen al candidato de Chile Vamos. Terminada la elección, con crisis internas en la DC y el PPD, las fuerzas en el oficialismo tendrán que decidir si después del 11 de marzo sigue el entendimiento entre centro e izquierda, o si el bloque llega a su fin para dar paso a nuevas alianzas. Lo más probable es que la NM se acabe junto con el mandato de Michelle Bachelet.
Si bien existía cierta esperanza de poder dar vuelta una elección estrecha, difícil, muy cuesta arriba para la centroizquierda, en el comando de Alejandro Guillier rápidamente se fueron apagando los ánimos a medida que los resultados salían a la luz. Media hora después de iniciado el conteo, las cifras que enviaba el centro de cómputos -instalado en la sede del Partido Socialista- hacia el hotel San Francisco advertían no sólo la derrota de Alejandro Guillier; también adelantaban que la diferencia no sería tan estrecha como se pensaba.
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Poco antes de las 19 horas, la senadora PS Isabel Allende ya admitía que la distancia era irremontable, y trataba de elaborar las causas de una derrota que, aunque esperable, no se preveía tan profunda. "Nunca creí que fuera posible una diferencia de esta manera (...) había posibilidades de perder, pero nunca esperé que fuera por tanto", dijo Allende con evidente resignación. El diputado electo y ex ministro Marcelo Díaz admitía con el mismo semblante que la centroizquierda "no había sido capaz" de convencer a todo el electorado de Beatriz Sánchez.
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Desde la DC, el diputado Matías Walker llegó a una conclusión distinta: "A la luz de los resultados está claro que gran parte del vilipendiado voto de centro o moderado (del cual incluso algunos negaron su existencia) inclinó la balanza en favor de Piñera", escribió en Twitter.
En el primer piso, donde se encontraba el grueso de dirigentes de la Nueva Mayoría -desde Sergio Bitar a Andrés Zaldívar- se sacaban varias conclusiones: la campaña no cumplió nunca con las expectativas -ni programáticas ni comunicacionales-, el evidente desorden interno impactó de lleno en el trabajo del comando, y no todos los dirigentes del bloque hicieron lo posible por tratar de conseguir el triunfo de Guillier. En el actual escenario, todavía en privado, muchos coincidían en que la Nueva Mayoría tal como está se acaba el próximo 11 de marzo.
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"Cada uno tiene su propio análisis (...) siempre uno se puede imaginar resultados peores pero éste es un muy mal resultado", afirmó Carlos Montes. El senador socialista fue uno de los dirigentes más críticos con la candidatura de Guillier, e incluso dejó en primera vuelta el equipo estratégico de la campaña por diferencias con la trayectoria adoptada. "Faltó asumir que lo que estábamos haciendo era poderoso, potente", dijo.
DC y PPD en definiciones
En privado, algunos dirigentes del ala progresista de la Nueva Mayoría apuntaron sus dardos al rol que jugó la Democracia Cristiana en esta elección, que optó por la primera vuelta en vez de una primaria que, en el papel, le podía entregar a Guillier un perfil mucho más competitivo. El magro resultado que logró Carolina Goic puso al otrora partido más grande de la centroizquierda en una crisis al borde de la fractura que, tras la derrota de Guillier, explicitará el choque frontal.
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De hecho, hoy la disidencia que lidera Yasna Provoste -que ayer participó de las reuniones del círculo más cercano de Guillier- pretende reunirse para analizar los resultados, y también, para comenzar a dibujar una estrategia y quedarse con el control de la Democracia Cristiana. En ese sector admiten que la premura que existía previa al balotaje ya no es tal, en parte, porque ya no tienen que pensar en integrar o no un futuro gobierno.
Otro partido que tendrá que iniciar un proceso de reordenamiento de fuerzas es el PPD. Tras el duro resultado en la elección de diputados -obtuvo ocho escaños- son varios los dirigentes que pretenden desplazar a Gonzalo Navarrete de la presidencia. Por ahora suenan los nombres de Heraldo Muñoz, Ricardo Lagos Weber, Marco Antonio Núñez y Felipe Harboe.
La disputa programática del PPD será entre quienes creen que la colectividad debe seguir siendo el vínculo entre centro e izquierda -un diseño similar a la Nueva Mayoría- y quienes pretenden conformar, ahora sí, un polo progresista junto al PS y el PC que mantenga vasos comunicantes con el Frente Amplio y que incluya a fuerzas como el PRO.
PS pide más diálogo
"Nosotros vamos a trabajar por fomentar el diálogo con todos los actores del progresismo y construir puentes de entendimiento. La unidad es lo único que nos permite construir una alternativa para impulsar los cambios que están pendientes", explicó Álvaro Elizalde, líder del PS y que además fue el generalísimo de la campaña de Guillier en segunda vuelta.
En el PS la apuesta de llevar a Guillier como candidato, a pesar de las presiones del laguismo, finalmente no funcionó. De todos modos, el senador electo por el Maule aún no define la trayectoria de los socialistas respecto al futuro. Por ahora, ha sido respetuoso de la crisis al interior de la DC, sin definir si potenciará o dará por desahuciado el entendimiento histórico entre centro e izquierda.
Ayer, antes de salir a saludar a Sebastián Piñera, Guillier se reunió con los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría por 20 minutos. Esta semana volverían a reunirse, quizá para concluir en buenos términos el entendimiento que dio origen a la Nueva Mayoría.
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